Por qué el mentoring es una herramienta de gestión, networking y resultados
Tres mentoras, que a su vez atravesaron la experiencia de haber sido guiadas, contaron sus procesos en ambos roles. Ventajas de tener un espacio de reflexión y escucha, y estrategias para capitalizarlo.

Crecer e impulsar el progreso de otras personas en nuestra organización es un objetivo que se cumple con una herramienta de doble vía. El mentoring vincula a varias generaciones de mujeres en pos de compartir saberes y otorga la satisfacción de potenciarse mutuamente.

En la primera mesa de la octava edición del summit Forbes Mujeres Power, tres ejecutivas compartieron sus aprendizajes y los beneficios de ser generosa con los conocimientos para que los desarrollos profesionales se nutran.

María Lucía Casco, Gerente Comercial de Yara para la región Norte de Argentina, contó que esa compañía produce y comercializa fertilizantes a nivel internacional y tiene un programa que invita a las mujeres a tomar posiciones de liderazgo, en una industria como el agro que históricamente estuvo vinculada a los hombres. Hace tres años, Casco decidió empezar a trabajar con un mentor en encontrar fuentes de motivación y valor para animarse a crecer dentro del equipo comercial de la empresa. 

“Me sirvió para llegar a la conclusión de que realmente quería hacer eso pero además me acercó herramientas concretas y estratégicas para desarrollarme profesionalmente siendo mamá, en un trabajo que demanda hacer muchos kilómetros”, reconoció.

De hecho, la ejecutiva desarrolló un protocolo para el regreso al trabajo después de la licencia de 6 meses por maternidad que otorga la compañía. Y a su vez Casco prevé convertirse en mentora el mes que viene, como para cerrar el círculo de transmisión de reflexiones y saberes. “Anímense a tomar una mentoría dentro o fuera de la empresa porque se va a traducir en gestión y resultados, y será un espacio muy valioso para capitalizar”, fue su mensaje inspirador.

María Lucía Casco, Gerente Comercial de Yara para la región Norte de Argentina.

Visión abierta

A su lado, Victoria Ces, Business Strategy Lead en Mastercard South LAC, reflexionó: “Haber sido mentoreada me ayudó a recibir una visión complementaria y a tomar decisiones complejas. Y además es una oportunidad de network que suma al desarrollo de carrera”. Pero también celebró ser mentora porque ver al otro u otra “romper miedos, crear su propia voz y cumplir objetivos es de lo más gratificante”.

Victoria Ces, Business Strategy Lead en Mastercard South LAC.

Ces explicó que no necesariamente hay que buscar mentor dentro de la compañía, o de la misma industria. Alguien de un trabajo anterior o de otro ámbito puede cumplir ese rol. Lo importante es que sea una persona con la que tener “una conversación honesta que te sume perspectivas distintas, que te aporte lo que te falta”.

En su caso, una de sus mentoras actuales reside en EE.UU. y si bien no puede compartir con ella cafés presenciales o charlas de pasillo, le brinda una visión complementaria clave. “No hay un momento específico para empezar un mentoreo porque cada instancia de carrera puede plantear esa necesidad. Siempre es una experiencia enriquecedora que mejora la cultura del trabajo”, resaltó.

Inspiración mutua

Por su parte, Belén Wagener, Compliance Officer en Telefónica Movistar Argentina, marcó las particularidades de inspirar a otros sin un diálogo presencial. “En el mentoring a distancia, y sobre todo para empoderar mujeres, hay que ser respetuosa con las culturas y setear muy bien las expectativas porque implica un proceso con apertura muy grande”, indicó.

Belén Wagener, Compliance Officer en Telefónica Movistar Argentina.

Dentro de su experiencia personal, recordó que sintió la necesidad de vincular su carrera con un propósito, y surgió la oportunidad de formar equipo con personas de roles diferentes en la compañía para impulsar la diversidad y la inclusión. “Durante casi tres años nos dedicamos de forma adicional a nuestro trabajo, que en mi caso es el de abogada, a pensar iniciativas que incrementen las posiciones de las mujeres en puestos de liderazgo y que acompañen a las familias con licencias especiales, por ejemplo cuando hay un bebé internado. Ponerle letra a esas políticas hoy vigentes con impacto positivo me reconectó con mi vocación y me terminó acercando al mundo del compliance y sus desafíos”, contó.

Ser mentora, a su criterio, genera una relación de confianza a largo plazo para ambas partes porque es un vínculo que no se agota con las sesiones pactadas. “Es muy poderoso, porque siendo mentora vos también aprendés, te motivás, inspirás, encontrás cosas en las que no habías pensado. Es muy reconfortante”, concluyó.