En momentos en que la segunda ola de Covid se cobra más y más muertos, con muchas familias perdiendo a sus seres queridos y el sistema de salud muy estresado, la intoxicación de noticias falsas sólo contribuye a generar más dolor. En las líneas siguientes ofrezco algunos datos que espero contribuyan a aclarar algunas dudas.
El equipo científico y técnico de mAbxience, que se encarga de producir el principio activo de la vacuna de AstraZeneca, trabaja contrarreloj desde noviembre del 2020, con un profundo compromiso, para lograr los objetivos acordados. Para ello fue necesario un gran esfuerzo de capacitación e inversión, del que estamos orgullosos. Felizmente, mAbxience ha cumplido con los objetivos, tanto en tiempo como en cantidad, y así lo seguirá haciendo.
Pero mAbxience no es la propietaria de la vacuna, ni la encargada de venderla, cobrarla, ni de firmar los contratos con los gobiernos o establecer las fechas de entrega. Ha sido seleccionada, en un reconocimiento al capital humano y científico argentino, para producir el principio activo, como parte de un proyecto que tiene como objetivo abastecer de la vacuna a precios accesibles a los países de nuestra región.
Quisiera insistir en este punto: ni mAbxience ni yo hemos acordado ni firmado ningún contrato con el Ministerio de Salud de Argentina, ni de ningún otro país, por la vacuna contra Covid, ni hemos cobrado dinero alguno de ningún gobierno por su fabricación o venta. Tampoco tenemos potestad o influencia para decidir en qué país se realiza la formulación del principio activo producido en Argentina y el llenado de los viales.
Se ha dicho también que yo incidí sobre algunas autoridades del gobierno para impedir un acuerdo con Pfizer para la adquisición de su vacuna. Desconozco los motivos por los cuales el Estado Nacional no ha llegado a un acuerdo, pero no tuve influencia ni participé de esa decisión.
En primer lugar, nuestro grupo mantiene una relación de trabajo con Pfizer: Sinergium Biotech, compañía de la cual soy uno de los accionistas, fabrica para Pfizer la vacuna para prevenir la neumonía.
Además de infundada, la versión es ridícula. ¿Qué interés, personal o empresarial, podría tener en impedir un contrato para la compra de vacunas entre el Estado Nacional y otro laboratorio? ¿Fabricar más principio activo en una empresa de mi propiedad? La idea no se sostiene: en diciembre del año pasado mAbxience tuvo que rechazar solicitudes de otras compañías farmacéuticas porque había comprometido toda su capacidad de producción del año 2021 y parte del año 2022
Así las cosas, difícilmente podríamos obtener un beneficio evitando que Argentina compre la vacuna de Pfizer (o de cualquier otro laboratorio). De hecho, el Estado ha adquirido dosis de Sputnik V y de la vacuna de Sinopharm y negocia con otros proveedores. Pero además la cuota argentina del principio activo fabricado por mAxience no alcanza para cubrir las necesidades de nuestro país, por lo que es imprescindible contar con otras vacunas. En otras palabras, las vacunas no son excluyentes.
El problema no es la demanda de vacunas; es la oferta. Salvo Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña, todos los países experimentan retrasos en la llegada de las dosis comprometidas.
Hay otras preguntas que se suelen enunciar: ¿no podríamos utilizar parte del principio activo que produce mAbxience para formularlo, envasarlo y distribuirlo directamente en Argentina? Como señalé, mAbxience no es la propietaria del principio activo, solo lo fabrica, de modo que no puede disponer del mismo como si le perteneciera.
Pero además sucede que formular fraccionar y envasar cada tipo de vacuna requiere una serie de equipos e insumos específicos que, por la alta demanda global, hoy resultan imposibles de conseguir rápidamente. Este es, de hecho, el problema que enfrentó en México el laboratorio Liomont, quien formula fracciona y envasa el principio activo que mAbxience produce en Argentina y que determinó una demora en el inicio de la producción. Sería necesario, además, capacitar al personal científico y técnico para esta fabricación en particular, lo cual lleva tiempo (Sinergium Biotech, por ejemplo, tuvo que dedicar un año y medio a la búsqueda de equipos y la capacitación de sus profesionales para poder fabricar completamente la vacuna de gripe de Novartis y la de neumococo de Pfizer). Hasta donde tengo conocimiento, ninguna planta activa hoy en Argentina puede realizar esta tarea de manera inmediata.
Por otro lado, prohibir la exportación del principio activo, como reclaman algunos, implicaría poner en cuestión un proyecto que tiene como objetivo garantizar que América Latina acceda a la vacuna de manera equitativa y económica. Las dificultades que lamentablemente enfrentan otras regiones, como África, demuestran la importancia de un proyecto como este, sobre todo en el contexto de una carrera mundial por la inmunización en el que los países más poderosos llevan siempre las de ganar.
Por último, quisiera aclarar que no es cierto que la planta de mAbxience haya sido construida con dinero provisto a través de subsidios o préstamos del Estado Argentino. La planta fue desarrollada enteramente con fondos del Grupo Insud. En su momento fue diseñada para fabricar anticuerpos monoclonales, a partir de los cuales se elaboran tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades, pero no vacunas. Cuando nos solicitaron reconvertirla para producir el principio activo de la vacuna contra el COVID19, lo que significó renunciar a proyectos en marcha, reentrenar al personal y realizar nuevas inversiones, lo hicimos con entusiasmo, porque estamos convencidos de que era nuestra obligación en un momento tan dramático como el actual.
Como señalé al comienzo, al día de hoy mAbxience ha cumplido y fabricado el principio activo al que nos habíamos comprometido, tanto en tiempo como en cantidad. Una vez envasado en México (y ahora, de manera provisoria, también en Estados Unidos), este principio activo volverá en forma de vacuna exclusivamente a los países de América Latina.