El debate sobre la regulación del uso de teléfonos celulares en las escuelas ganó relevancia tanto en la Argentina como en Estados Unidos, con iniciativas recientes en Buenos Aires y California que buscan limitar la utilización de estos dispositivos durante las horas escolares. Ambas jurisdicciones adoptaron medidas con el objetivo de mejorar la concentración académica de los estudiantes y fomentar la interacción social.
En Buenos Aires, la semana pasada el Ministerio de Educación de la Ciudad implementó nuevas pautas para regular el uso de celulares en las escuelas. Esta normativa obliga a que cada institución educativa incorpore en su proyecto escolar una distinción clara entre los usos pedagógicos y recreativos de los dispositivos.
Según Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, una de las razones centrales de por qué los chicos no aprenden en clase es por el celular, “que es una máquina de distracción”.
De acuerdo con la nueva normativa, en las escuelas primarias y jardines, la responsabilidad de que los niños lleven celulares recaerá en las familias, aunque su uso estará prohibido tanto en clases como en recreos. Para actividades que requieran herramientas tecnológicas, se utilizarán los dispositivos provistos por la escuela.
En el nivel secundario, los teléfonos y tablets deberán permanecer guardados durante las horas de clase, a menos que se utilicen en actividades pedagógicas previamente planificadas. Será responsabilidad de las autoridades de cada institución comunicar a la comunidad educativa (alumnos, docentes y familias) las normas y condiciones para el uso apropiado de estos dispositivos.
Consensuada con docentes, especialistas y ONGs, impactará a 566 mil estudiantes de 2.291 escuelas de nivel inicial, primario y secundario, tanto públicas como privadas. El principal objetivo es fomentar la concentración de los alumnos durante las clases y promover la socialización en los recreos.
Medidas similares en Estados Unidos
Paralelamente, en California, el gobernador Gavin Newsom solicitó a los distritos escolares que implementen restricciones similares para el próximo año escolar.
En una carta enviada el pasado martes, Newsom instó a las autoridades educativas a actuar de inmediato para ayudar a los estudiantes a concentrarse en las aulas mediante la limitación del uso de teléfonos celulares. En esa misma línea, destacó que reducir el uso de estos dispositivos podría traducirse en “una mejor concentración, mejores resultados académicos y mejores interacciones sociales”.
La oficina del gobernador también indicó que trabajaba con la legislatura de California para establecer nuevas restricciones, que se sumarán a las implementadas en 2019. Aunque los detalles de estas nuevas medidas aún no se especificaron, la intención es reforzar el marco regulatorio para el uso de teléfonos en las escuelas.
Otras iniciativas en Estados Unidos
Este movimiento en California se produce en un contexto donde otros estados de EE.UU. también tomaron medidas similares. Florida, por ejemplo, fue el primer estado en aprobar una ley que prohíbe el uso de celulares durante las clases y limita el acceso a redes sociales cuando se utiliza el Wi-Fi de las escuelas.
Indiana y Minnesota siguieron el mismo camino, aprobando restricciones que se implementarán en los próximos años. En Ohio, el gobernador Mike DeWine firmó en mayo un proyecto de ley que exige a los distritos escolares establecer políticas sobre el uso de teléfonos celulares antes de julio de 2025.
Por otro lado, el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, emitió una orden ejecutiva en julio para que los distritos escolares implementen políticas de “educación sin teléfonos”, con el objetivo de reducir el tiempo que los niños pasan en estos dispositivos sin la supervisión de sus padres. Esta medida entrará en vigencia el 1 de enero del próximo año.
En el caso de Carolina del Sur, las restricciones también están en camino, aunque su implementación se retrasó debido a la necesidad de más tiempo para considerar los comentarios de maestros, padres y administradores. Un comité legislativo aprobó agregar una cláusula al presupuesto estatal que requerirá que las escuelas prohíban el uso de teléfonos celulares a partir de 2025, bajo pena de perder financiamiento estatal.
Estas medidas reflejan una preocupación cada vez mayor por el impacto negativo que el uso excesivo de teléfonos y redes sociales tiene en la salud mental de los jóvenes. Un estudio del Pew Research Center reveló que el 72% de los docentes de secundaria y el 33% de los de primaria en Estados Unidos consideraron que las distracciones por el uso de celulares eran un "problema importante" en el aula. Además, un informe de la organización sin fines de lucro Common Sense Media encontró que aproximadamente el 97% de los adolescentes utilizaban sus teléfonos durante la jornada escolar.
A pesar de las intenciones de los legisladores y educadores, las propuestas de prohibición del uso de teléfonos generaron resistencia, particularmente entre los padres, quienes argumentan que sus hijos necesitan los dispositivos para emergencias. Además, algunos funcionarios escolares expresaron dudas sobre la viabilidad de hacer cumplir estas restricciones de manera efectiva.