"Grupo Murchison fue fundado por mi bisabuelo, capitán de barco que llegó desde Canadá", comentó el CEO Roberto Murchison. Su abuelo viajó a la Argentina en dos ocasiones, en el segundo viaje se quedó en el país y fundó dos empresas: una de barcazas y remolcadores y otra de estibaje. Ésta última es la que se conoce hoy, aunque las coyunturas a su alrededor distan por completo.
Era 1897 por aquel entonces, justo antes del Centenario de Argentina, momento en que el país era potencia mundial. "No sé si a mi bisabuelo le haría eco lo que sucede hoy", sostuvo. "Pero sí estarían sorprendidos con los desarrollos tecnológicos del país", agregó. Murchison se refiere a una industria de capital intensiva conformada por competidores y jugadores internacionales y también por empresas de capitales estatales.
"Venimos de tiempos de decrecimiento de cargas y contenedores, aunque este año hubo un pequeño repunte", remarcó. También detalla, durante el encuentro, el parate de las fábricas durante la pandemia a partir del cual sufrieron una caída de volúmenes muy grande que se recuperó, finalmente, hacia mitad de año. "La industria automotriz es nuestra unidad más importante. Unas 1.000 personas trabajan en Zárate. Ahí sentimos el impacto", enfatizó. La recuperación actual se combina con un aumento de las exportaciones en el orden del 50% respecto del 2020.
Durante la entrevista, Murchison hizo referencia a la necesidad de "tener conversaciones profundas con muchos sectores", y puntualmente, en el caso de la industria automotriz, puso el énfasis en generar conversaciones sobre los convenios y los temas impositivos para que el sector se beneficie con la generación de empleo.
Respecto de los contenedores, puntualizó en la correlación que existe entre los volúmenes y el crecimiento económico. "Los contenedores crecen por la penetración del contenedor a raíz de la industrialización de materias primas y la exportación de productos de valor agregado, y por el crecimiento del comercio", explicó. Al respecto, se mostró preocupado porque Argentina está estancada en este sentido. "Estamos a unos 10 puntos atrás de PBI respecto del resto del mundo. Si nos comparamos con la región, estamos 6/7 puntos atrás. Ahí hay potencial de crecimiento", comentó.
Reflexiones sobre el marco político y el modelo de negocio
"Creo que hay un consenso de que el modelo que tenemos no funciona. Tiene que haber un cambio de modelo. Este modelo no genera inversión y no genera trabajo”, sostuvo convencido. También hizo mención al consenso de que el problema principal es la pobreza y que la forma de solucionarlo no es con más subsidios, sino con más trabajo, y enfatizó en la necesidad de estabilizar las variables económicas. "Hay consenso en el cómo y no en quién paga el costo", argumentó. Murchison profundizó en la idea de ser depositarios de un Estado demasiado grande para la economía que tenemos. "El sistema regulatorio hace que sea difícil gestionar desde el Estado. Nos debemos un Estado más eficiente", afirmó.
Como empresario, reconoció entender que el primer problema de la economía popular es el financiamiento, y que este sector busca eliminar la pobreza a través de la creación de trabajo. "La agenda empresarial tiene el mismo problema. Las agendas se parecen", confirmó. En un plano de optimismo mencionó haber detectado voluntades de empezar a conversar entre los sectores. "La relación de los gremios con el sector privado es histórica, pero está dentro de las negociaciones razonables y en términos generales los acuerdos se establecen", afirmó.
Expectativas del sector para 2022
El rubro portuario tiene una carga muy preciada, las cargas proyecto, es decir, los molinos de viento y las grandes obras de energía que generan grandes volúmenes para el sector y que aún no aparecieron. Están atados a las inversiones en obra pública o de licitaciones en energías renovables. "Es prematuro pensar que eso estará en 2022, pero soy optimista en que se volverá a buscar acuerdos con la industria automotriz, y parte del arreglo del Fondo va a incluir una especie de ordenamiento de las variables macroeconómicas que permitirá normalizar el flujo de comercio exterior, sobre todo del lado de la importación", detalló.
También recordó venir de un 2020 donde se paró el mundo, a excepción de las cargas proyecto, el 2021 fue similar al 2019. "Argentina debería empezar a crecer económicamente. El año 2022 debería entrar en una senda de crecimiento, en la medida en que se llegue a un acuerdo con el Fondo y se ordenen las variables marcroeconómicas", señaló con firmeza. También comentó su preocupación por que Argentina arregle con el Fondo Monetario, pero sin que se politicen las medidas. "Me preocupa que como sociedad no logremos convencer al sector político de que no queremos banderas", anunció. Y por último, en un plano más alentador habló del potencial del país en la medida en que “salga de esta maraña en la que nos autoinflingimos".