En Italia, las escuelas reabrieron a partir del 14 de septiembre: dos semanas después, la situación parece estar bajo control. A diferencia de lo que sucedió en otros países, el comienzo del año escolar por el momento no parece estar contribuyendo a un gran aumento en el número de contagios, el principal temor que tienen gobiernos como el argentino para mantener las aulas cerradas.
Italia tiene actualmente 51.263 casos positivos y 280 personas están siendo tratadas en cuidados intensivos. Las cifras totales en el país desde el inicio de la pandemia son de 314.861 casos y 35.894 muertes, mucho menos en comparación con otros estados europeos como España y Francia, donde las cifras están aumentando fuertemente con 758.000 y 551.000 casos respectivamente.
La reapertura de escuelas en Italia fue considerada con preocupación por la mayoría, sobre todo porque las escuelas no habían reabierto en absoluto desde el comienzo del cierre a principios de marzo. Las décadas de financiación insuficiente (el sistema escolar recibe solo el 3,9% del PIB de Italia) tampoco contribuyeron a dejar el sistema educativo en buena forma, y menos aún preparado para afrontar una crisis de tal magnitud.
Durante el verano, se desarrollaron una serie de protocolos sanitarios y se llevaron a cabo intervenciones estructurales para permitir que los estudiantes tengan más espacio entre ellos y reducir el riesgo de contagio, también en lo que respecta a los profesores, que en Italia son estadísticamente los más antiguos de Europa y, por tanto, más en riesgo.
Los protocolos han previsto la posibilidad de que las clases se organicen al aire libre y en lugares no convencionales como teatros y cines, mientras que en las escuelas secundarias se ha mantenido la educación a distancia siempre que no hubiera suficiente espacio para que los estudiantes mantuvieran una distancia segura.
Además, las escuelas han recibido materiales desinfectantes y máscaras faciales para los maestros y el resto del personal. Si bien muchos han criticado el momento en que el gobierno ha dado instrucciones a las escuelas para que se reorganicen, por el momento las actividades escolares se están reiniciando en general sin problemas.
Control, testeo y aislamiento
De todos modos, están surgiendo algunos inconvenientes con respecto a los casos sospechosos de Covid-19. Los protocolos sanitarios prevén que cada vez que un alumno comience a presentar síntomas asociados al coronavirus, se realice una prueba de PCR. Si el chico resulta positivo, toda la clase se deberá aislarse en la casa. Lo mismo para los profesores que mantuvieron contacto con él durante 48 horas antes del resultado.
Actualmente, se está aislando a un número creciente de estudiantes. Los protocolos también conllevan la posibilidad de que se puedan cerrar escuelas enteras si el número de casos es demasiado alto. Por el momento, alrededor de 700 escuelas (de 57.000) en el país han registrado al menos un caso de coronavirus, y 116 de ellas están actualmente cerradas.
El ministerio de Sanidad ha acordado adoptar las pruebas rápidas de coronavirus, aquellas que ya se están utilizando en los aeropuertos italianos, también en las escuelas. El gobierno ha ordenado la producción de 5 millones de pruebas de este tipo. El objetivo es que, al favorecer un diagnóstico más rápido, se pueda contener aún más la circulación del virus dentro de la comunidad escolar.
Esta sigue siendo la primera ola del virus, comentó el asesor del ministro de Salud, Walter Ricciardi. Y aunque las pruebas rápidas no pueden no ser 100% seguras, nos permitirán identificar a los superpropagadores, y eso es realmente importante.
Autora: Irene Dominioni.
La nota en inglés acá.