El último fin de semana se llevó a cabo el festival de Chandon que invita al público a relacionarse de una forma diferente con el arte.
Luces, flashes, neón. Poses, clics, redes. Ya no es suficiente con que una celebridad sostenga una mueca adusta para fidelizar, cautivar y conmover al público. Las marcas tradicionales se están reinventando. Por caso, para llamar la atención y expandir sus públicos, compañías líderes del mercado como Chandon están apostando al vértigo creativo, a salir de lo seguro, a correrse de sus espacios de confort. Después de acompañar al Abierto de Polo Argentino, a la Fiesta de Blanco en Punta del Este, a la Bienal Chandon de Pintura y a su romance histórico con arteBA, toma riesgos con un formato novedoso: sus fiestas ya no son para pocos.Esta es su apuesta más grande en mucho tiempo. Se trata de Chandon Artground, un festival multidisciplinario con foco en el arte joven, incómodo, provocativo, diferente y under. Arte con un componente shareable. En suma, este gesto deviene en una nueva manera de democratizar sus plataformas para llegar a un público que está dispuesto a pagar para vivir una experiencia. “Chandon Artground es un festival donde diversas disciplinas artísticas se encuentran bajo una sola consigna: interactuar, experimentar y compartir”, dice Marcelo Benavides, Gerente de Comunicación y Prensa de Moët Hennessy.
En este 2018, Chandon decidió innovar. Trabajaron durante más de un año en el desarrollo de esta nueva plataforma cultural que pretende ser parte de un nuevo movimiento artístico donde las emociones estén involucradas. “Para esto pensamos y creamos distintos espacios experimentales, trajimos una obra de teatro que había sido un éxito en el Konex y le sumamos música y gastronomía”, continúa Benavides. “Elegí ocho conceptos muy simples entre los cuales están el espacio, la luz, el cosmos, la naturaleza, el sonido, la nada y la idea de uno mismo”, comenta Martín Huberman, el curador de los espacios experimentales. “Para eso sumamos a ocho artistas, arquitectos y diseñadores que vienen de diferentes disciplinas”, agrega.
La locación elegida, C Complejo Art_Media, es un nuevo centro cultural en el corazón de Chacarita que tuvo su apertura oficial con Chandon Artground. “Realmente estamos sorprendidos por la buena respuesta del público. Este es un evento cuyas entradas se venden (a $ 300) y nos sorprende la cantidad de gente que apuesta a vivir nuevas experiencias, sabiendo que Chandon sabe muy bien cómo dárselas”, completa Benavides. “Quedé muy satisfecho con el público porque se produjeron intercambios e interacciones que ni teníamos pensado”, indica Huberman.
En la medida en que las marcas comprendan que proponiendo cosas distintas, que no tengan problemas en salir de lo clásico y que asuman ciertos riesgos, el público irá reaccionando cada vez más positivamente a estos estímulos. En rigor, Chandon Artground sintetiza una búsqueda de nuevos campos de acción. El gesto se resume en que, por estos días, el vínculo de las compañías con sus clientes no es meramente comercial sino que, de aquello, pueden surgir diversas aproximaciones de principios, códigos y hasta la invención de un ecosistema más virtuoso. “Tuvimos un muy buen primer contacto”, siente Huberman. “Estamos súper contentos, con lo cual esperamos poder hacer Chandon Artground todos los años y seguir innovando en su contenido”, concluye Benavides.