La agricultura sostenible nace en respuesta a las necesidades de la sociedad actual, que demanda formas de producción más conscientes y menos agresivas con el medio ambiente, y que además sean social y económicamente aceptables.
Consultado sobre si es posible producir de forma eficiente, Juan Lariguet no dudó en responder con un “sí” categórico. “Nuestro foco es ver el hoy pensando en el mañana. Con ese fin, buscamos mitigar la emisión de efecto invernadero, desarrollar productos innovadores que reduzcan su huella y promover la inclusión y diversidad de pensamiento. Otro tema no menor es garantizar la biodiversidad enfocándonos en entender la dinámica de malezas, insectos y enfermedades”.
En tanto, Pilu Giraudo, destacó que los retos son producir más cantidad y calidad pero con bajo impacto ambiental. “También necesitamos amigarnos con las energías renovables y alejarnos de las de origen fósil. Eso necesita de un entramado muy importante de productores, compañías de servicios y de políticas públicas. Lo bueno es que Argentina está anticipada en este camino de la preocupación por la erosión de los suelos. Fuimos los primeros en poner fin a un paradigma de deterioro en este sentido, mientras que en el mundo más del 80% sigue practicando la agricultura extensiva. La siembra directa abrió una nueva forma de trabajar, bajo un abordaje holístico que, además de la tecnología, incluye otros saberes que no teníamos en cuenta, como la ciencia y la experiencia. Hoy se produce y preserva en simultáneo”.
Esteban Bruel, por su parte, explicó que actualmente en su estancia están muy enfocados en buscar prácticas, procesos y maquinarias que los ayuden a hacer una producción respetuosa para el suelo, aire y agua. “Somos una empresa que produce commodities persiguiendo renta en dólares. Como queremos que esta firma perdure entre la familia, decidimos sumarnos a un programa de bonos de carbono que nos permite medir lo que hacemos. Gracias a eso pudimos determinar nuestras emisiones pasadas y elaborar un plan para mitigar las actuales. Además, rompimos recetas viejas, ya que entendemos que la sustentabilidad es rentable”.
“Nosotros creamos Carbon Group a partir del acuerdo de París, donde por primera vez el sector privado tomó el liderazgo y presentó el rol de los suelos. En ese marco, creamos esta consultora que genera programas que integran la visión del mundo financiero con las emisiones de efecto invernadero y la protección de los suelos, para que el productor pueda medir su impacto en el entorno”, precisó Martín Fraguío en relación al aporte de su empresa en este sentido.
Por último, Lariguet sostuvo que “hay un gran indicio que marca que el productor argentino sí quiere modernizarse a través de la sostenibilidad. Es el país por excelencia en cuidado del suelo. Desde nuestro lado, como empresa proveedora de soluciones, tratamos de acelerar la innovación con productos que permitan medir la huella. Fruto de la medición surgió una gran necesidad de captar el nitrógeno en los cultivos. Tras dos años de investigación, este año lanzamos un desarrollo que secuestra ese elemento químico de la atmósfera”.
En cuanto al abuso que se hace con la extracción de nutrientes de la tierra en algunos campos, Giraudo se sinceró: “Duele aceptar que tenemos una deuda de reposición de nutrientes con nuestros suelos, por eso, el cuidado de los recursos es la base para generar bienestar actual y a futuro. En ese camino, estamos aprendiendo mucho de los cultivos vivos, que son grandes aliados para promover el abono de la tierra”.