Quizás piensen que el único “lado positivo” de dar positivo de COVID-19, el que causa el coronavirus (SARS-CoV2) y sobrevivir sería que la persona no volvería a contagiárselo, al menos no durante esta pandemia. ¿Pero será realmente así? ¿Acaso se puede obtener inmunidad contra el SARS-CoV2 tras recuperarse de un contagio de COVID-19? Algunas noticias de Japón y China parecen sugerir otra cosa.
Por ejemplo, Daniel Leussink y Rocky Swift relataron para Reuters el caso de la guía de un bus turístico en Japón, que dio positivo del virus tras recuperarse de una infección de COVID-19. Otro hombre de más de setenta años, que dio positivo de SARS-CoV2 por primera vez el 14 de febrero en el crucero Diamond Princess, fue trasladado a un hospital en Tokio y se quedó ahí hasta que dio negativo. El 2 de marzo, el hombre fue dado de alta y volvió a su casa en transporte público, pero al poco tiempo se sintió mal y tuvo fiebre, con lo cual volvió al hospital el 13 de marzo. Al día siguiente, dio positivo de nuevo.
También está la nota publicada el 14 de febrero por el Caixin, un multimedios de Beijing, titulada “El 14% de los pacientes de Covid-19 que se recuperaron en Guangdong dio positivo de nuevo”.
Cabe recordar que se trata de notas periodísticas y no de estudios científicos. En segundo lugar, los médicos y otros científicos deben revisar dos o tres veces a cada uno de esos pacientes para confirmar si volvieron a contagiarse el virus o simplemente tenían una infección que duró mucho tiempo. En tercer lugar, el grado de inmunidad que desarrolla el cuerpo tras exponerse a un virus depende no solo del propio virus sino (¡sorpresa!) del sistema inmunológico y su respuesta.
Además, el sistema inmunológico tiene que recordar el virus. Con el tiempo, es posible perder la inmunidad y contagiarse el virus de nuevo. En un estudio publicado en una edición de Emerging Infectious Diseases publicada en 2007, un equipo de investigadores del Centro Provincial de Shanxi para el Control y Prevención de Enfermedades en Taiyuan, China, observó a 176 pacientes del síndrome respiratorio agudo grave (SARS). En promedio, el número de anticuerpos específicos para el SARS en sangre de los pacientes se mantuvo igual durante unos dos años. En el tercer año después de la infección, el número de anticuerpos tendía a desplomarse.
Hay que tener en cuenta que no siempre hay una correlación entre la cantidad de anticuerpos y la inmunidad. Algunas personas pueden ser inmunes a un virus sin tener un número detectable de anticuerpos y otras pueden ser muy susceptibles pese a tenerlos.
La otra pregunta es cuántas versiones distintas del SARS-CoV2 pueden andar por ahí, o más bien propagándose, ya que los virus no tienen piecitos ni zapatillas. Es una pregunta difícil de responder con seguridad sin pruebas más exhaustivas y abarcadoras. En un estudio publicado en la revista académica National Science Review, el análisis de muestras de 103 casos de COVID-19 sugiere que circulan por lo menos dos versiones distintas del SARS-CoV2. No saber exactamente cómo funciona la inmunidad al SARS-CoV2 ni cuánto puede durar es un obstáculo enorme para la planificación de la salud pública.
Por Bruce Y. Lee