La estabilidad macroeconómica, la alta demanda insatisfecha de una clase media emergente, y un contexto normativo atractivo para las inversiones en distintos sectores aporta a que el mercado inmobiliario de Paraguay sea una de las mejores opciones para mirar en la región. Así lo explican Alejandro Zuccolillo, Fundador y Director de ZUBA Inversiones Inmobiliarias, y Sebastián Benítez Bittar, Socio Fundador y Director de Benítez Bittar Constructora, al participar de la 4ta edición del Forbes Real Estate Summit.
Paraguay alcanzó un punto de inflexión. Es un país que hace 20 años tiene el mismo tipo de cambio al hoy vigente, lo que permitió una política fiscal y monetaria responsable que junto a la baja de la presión impositiva permitió fortalecer la economía, explicó Zuccolillo al presentar un mercado en el que la gente puede acceder a un crédito hipotecario a 6,9% de tasa en guaraníes y 30 años. Eso disparó la capacidad de acceso al financiamiento y permite a la clase media acceder a su casa y atender la demanda insatisfecha de casi un millón de viviendas, además 100.000 personas que todos los años están saliendo a buscar una primera propiedad.
En esa radiografía social, se destaca que de los millennials de 25 a 40 años sólo el 17% tiene empleo formal con acceso a créditos a largo plazo, pero el restante busca acceder a una vivienda de alquiler que en el vecino país permite al inversor una renta de entre un 7% y 8 % en dólares anuales, con una plusvalía del 25% al 30 %, lo que termina de conformar un mercado sumamente atractivo a la inversión, reafirmó el titular de ZUBA Inversiones Inmobiliarias. Se identifican así, dos targets bien definidos: El inversor que busca la renta y el cliente que se puede endeudar a largo plazo.
El momento de ir a Paraguay es ahora, sentenció Zuccolillo, al resaltar la expectativa de que el vecino país alcance el grado de inversión (o investment grade) una categoría de calificación crediticia de las agencias calificadoras de riesgo que le permitirá ser el segundo mercado latinoamericano en lograrlo. Eso permitiría el acceso a capitales y financiamiento para aprovechar muchas oportunidades de desarrollo y tomar una posición en el mercado.
Por su parte, Benítez Bittar también compartió esa visión de que Paraguay dejó atrás la fama de ser el centro del contrabando y hoy pasó a ser el centro de oportunidades, por estabilidad monetaria, política y social, lo que engloba una previsibilidad elemental para cualquier empresario que desea invertir a corto, mediano y largo plazo. Ese contexto le permitió ser en plena pandemia el país que menos decreció de la región a un -0,4% de su PBI y de acuerdo a las proyecciones de los organismos internacionales es posible que lidere el crecimiento en 2023 con un 4,5%.
El desafío es comunicar y llegar a los oídos correctos para decirle a los empresarios que pueden hacer grandes inversiones en el país, que hay muy buenas oportunidades en el desarrollo inmobiliario tanto horizontal como vertical, agregó el directivo de Benítez Bittar Constructora al señalar que además del déficit habitacional que es necesario atender es importante conocer que el 70% de la población paraguaya tiene menos de 40 años, es joven productiva y en progreso.
Entre las particularidades del vecino mercado, Benítez Bittar puso de ejemplo el caso de la ciudad de Asunción en la que trabajan a diario 2,6 millones de personas pero en la que sólo viven 800.000 paraguayos, con el consecuente resultado de pérdida de calidad de vida que explica la tendencia de pasar del concepto de ciudad horizontal y extendida a otro vertical. Pero, además, hay un marco de leyes como el de inversión extranjera que garantiza el derecho de propiedad y el libre ingreso y salida de capitales, así como la invariabilidad tributaria que por 10 años se congela ante ciertos parámetros a cumplir, reseñó al recomendar que la mejor forma de formar parte de este desarrollo es buscar un partner local para agilizar los procesos y buscar la eficiencia de la inversión.