“Estaba recién recibido, con sólo 21 años, llegué con una muestra de suelo. Eso lo recuerdo perfecto... y el camino que hemos recorrido, 44 años de la empresa”, contó Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter, sobre sus comienzos, un profesional que pudo asistir a la universidad gracias a dos becas que obtuvo: una del Centro Universitario de Pergamino y otra de la Comisión Nacional de Investigación Científica.
Sus comienzos como empresario
“No sé si me di cuenta cómo se fue dando, la empresa se construye con ladrillo a ladrillo. Allá por 1986 con la primera exportación a Ecuador. Ahí arrancó la semilla del comercio exterior. Nos profesionalizamos, así que se fue dando para llegar a ser la empresa que hoy somos”, confesó el líder que promueve una cultura organizacional donde el compromiso, la adaptación a los cambios, la inversión permanente y el valor para animarse a asumir desafíos son los motores para lograr organizaciones de excelencia.
Todo emprendedor tiene sus pros y sus contras. ¿Qué fue lo que más te costó?
Delegar. Soy de estar en todo. Al final, aprendí a delegar porque si no, no sería la empresa que hoy es.
En cuanto al salto más importante de su carrera. Yapur respondió que en 1997 empezó a darse cuenta de que tenía que poner normas de calidad en la empresa. Esas normas le fueron dando esa profesionalidad. Su logro profesional más destacable es haber participado en el liderazgo Rizobacter, una empresa que, desde Pergamino, en el interior del país, logró la internacionalización. Hoy cuenta con 8 filiales y comercializa productos biológicos para el agro en más de 40 años.
Aprendizaje de la crisis
“La peor de todo fue el 2001. Cuando volví el 14 de enero parecía que estaba en otra empresa. Eso fue lo que más me costó... Seguir para adelante es la clave, la agricultura en este país tiene un perfil excepcional”, comentó el CEO de Rizobacter.
Yapur fue partícipe activo en la iniciativa para que Bioceres, otra empresa biotecnológica, adquiera el 80% del paquete accionario, acontecimiento que repercutió en el alza exponencial de la compañía para los próximos años.
Regla de oro para elegir socios. “Es lo mismo que busco, gente con hambre de gloria, las ganas de hacer cosas, las ganas de aprender. Respetar la palabra. La palabra vale y creo que eso es fundamental, la palabra la respetamos”, comentó el empresario.
Él cree que para avanzar como país se debería “escuchar a la clase productiva que es lo que genera... no podemos pensar una Argentina sin el agro, no podemos dejarlo de lado... hacer es invertir y trabajar permanente para poder construir y seguir creciendo”, reflexionó.
