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Dos expertos de NuQlea conversan en Promesas Forbes Summit 2021 sobre los tiempos para emprender. Ellos son Gastón Remy, Co-fundador y CEO de NuQlea y Francisco Brañas, Co-fundador y CPO de la misma compañía.

7 Diciembre de 2021 16.47

“Estaba de pasante, algo típico en ingeniería antes de recibirte. Empezamos a amar una app sobre la construcción”, recordó Francisco Brañas, Co-fundador y CPO de NuQlea. Y continuó: “Me animé a enviarle un mail a Gastón para que conozca mi aplicación, que no era más que un excel; y me contestó. En un evento, y a pesar de tener su agenda colmada, nos dio una hora para conversar”. La relación continuó hasta hoy convertirse en socios y amigos.

En 2020 Gastón Remy, Co-fundador y CEO de NuQlea, decidió tomarme un año sabático y fundar Seamos uno. Entre las terribles sensaciones de llegar con asistencia y alimentos a tanta gente vulnerable, empezamos a observar y analizar las condiciones de hábitat y así nació NuQlea, con la idea del triple impacto. “Teníamos una visión colectiva, colaboradora. Desde comienzos de 2021, ya tenemos una startup donde trabajan 27 personas y donde reunimos a los principales fabricantes de la construcción”, aseguró. Hoy, esperan seguir escalando a América Latina.

Miradas que se encuentran

“La parte de mi experiencia que aporté desde el minuto uno fue emprender a partir de brindarle valor al cliente. Llevar a los clientes a otro nivel gracias a implementar una conciencia puertas adentro”, aseguró Brañas.

“Venimos queriendo ser una dualidad entre lo viejo y lo nuevo, entre lo analógico y lo digital, porque eso da la posibilidad de realizar una verdadera transformación en la construcción”, señaló Remy, convencido que es el momento de los proyectos puente. También profundizó en que el equipo está conformado por aquellos que pueden abrazar la idea de convivir con vulnerabilidad, la incertidumbre y la volatilidad.

El clic, ese momento que inaugura un cambio

“Seamos uno fue un golpe fuerte a la mirada, a los sesgos, a las perspectivas que tenía hasta haber recorrido esos sectores vulnerables”, sostuvo Remy. El día que entregamos la caja un millón en un lugar muy humilde de Quilmes, cuando vieron lo que pagaban por los materiales de construcción, más del doble que en Zona Norte, empezaron a entender que hay ineficiencias en la cadena de valor que merecían ser entendidas, como la transparencia. “Tuve la sensación de no volver más al ambiente corporativo. De no ir más con el pescado, sino con la caña de pescar, y que tenga lógica de triple impacto”, aseguró convencido.

“Empatía y optimismo por el país, eso nos une”, señaló Brañas. Es un clima de época generacional, no solo las empresas deben estar para generar dividendos, sino que todo lo que rodea a las compañías debería crear un ambiente mejor. “Trabajamos mucho con nuestros aliados estratégicos e inversores, para dejar todo el tiempo la estaca de que lo que hacemos no solo tiene un valor e impacto hacia el cliente”, agregó.

“Cuando lo sentís en el alma y te sale desde adentro, y entendés que no puede ser solo pensar egoístamente, sino pensar en el entorno y en lo que lo rodea, se vuelve mágico, impulsa a los negocios, tracciona el talento, es subirse al barco de generar algo que impacte y mejore la sociedad”, reflexionó Remy. Y aseguró que el proyecto fue muy transformador para todo el equipo. “Después de esa experiencia es muy difícil volver atrás, a lo viejo”, aclaró. 

Balances de cara a fin de año

En un año que se pareció a una montaña rusa, la startup fue un aprendizaje continuo, donde ambos se resetearon en distintos aspectos. “El balance es positivo, estamos creando un ecosistema asociativo, colaborativo, donde los constructores y fabricantes se dieron cuenta que pueden co-participar sin competir, y pueden hacerlo por un propósito en común”, aclaró Remy. 

Eran tres, luego 10. Hoy son 27, y en muy poco tiempo. El tamaño del desafío es enorme. “Nos unió el propósito grande y la transformación de la industria, mirando con expectativas el 2022 para lograrlo”, agregó Brañas. 

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