En la zona de Ordoñez, al sureste de Córdoba, el abuelo de Urquía tenía un acopio de cereales. En ese tiempo, dicha región era una gran productora de lino, un cultivo de invierno cuya producción alcanzó el millón de toneladas en sus mejores épocas. Los Urquía pensaron en industrializarlo, por lo que no dudaron en comprar dos prensas para obtener aceite de esta oleaginosa que se caracteriza por retener la humedad. Así le agregaron valor a esta materia prima que solía exportarse a la Unión Soviética, país que lo usaba para elaborar pinturas para puertas y barcos.
Eran épocas del país donde el que integraba un sector y no crecía era porque no quería. No es que no tuviera visión estratégica. El sector de la industria aceitera te obligaba a que crezcas y busques nuevos mercados. A la producción sumamos girasol y con el crecimiento de la soja inauguramos una nueva planta de industrialización en Santa Fe. Más tarde necesitamos un puerto y como no teníamos dinero nos asociamos con algunos colegas y fundamos Terminal 6, un puerto con fábrica, relató el ejecutivo.
Fuimos progresando y hoy tenemos un gran equipo de trabajo. En Argentina, la gente de campo es capaz e inteligente. Más que la visión estratégica, nos ayudaron distintas circunstancias del país, el cual tiene una gran posibilidad de producir, continuó Urquía.
Pero siempre está la cuestión de los impuestos y cargas que recaen sobre el sector e impiden que crezca. Para muestra basta con remitirse a estos días en que el Gobierno dio una señal del dólar soja y el sector primario vendió casi 14 millones de toneladas. Una cosecha que podría haber sido de 42 o 43. Y no sólo vendió el pequeño y mediano productor, sino el mayor. Tenemos que crear las condiciones (caminos, educación, electrificación) para que vuelva al campo un poco de todo lo que da y que no se siga despoblando, reflexionó el CEO.
Ante la pregunta de cómo se puede aprovechar una desgracia como la Guerra de Ucrania, Urquía sostuvo que el tema le preocupa y le cuesta determinar cómo va a terminar este conflicto. Pero si algo podemos decir es que esto va a repercutir para bien en el país, que es un gran productor de alimentos. Todos queremos evitar guerras, pero la realidad es que los productores de alimentos van a tener un excelente futuro, muy por encima del que tenemos hoy. No sé si en el país nos damos cuenta de la importancia de lo que producimos a nivel campo e hidrocarburos. Sería bueno dinamizar Vaca Muerta y resolver el bendito tema del gasoducto, que genera pérdidas increíbles. La producción del campo también se podría dinamizar atenuando las retenciones. De este modo, el país seguro saldría de la crisis en la que se encuentra.
Urquía advierte que los actuales gobernantes y la gente entienden muy poco de la realidad del campo. Eso es un problema nuestro que no damos a conocer los números. El campo trae un tercio de las divisas que ingresan al país y genera empleos directos e indirectos.
En relación a la pregunta de si como empresa nacional tienen pensado asociarse con otra extranjera para crecer en el exterior, el directivo contó que nunca descartamos alternativas, no estamos cerramos a nada, pero más que abrir el capital, cuando tenemos un proyecto tratamos de asociarnos para potenciarnos. Este modelo nos ha hecho crecer mucho y estamos muy cómodos así. Actualmente la empresa sigue siendo familiar y está integrada por mi hermano, que es el presidente de la compañía, mi primo, mi hermana y yo. Empleamos a 3500 empleados repartidos en los puertos, acopios y producción agropecuaria.
¿Qué lectura le da a la fuerte participación de los jóvenes en el Congreso CREA? Es muy positivo que las nuevas generaciones se interesen en el campo y lo bueno es que ellos son muy receptivos de las nuevas tecnologías. Hoy todo pasa por ellos.