En un mundo en el que la opinión pública sigue siendo un elemento decisor, pero no hacen falta ya mediadores absolutos sino gente que entienda la conversación social y los temas de interés de la ciudadanía, las consultoras de comunicación deben resignificar sus servicios para seguir ofreciendo las mejores respuestas a sus clientes.
En ese sentido, José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de Llorente y Cuenca (LLYC), aseguró desde Madrid y durante el Forbes Talk CCO & CMO que en materia de reputación corporativa la irrupción del Covid-19 no solo aceleró cambios sino que deparó nuevos escenarios.
La pandemia dejó una herencia de refuerzo de lo público y lo regulatorio que es un desafío grande para el mundo privado, remarcó Llorente, al frente de la consultora que ya tiene más de un cuarto de siglo de vida y oficinas en más de una decena de países.
El experto repasó los cambios mundiales desde la época en la que la comunicación se gestaba en línea directa entre el emisor, el canal y el receptor. Hace 10 años creíamos que nuestra profesión estaba madura y sin embargo hoy cuando vemos lo que hacemos pienso que somos un bebé que da los primeros pasos, admitió.
No obstante, algo se mantiene constante:
La esencia siguen siendo las personas, que son el centro de todas las iniciativas. Las redes sociales son pasivas; los que intervienen son las personas, las instituciones, consideró.
La tecnología ha empoderado a los individuos, nos ha dado capacidad de elegir qué percepción queremos de las cosas, opinar, compartir, hacer un mundo más plural y complejo. Pero para comunicar hay que entender cada realidad local, escuchar la conversación social, entender cuáles son los rituales, los significados de las palabras en cada país. El mundo multidiverso actual en el que las opciones se multiplican por segundo -advirtió- requiere mucha flexibilidad y capacidad de adaptación.
Tras haber concretado dos compras importantes (la agencia mexicana Beso y Apache, en España) Llorente consideró que se han desdibujado las fronteras entre la publicidad, las relaciones públicas, el marketing, lo digital. Cada desafío requiere un mix diferente de disciplinas y hay que encontrar soluciones nuevas a problemas nuevos.
El especialista en comunicación marcó que la ciudadanía empoderada hoy gobierna el mundo, a veces de manera anárquica, pero es lo que tenemos. Y por eso lo que hace falta es una diversidad profesional amplia. Nuestra división Digital Business esperamos que este año sea el 30% de nuestro negocio y por eso tenemos 100 ingenieros especializados en IA, aunque también necesitamos creativos y diseñadores.
La capacidad de reacción es otro rasgo distintivo actual. La rapidez de respuesta se gana con previsión, preparando escenarios. Ser rapidísimo puede ser un grave problema si uno no ha pensado bien qué va a hacer, afirmó.
Finalmente, celebró la cotización en Bolsa de LLYC como un modo de transparentar y hacer crecer a la compañía porque la supervisión del mercado nos hace mejores.