La industria de la aviación ejecutiva es optimista de cara a la postpandemia, aunque el COVID-19 está teniendo un impacto devastador en el sector en el corto plazo. Es que, al igual que en la industria de las aerolíneas, la crisis es de una magnitud sin precedentes y con un futuro incierto.
Durante la última semana de abril, en Europa, por ejemplo, se observó una disminución del 72% en el tráfico de Business Aviation, con algunas variaciones según países o regiones. En la Argentina esa caída alcanzó el 98 por ciento.
Esto redunda en pérdidas de ingresos de entre el 50% y el 95%, para las miles de pymes que conforman el sector dependiendo de la región.
A nivel local, los responsables políticos nacionales buscan, en conjunto con el sector privado, salvaguardar este sector frágil y esencial. Tal es así que la ANAC en Argentina convocó a un grupo de referentes de la industria para realizar un diagnóstico certero sobre esta nueva realidad. Sucede que habrá que asegurar que la mayor cantidad posible de empresas sobrevivan para que puedan ayudar a reconstruir las economías, garantizando la conectividad-regional y proporcionando los vuelos sanitarios necesarios.
La aviación ejecutiva desempeña un papel crucial en la lucha contra el COVID-19 en el mundo. Muchos operadores especializados en vuelos sanitarios y de emergencia actualmente brindan servicios esenciales a las comunidades que luchan contra la pandemia, incluso para el transporte de trabajadores de la salud. Pero todas las demás emergencias médicas no se detuvieron, y están siendo manejadas por los operadores aeronáuticos, a pesar de numerosos operativos de seguridad y restricciones aeroportuarias.
Junto con esos vuelos, la aviación privada también ofrece vuelos de carga, asegurando el transporte y la entrega de suministros médicos críticos en todo el mundo. Vuelos de repatriación también son organizados, apoyando los esfuerzos de los gobiernos para reunir a las familias.
Algunos fabricantes, por su parte, están utilizando sus recursos para producir suministros médicos esenciales como respiradores y otros insumos críticos. Otros decidieron realizar donaciones a hospitales para ayudarlos a hacer frente a la presión y la demanda adicional.
Para paliar la crisis en la que se encuentran las aerolíneas, las autoridades deberán considerar to- das las medidas de recuperación y socorro disponibles para garantizar la continuidad de las operaciones.
Esta continuidad solo puede garantizarse si todos los actores de la cadena de valor de aviación privada están operativos, incluyendo operadores, aeropuertos comerciales, regionales y aeródromos, FBO (terminales ejecutivas), operadores de tierra, proveedores de combustible, organizaciones de mantenimiento, fabricantes y otros proveedores de servicios dedicados. Los desafíos que enfrentan las empresas de aviación de negocios son numerosos: efectivo déficit de flujo, liquidez, necesidad de personal, asuntos regulatorios, fiscales, etcétera.
Durante su ultima entrevista, Peter Cerca, vicepresidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo IATA, informó que para la región de Latinoamérica y Caribe se espera una caí- da de ingresos por US$ 18.000 millones en comparación con los US$ 15.000 millones que se estimaban dos semanas atrás.
La caída del sector es del 98%, con pérdidas de entre el 50% y el 95% de los ingresos.
La situación es crítica para toda la industria y, si bien son entendibles las decisiones tomadas para combatir el virus, será necesario que los gobiernos apliquen medidas para mitigar los efectos económicos de estas medidas. Según IATA, los ingresos caerán por US$ 314,000 millones en 2020, una caída del 55% respecto de 2019.
Para sobrevivir, la industria necesita mantener una coordinación completa y efectiva con las asociaciones que apoyan al sector, garantizando la continuidad básica para los operadores de aviación, proveedores de servicios, fabricantes y cadena de suministro. Esto permitirá mantener operaciones de vuelo esenciales como (pero no limitado a) vuelos sanitarios, suministro de equipos médicos, viajes de repatriación y el suministro de aeronaves y piezas para garantizar que ta- les operaciones puedan continuar.
Además es necesario que se implementen todas las medidas lo antes posible para garantizar que la aviación ejecutiva pueda reanudar sus actividades normales tan pronto como termine la crisis.
Los paquetes de ayuda lanzados recientemente por Europa y EE.UU. a diversas instituciones apoyarán definitivamente al sector, pero las medidas adicionales propuestas son también esenciales en la consideración de la magnitud de la crisis.
Se requiere con urgencia un plan de acción para la aviación de negocio,s y debe incluir medidas regulatorias y financieras.
El acceso a esos instrumentos financieros debe ser simple, directo y racionalizado para alcanzar a la mayoría de las empresas.
Desde el sector, plantean medidas como:
- Asegurar la liquidez para las empresas de taxis aéreos, a través de garantías o líneas de crédito, para preservar empleos directos e indirectos altamente calificados.
- La suspensión por al menos seis meses o hasta que la industria regrese a un buen funcionamiento y la situación financiera de todos los impuestos y tarifas nacionales, regionales y locales.
- Máxima flexibilidad con respecto a las tareas de mantenimiento, que incluyen extensiones de intervalo, los certificados de revisión de aeronavegabilidad y las aprobaciones aceleradas del personal que deben ser aplicados por la autoridad aeronáutica y las autoridades competentes mientras se mantiene la aeronavegabilidad de la aeronave.
Estas son solo algunas de las medidas que contribuirían a una pronta recuperación de la crisis, y hoy más que nunca el trabajo mancomunado del sector público y del sector priva- do asegurará la recuperación y sostenibildad de esta área.