Energía, automotriz, siderurgia y tecnología son industrias que tienen buenos sueldos, pero poca participación de las mujeres, sobre todo en los puestos directivos. La presencia femenina en industrias tradicionales es un tema más profundo que una cuestión de cupo laboral. Es una realidad que atraviesa a casi todos los países del mundo, todos los sectores y que en gran medida promueve una transformación cultural en las organizaciones.
Marcela Cominelli, Gerenta de Área de Legales, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Newsan señaló que “recientemente el Foro Económico Mundial dice que se necesitan 132 años para alcanzar la equidad de género y necesitamos aceleradores para que esto suceda. Argentina ha alcanzado el puesto 33 y está a la vista esa mejora. Hoy por ejemplo hemos incorporado el Día de la infancia pero la participación en el mercado laboral es de 57% de hombres”.
Por su parte, Carla Monrabal, Presidenta en Consorcio de Gestión Puerto Dock Sud y el Consejo Portuario Argentino, explicó que “en mandos medios es donde hay una brecha muy importante en los puestos de los colaboradores. Por eso creo el cupo hace falta, es una herramienta útil para lograr la equidad. Tenemos artículos de una ley de 1927 que impiden por ejemplo que una mujer con hijos puede trabajar en nuestro sector”.
“Acá en Tucumán la situación es diferente” sostuvo Catalina Rocchia Ferro, Presidenta de Bioenergética La Florida y Gerenta General en Compañía Azucarera Los Balcanes. “Vemos que las multinacionales ya tienen incorporado el tema de diversidad. Pero en Tucumán seguimos diciendo el Día del niño porque hay un feudalismo que hace muy difícil para que una mujer se desarrolle y sea estibadora, por ejemplo. En las fábricas que yo gerencio no había baños para mujeres por eso es importante que sepamos que la diferencia que hay entre Buenos Aires y las provincias del norte es muy marcada”.
Monrabal ofreció el ejemplo de su compañía a la hora de llevar adelante los cambios. “Cuando arribé el 33% de las colaboradoras eran mujeres y mayoritariamente en posiciones administrativas. En puestos no tradicionales teníamos prácticamente espacios para la mujer. Por eso tenemos que trabajar esa visibilización para promover los cambios, trabajar desde los oficios, como soldadoras, electricistas, albañilas que muchas veces no encontramos en el mercado. Uno de los cambios que decidimos tomar fue trabajar con entidades gubernamentales y sindicatos para formar e incorporar mujeres en nuestro sector.
¿Cupos sí o no?
Uno de los debates que surgió en el panel fue la necesidad de tener cupos laborales. “Si dejamos o esperamos que el mercado acomode la situación, esto no va a suceder nunca. Desde nuestra mirada los cupos son aceleradores y luego hay que acompañarlos con mecanismos, políticas y proceso con perspectivas de genero porque en definitiva nadie duda que necesitamos más mujeres en la industria”, apuntó Cominelli.
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“Los cupos generan a veces una discriminación positiva”, apuntó Rocchia. En Tucumán, por ejemplo, no existen sindicatos con presencia femenina y va a ser muy difícil revertir esa situación. Sabemos que en todas las revoluciones hay movimientos pendulares, hoy tenemos el tema de la mujer en el centro del debate pero a la hora de pedir un ingeniero siempre me piden que sea hombre. En las metalúrgicas no hay mujeres, en la industria pesada no hay mujeres, entonces necesitamos cambios de raíz, porque siempre se la vincula a la mujer con espacios de cuidado pero es necesario pensarse en lugares de liderazgo porque si yo hubiera tenido hermanos varones seguramente no estaría sentada en este panel.”
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