“El liderazgo es crear un mundo en el que todos quieren pertenecer”. En un contexto en el que la competencia por el mejor talento se profundiza, las empresas se ocupan internamente para posicionarse en el mercado como los mejores lugares para trabajar. Para lograrlo, no alcanza con algún beneficio aislado, sino que se necesita una propuesta sólida, transversal a todas las generaciones y con un fuerte foco en el propósito. Este enfoque integral es esencial para atraer y retener a los mejores profesionales en un entorno laboral cada vez más exigente.
Una nueva edición del Forbes Best Employers Summit reunió a los líderes y los profesionales de empresas más destacados en materia de Recursos Humanos. El primer panel, titulado Liderazgo emocional: una cualidad innegociable, fue un ping pong de conocimientos y experiencias, donde los expertos aportaron valiosas perspectivas sobre cómo enfrentar los desafíos actuales y futuros en la gestión del talento. Participaron Tomás Gómez Alzaga, director Sr de Recursos Humanos para Mondelez Cono Sur; Victoria Navarro, coordinadora académica del programa Liderazgo Emocional en UDESA y directora de VN Consultora; Diego Rodiño, gerente de Recursos Humanos de Sinteplast; y Érica Zamora, vicepresidenta de Gente de Cervecería y Maltería Quilmes.
Gómez Alzaga enfatizó la importancia de poner a las personas en el centro de las decisiones empresariales: “La pandemia nos pegó a todos y a todas las organizaciones. En nuestra empresa, implementamos el plan 'Creciendo Juntos', poniendo a la gente en primer plano, porque sin gente no hay negocio. Nuestro enfoque en el engagement resultó en un crecimiento del 10% en los últimos dos años”. Y destacó que el liderazgo moderno debe centrarse en el empoderamiento, la simplicidad y la conexión emocional con los equipos. "El viejo gerente ya no existe", afirmó.
Por su parte, Navarro aseguró que “el liderazgo emocional no es un concepto nuevo. Daniel Goleman hace casi 30 años habló del tema", pero que hoy es fundamental en el espacio laboral, para crear un ambiente emocionalmente saludable, especialmente tras la pandemia, donde las emociones afloraron en una época de crisis: "Cercanía, empatía y ser profundamente humanos hoy es clave. Hay que ser auténticos y generar espacios de confianza”.
Rodiño compartió su experiencia en la implementación de herramientas de liderazgo emocional en Sinteplast. "Teníamos que trabajar con los líderes tradicionales para que cambiaran su estilo", afirmó. Para esto, "es fundamental la habilidad de comunicación, la empatía y entender el entorno. Un líder debe poder entender y manejar las emociones de su equipo, especialmente en un entorno híbrido".
Rodiño señaló que la comunicación efectiva no se basa en la cantidad de mensajes, sino en la inteligencia y relevancia de los mismos: “Las cosas no se resuelven mediante un mail".
Zamora, por su parte, destacó la importancia del clima interno para el éxito organizacional: "Cómo uno se siente es clave para ser tu mejor versión y que la compañía obtenga mejores resultados. Buscamos líderes que puedan generar equipos mejores que ellos mismos, que vivan y promuevan nuestra cultura. Y explicó: "El modelo de liderazgo que promovemos es un líder más cercano, más vulnerable, que no tiene miedo de compartir sus errores".
En cuanto a las habilidades para enseñar de una manera distinta cuando tenés un equipo híbrido -un fenómeno que hoy ocurre en la mayoría de los entornos empresariales-, se requiere un modelo de liderazgo más evolucionado. “No sólo hay que hacerlo porque es lo correcto, sino porque genera mejores resultados. Por eso pasa a ser una necesidad”, concluyó.
Gómez Alzaga coincidió: “Hay una conciencia plena de que el estilo anterior de liderazgo ya caducó. Los equipos más felices trabajan mejor. Ese concepto del plus, de dar la milla extra es algo que nuestros líderes lo toman como propio”. Navarro sumó: “En términos generales, los líderes tradicionales están abiertos al cambio porque perciben que tienen pocas herramientas. Es necesario conocerse a uno mismo, recibir feedback y emprender un proceso de desarrollo. Veo interés. Hoy, las personas están más conectadas con sus emociones”.
Rodiño explicó que cuando “tenés un equipo híbrido, y una persona está cocinando o tiene que llevar al hijo al colegio, como líder debés entender esa situación. Tenés que comprender y asegurarte de que no se sientan culpables. Podemos hablar en otro momento. Ahí es donde el manejo de las emociones es más fuerte”. Y agregó: “No hay que querer retener a nadie, pero hay que lograr que mientras estén, quieran estar”.