Más o menos una vez por década, surge un producto que afirma ser revolucionario, es promocionado con bombos y platillos por su fabricante, recibe elogios de todos y supera las expectativas. Ese tipo de producto suele ser de Apple. Desde la primera Mac y el iPod hasta el iPhone, Apple prometió mucho y cumplió.
Pero ahora parece que con Tim Cook al mando, hubo un cambio sutil en la maquinaria publicitaria de Apple. Desde ya, la empresa sigue afirmando que prácticamente todos sus productos son revolucionarios; cada versión nueva del iPhone se anuncia como imprescindible por alguna función que uno no sabía que deseaba tener.
Pero por primera vez en mucho tiempo, Apple pecó de discreta al promocionar un producto que me parece verdaderamente revolucionario: los AirPods Pro. Parecen haber salido de la nada y tras tener la oportunidad de probarlos, los considero uno de los productos tecnológicos más innovadores desde el iPhone. No te van a enriquecer ni a ayudar a vivir más, pero su ejecución creativa y técnica es tan precisa y completa que resultan revolucionarios. No soy el único que lo dice: ya son uno de los productos más vendidos para las Fiestas en EE.UU.
Yo los probé en la Apple Store del University Village en Seattle. Dave, el vendedor de Apple, los configuró desde un iPad mini: puso y sacó canciones, subió y bajó el volumen, canceló o dejó sonar el ruido ambiente. Al activarse la cancelación de ruido, parecía esas bromas que hacen los amigos cuando simulan que están hablando y mueven la boca sin emitir sonido, porque no podía oír absolutamente nada. Yo tengo unos auriculares con cancelación de ruido que uso para escribir en la oficina, con orejeras industriales como las que se usan en las obras de construcción. Me cubren las orejas y bloquean los ruidos más altos, pero los AirPods Pro son muy superiores. No oía prácticamente nada. Si ponía música, era todo lo que podía escuchar.
Al final, no recordaba una demostración que me hubiera convencido tan perfectamente de algo que ni siquiera sabía que necesitaba. Como viejo fan de los productos de Apple, ya estaba decidido a comprarlos, pese al precio de US$ 249. Además, me pareció que el marketing discreto de un producto verdaderamente innovador representaba un cambio sutil para esta marca de consumo que siempre fue de primera línea. Con el clima cultural actual, no suena bien que haya fanáticos acampando durante la noche para poder ser los primeros en comprar el nuevo iPhone. Parece que los de marketing de Apple lo intuyen.
¿Para quién están pensados los AirPods Pró Sin duda Apple dirá para todos, pero eso suena un poco impreciso. El cliente ideal podría ser alguien que quiera escuchar música y nada más (un alumno de secundaria o estudiante universitario), aislarse completamente del ambiente (un empresario sentado al lado de un bebé en un avión) o alguien camino al trabajo (en un tren o un colectivo) que quiera leer sin interactuar con los demás pasajeros. Para cualquier otra persona, con los AirPods normales alcanza.
El buen marketing te hace pensar en comprar algo que no tenías en cuenta. En tiempos de campañas publicitarias exageradas, los AirPods Pro parecen cumplir lo que prometen. Valen la pena.
Por Will Jeakle