Para forjar su imperio, Woods Staton tomó decisiones concretas, apostó a opciones a primera vista inciertas y atravesó crisis durísimas.
Woods Staton tiene sangre latina. Nacido en Medellín, Colombia, posee el famoso gen empresario. Es nieto del fundador de Panamco, una de las mayores embotelladoras de Coca-Cola del mundo. Con la mira siempre puesta en el negocio familiar, Staton viajó en 1976 a Suiza para realizar un MBA en la prestigiosa IMD. Aunque retornó para continuar con el legado de los Staton, las cosas no funcionaron. Así se unió al programa de formación de McDonald?s a los 32 años.
Una vez instalado en la compañía, llevó su propuesta para abrir la franquicia en su tierra natal, pero fue rechazado por las convulsiones políticas y sociales que atravesaba el país. La ironía es que esa fue la razón que lo llevó a desembarcar en Argentina, donde la crisis de 2001 se presentó sin medias tintas. No tardaría en recuperarse. En 2007 volvió a la carga y se convirtió en el dueño de la franquicia para toda América Latina. Hoy es presidente de la Junta Directiva de Arcos Dorados Holdings y posee 80 millones de acciones Clase B y 5.6 millones de acciones Clase A. Con esto acumula unos US$ 659 millones a enero de 2020.
1) Sin fracasos no se logra nada
En 1982 intenté llevar a la franquicia de McDonald?s a Colombia. A pesar del trabajo duro y las ganas de lograr mi objetivo, me negaron el negocio en función del escenario macro del país, que atravesaba un período complicado de su historia por la lucha contra las guerrillas, el tema de las drogas y una economía dañada. Para mí, no haber podido llevar la marca a Colombia fue un fracaso. Sin embargo, el aprendizaje que obtuve fue que sin fracasos no se logra nada. Luego McDonald?s me envió a Argentina para llevar a la marca a este país, seguido por Chile y Uruguay. Y, curiosamente, años después compramos la franquicia de Colombia. Así que los fracasos bien manejados pueden ser el comienzo de otra ruta exitosa.
2) Tus colaboradores tienen que ser más inteligentes que vos
Lo más importante para prevenir una crisis es tener gente inteligente, que conozca los riesgos del negocio y esté bien entrenada en lo que hace. Y es fundamental que compartamos los mismos valores.
3) Sin comunicación interna eficiente y transparente, estás perdido
Para evitar una crisis hay que tener gente buena que se comunique de forma transparente con canales comunicantes que funcionen. Esto no garantiza que no suceda la crisis, simplemente la hace más manejable. Y si sucede hay que saber que la acción número uno siempre es garantizar la integridad de las personas. La transparencia en la comunicación durante el proceso de crisis es clave para generar confianza y tranquilidad ante los stakeholders. Y luego se debe establecer un proceso de revisión y aprendizaje de lo sucedido para mejorar los procedimientos de prevención.
4) Las oportunidades no siempre aparecen en el momento ideal
Siempre supimos que nuestro negocio es de largo plazo, más aún en América Latina, donde las economías de los principales países son cíclicas. Las oportunidades no necesariamente se presentan en los momentos ideales. Simplemente se presentan, punto. Pero hay que arriesgarse, ser optimistas, y aprovechar la oportunidad.
5) El riesgo se mitiga con datos
El riesgo asociado a cualquier decisión que se tome se mitiga con análisis de los datos, observaciones personales del negocio, intuición y también un apetito saludable para el riesgo. Particularmente, la intuición y una visión a largo plazo a mí siempre me han guiado.