Desde su mirada, “la innovación está pasando por un momento muy especial a raíz de las nuevas tecnologías que hace que la idea de innovar sea algo tan generalizado al punto que todos tenemos una manera de pensarla. Todos creemos que sabemos de innovación, de creatividad”.
El problema, según él, surge cuando una persona en su trabajo siente que todo el tiempo todo cambia, y se le dice que lo que hacía ya no va. Y aquí aparece esta sensación de “sé tanto de innovación que no puedo innovar. Esa cosa de sentir que todo ya está hecho. De que soy tan creativo que no se me ocurre ninguna idea”.
En el último tiempo ha surgido al interior de las organizaciones la posición de una persona que tiene bajo su responsabilidad a la innovación. Kastika explicó que, según la empresa, su rol varía. “A veces tiene un perfil más de recursos humanos, enfocado en que la gente sea más creativa. En otros, a buscar ideas afuera. Hacer incubadoras, explorar más afuera. Otros tienen un perfil más tecnológico que tiene que ver con nuevas tecnologías o con la transformación digital”.
Sin importar demasiado cuál es específicamente cada rol, para el consultor sí es clave que cualquier empresa tenga claro para qué quiere innovar, en dónde necesita innovar, cuál es el sentido de hacerlo.
En línea con ello, habló de dos planos. Por un lado, el que tiene que ver con la necesidad. Es decir, ser innovadores para que nuestros colaboradores se sientan motivados o para lograr algo puntual”, Luego, el plano de la aspiración, esta idea, explicó, de que “queremos ser tal cosa como organización. Por ejemplo, ser líderes en sustentabilidad o en atención al cliente”.
Yendo a lo que la innovación implica para quienes lideran las organizaciones, Kastika planteó “Como líder, cuando tenés gente talentosa en una empresa, hay que estar preparados, transformarse, poder adaptarse, ya no funciona bajar línea. La creatividad no es solo tener muchas ideas, sino estar abierto a muchas ideas, aunque no las tengas vos. Dar lugar a esas ideas, es ahí donde la verdadera esencia disfrutable del proceso de innovación es disfrutable, cuando nos abrimos al cambio”.
A su vez mencionó que la creatividad no es absoluta. “Es algo relativo. Tal vez haya cosas que hoy no son creativas, pero que en unos años sí lo sean”, planteó.
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Sumado a ello, el consultor hizo una diferencia entre inteligencia e innovación. Desde su visión, la creatividad es poder generar muchas respuestas, ni obvias, ni extravagantes, ni raras, sino distintas. “La creatividad empieza cuando decís algo distinto, no extravagante. Innovación es poder dar ideas distintas, pero que a la vez tengan un sentido y generen valor para alguien”, destacó.
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Para concluir, Kastika trajo a escena una explicación de por qué es importante para un ciudadano de a pie entender qué es innovación. “Tiene que ver con no estancarse en la respuesta absoluta”, planteó. “Puede ser que haya cosas que no nos gusten, pero tenemos que darnos la posibilidad de abrir la cabeza y hacernos nuevas preguntas”.
Llevado a una organización, remarcó: “Para un líder, no solo es importante tomar ideas de quienes trabajen con él, sino que hay que poner a trabajar a las personas a las que se les ocurrió determinada idea, aunque sean de otras áreas”.
En este sentido, “el primer momento para entender que se está avanzando en la capacidad creativa es cuando te das cuenta de que aceptas una idea que antes no hubieras aceptado, cuando te animas a probar y ahí empieza el juego”, explicó. Es ahí, donde “genera una transformación, un verdadero impacto en las empresas”. En definitiva, concluyó: “La creatividad genera ideas novedosas, pero es innovación cuando esa idea se mete en la cabeza de la gente, lo incorporan, te copian y genera un verdadero cambio”.
