Mañana, Estados Unidos firmará un histórico acuerdo con los talibanes para retirar a la mitad de las tropas del país en el que están desde 2001. Sin contar externalidades o incrementos presupuestarios en el Pentágono, EE.UU. habrá gastado más de 1 billón de dólares.
Estados Unidos ha gastado en su guerra en Afganistán casi 1 billón de dólares, una cifra que no incluye sucesivos incrementos presupuestarios del Pentágono, lo que gastará de más en atender a los veteranos ni otros costos indirectos para su economía.
Según cifras actualizadas en junio pasado, el Congreso de Estados Unidos ha aprobado 975.000 millones de dólares de fondos para Operaciones de Contingencia en el extranjero específicamente dedicados a la guerra afgana desde su inicio, en 2001.
Pero el número es aún mayor si a esto se agrega el incremento de los presupuestos del Departamento de Defensa, que fue de unos 250.000 millones de dólares desde 2001, y del Departamento de Asuntos de los Veteranos, que totalizó más de 50.000 millones.
El costo total de la guerra en Afganistán la transforma entonces en la más costosa de las libradas por Estados Unidos detrás de la Segunda Guerra Mundial, que insumió a la superpotencia 4,1 billones de dólares, según una cifra actualizada según la inflación.
El saldo que deja la guerra
El total de costos omite el impacto para la macroeconomía estadounidense, la no inversión de ese dinero en otros sectores alternativos, los futuros intereses de deuda tomada para la guerra y lo gastado en el conflicto por el sector privado.
Estados Unidos ha financiado la guerra casi enteramente tomando deuda.
Esto ha aumentado el déficit fiscal y la deuda externa y ha tenido impactos macroeconómicos, como un alza en las tasas de interés.
Estudios de universidades de Estados Unidos estimaron que el país podría llegar a pagar hasta 8 billones de dólares más de acá a 2050 solo de intereses de deuda tomada para financiar la guerra.
A esto se debe sumar 1 billón de dólares más que se calcula gastará el país en los próximos 40 años para pagar tratamientos médicos o pensiones por discapacidad para los veteranos de guerra, según un estudio de la universidad de Harvard.
Consecuencias irreparables
Más de 320.000 soldados estadounidenses que pelearon en Afganistán e Irak tienen lesiones cerebrales que les provocan desorientación y confusión, según cifras de 2018. De ellos, más de 8.000 sufrieron heridas cerebrales severas o invasivas, y más de 1.600 militares perdieron algún miembro o parte de él.
Más de 138.000 veteranos tienen sindrome de estrés postraumático, por lo que sufren flashbacks, hipervigilancia y dificultades para dormir. En promedio, 20 veteranos de guerra se suicidan cada día, según un estudio de 2016.
A diferencia de otras guerras anteriores, la mayor parte de las familias estadounidenses no se vieron afectadas por la guerra en Afganistán, ya que no hubo reclutamientos forzosos ni nuevos impuestos para pagar el conflicto. Pero las futuras generaciones tendrán que pagar los intereses de deuda y los otros gastos engendrados por la guerra.