Al menos 20 soldados indios murieron en las últimas horas en un enfrentamiento con el Ejército chino en la primera confrontación entre los dos gigantes asiáticos con víctimas en la frontera de los últimos 45 años, informaron autoridades indias.
"Se produjo un enfrentamiento violento la pasada noche que causó víctimas de ambas partes" en el valle de Galwan, en Ladakh, en la disputada región de Cachemira, anunció un vocero del Ejército indio, y lamentó la muerte de un oficial y de dos soldados.
Pero un comunicado posterior de la fuerza armada informó que otros 17 soldados "gravemente heridos sucumbieron a sus heridas, lo que llevó el total de muertos en acción a 20", según informó la cadena de noticias BBC.
El gobierno indio, además, indicó que "ambas partes sufrieron bajas", pero las autoridades chinas no reportaron víctimas, aunque sí reconocieron el enfrentamiento armado y acusaron a su vecino de haberlo iniciado.
Se trata del primer enfrentamiento militar con saldo de muertos que protagonizan los dos países más poblados del mundo, que mantienen varias disputas fronterizas, desde 1975.
Las tropas de las dos potencias nucleares han estado inmersas desde principios de mayo en varios enfrentamientos a lo largo de su frontera común de 3.500 kilómetros, que nunca fue debidamente delimitada.
En cada ocasión, se acusaron mutuamente de traspasar la Línea de Control Actual y entrar en territorio del otro país, y reforzaron con miles de soldados la zona. El vocero de la Cancillería china, Zhao Lijian, denunció que la parte india violó gravemente el acuerdo y cruzó la línea fronteriza dos veces, lo que causó una confrontación física violenta.
Sin embargo, pidió desescalar la situación: "China e India están de acuerdo en seguir resolviendo los problemas bilaterales a través del diálogo. Pedimos de nuevo a India que controle a sus tropas en la frontera. No crucen la frontera, no causen problemas."
El choque militar entre las dos potencias nucleares inmediatamente despertó temores de un mayor conflicto en la comunidad internacional. "Instamos a las dos partes a guardar la máxima moderación", aseguró, en Nueva York, una vocera de la ONU, Eri Kaneko.
India y China, que vivieron una breve guerra fronteriza en el Himalaya en 1962, habían conseguido en los últimos tiempos evitar los choques violentos en sus periódicos roces fronterizos. Beijing reclama la provincia de Arunachal Pradesh, fronteriza de Bután, Myanmar y China; mientras que Nueva Delhi considera suyo el Aksai Chin, una región del noroeste de Tibet, lindante con Cachemira, que controla el gobierno chino.
En 2017 hubo 72 días de choques militares después de que fuerzas chinas avanzaran en la meseta disputada de Doklam, en la frontera entre China, India y Bután, pero nunca se registraron víctimas mortales.
Un año más tarde, el primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente chino, Xi Jinping, celebraron una cumbre en la ciudad china de Wuhan para dar por cerrada la crisis y relanzar las relaciones diplomáticas bilaterales.
El motivo del enfrentamiento:
La raíz de la rivalidad entre China e India está sobre todas las cosas en sus objetivos estratégicos. Ambos comparten una frontera de más de 3.440 kilómetros y tienen reclamaciones territoriales superpuestas. Desde los años 50 China se ha negado a reconocer las fronteras diseñadas durante la era colonial británica. En 1962, eso llevó a una breve pero brutal guerra entre ambos países, que acabó con la humillante derrota militar de India.
Tal como publicó Semana.com, desde el conflicto bélico, las dos naciones asiáticas se han acusado mutuamente de ocupar su territorio. India asegura que China está ocupando 38.000 kilómetros cuadrados de su territorio, que tiene que ver con el área donde ocurrió la actual confrontación.
China se atribuye la soberanía de todo el estado indio de Arunachal Pradesh, al que llama Tíbet del sur. También hay otros sectores donde ambos países tienen diferentes visiones sobre dónde se sitúa la frontera.
Durante las últimas tres décadas, India y China han protagonizado diversas rondas de diálogo sobre disputas fronterizas que fracasaron en hallar una solución permanente, si bien mantuvieron cierta estabilidad en la región.