Blancaflor y un cambio en su logo reabrió el debate de los estereotipos
Después de 65 años, la harina Blancaflor de la empresa Molinos Río de la Plata decidió hacer un cambio de imagen y sacar a la tradicional mujer morena de su logo. Tras la modificación, ahora el paquete sólo muestra las manos de una persona junto a un bowl, sin la paradigmática 'negrita' que vistió el paquete de la marca durante décadas.
Durante un largo tiempo, el logo despertó críticas por "mostrar" a la mujer del envase como una "representación de la explotación". Además de naturalizar que son las mujeres las que cocinan. Está claro que en 1956, cuando salió el mercado, la realidad y mentalidad de la sociedad era otra.
En este marco, el adiós a la mujer negra, con guantes blancos y una especie de uniforme de cocina fue celebrado en las redes sociales. Muchos catalogaron el cambio como el fin del racismo y machismo. Sin embargo, para otros el verdadero problema es vincular el color de piel con la esclavitud.
Ya sea por una razón u otra, la disconformidad de los argentinos con los estereotipos que reproducen las macas no es una novedad. Una investigación reveló que siete de cada diez argentinos no se sienten representados en las campañas publicitarias o anuncios comerciales, en un contexto en el que los publicistas revisan los estereotipos de género a los que apelan para representar a infancias, mujeres o diversidades con iniciativas como la de Spotlight o el Sello Púrpura.
De acuerdo al relevamiento realizado por la consultora Kantar, sólo tres de cada diez argentinos se sienten representados en las campañas publicitarias, aunque si solo se toma en cuenta el segmento ABC1 -personas de alto nivel socioeconómico-, esa representación alcanza al 43 %.
El estudio registró que más de la mitad de los argentinos se sintió discriminado alguna vez, y que los ejes más recurrentes de esa percepción tienen que ver con las características corporales (57% de los casos), el poder adquisitivo (40%), la edad (20%), las ideologías políticas (19%), las creencias religiosas (12%), el género (14%), la orientación sexual (7%) y las discapacidades (9%).
La percepción de haber sufrido discriminación es mayor entre las mujeres (60%), las personas de menores ingresos (59%) y las generaciones más jóvenes (60%). La encuesta también señaló que, en Argentina, el 5% de millennials -personas nacidas entre los años 1980 y 1995- y centennials -nacidas a partir de 1996- se percibe de un género distinto al asignado al nacer.
Al respecto de la falta de representación de las audiencias, Unicef y Disney mantuvieron en encuentro virtual junto a la Iniciativa Spotlight, una alianza entre la Unión Europea y las Naciones Unidas para eliminar la violencia de género, con el objetivo de reflexionar sobre posibles acciones desde la comunicación de masculinidades e infancias igualitarias y libres de violencias.
Los especialistas que participaron del análisis coincidieron en que el abordaje de las masculinidades e infancias constituye un proceso que implica una transformación tanto de quienes producen los mensajes como del contenido en sí, y destacaron que cada vez más piezas publicitarias se animan a abordar temáticas vinculadas que rompen estereotipos.