Los traders de petróleo deberían tener cuidado los próximos 12 meses. El año que viene, el mercado de energía enfrenta un doble problema: una superabundancia de oferta y una falta de demanda que podrían hacer bajar los precios del crudo más de 10% respecto de los niveles actuales.
El mercado de petróleo sigue registrando mucha producción de crudo de EE.UU., Canadá y Brasil, lo que podría generar un exceso de oferta en 2020, reza un informe publicado recientemente por el Institute of International Finance, un think tank de Washington.
El informe, escrito por un equipo dirigido por Garbis Iradian, economista jefe del IIF para Medio Oriente y África Septentrional, pronostica que la producción mundial de petróleo sumará 1,9 millones de barriles por día en 2020 y que más de la mitad provendrá de EE.UU.
La desaceleración del comercio global, incluso si se acuerda enfriar la guerra comercial entre EE.UU. y China, podría desacelerar la demanda de petróleo en 2020, según el informe del IIF.
En otras palabras, el año que viene la demanda crecerá poco y se disparará la oferta.
En consecuencia, Iradian y su equipo pronostican un promedio de US$ 60 por barril de Brent (el precio de referencia para Europa) para 2020, 12,9% abajo del valor reciente de los futuros (US$ 68,71), según datos de Bloomberg.
La OPEP no va a ayudar
Los recortes acordados recientemente por la Organización de Países Exportadores de Petróleo no serán de ayuda.
El tema es que aunque algunos miembros clave de la OPEP están produciendo muy por arriba de su cupo designado, Arabia Saudita los compensa extrayendo mucho menos petróleo de lo que acordó.
Ahora que vendió una pequeña participación en Aramco, su petrolera estatal, Riad podría dejar de ayudar.
El impacto para los inversores
¿Qué significa esto para los inversores? Hay tres cosas a tener en cuenta.
En primer lugar, la caída de los precios ayudará a los consumidores estadounidenses porque abaratará la nafta. El costo de la nafta y los futuros del crudo están inextricablemente unidos en el largo plazo. En otras palabras, tarde o temprano la caída de los precios del petróleo bajará los de la nafta.
Esto debería impulsar las acciones de fabricantes de productos de consumo discrecional ?productos que no hace falta comprar todo el tiempo, como un auto nuevó, como General Motors y Amazon.com.
Por otro lado, para las acciones de productores energéticos, como las del fondo que cotiza en bolsa Energy Select Sector SPDR (XLE), una merma de los precios del crudo podría ser menos benigna.
El tercer factor son Arabia Saudita y los demás países productores de petróleo de la región. Una caída de los precios reduce sus ingresos públicos. Lamentablemente, a diferencia de EE.UU. y la Unión Europea, tienen pocas fuentes alternativas de ingresos.
En el caso de Arabia Saudita, cualquier precio inferior a US$ 77 deja al Gobierno en déficit. Riad tiene muchas reservas, pero otros países no, y estos últimos podrían sentir un mayor aprieto en sus economías.
En otras palabras, los inversores deberían proyectar que el año que viene la caída de los precios de la energía ralentice el crecimiento.
Por Simon Constable