Paula Santilli, CEO de PepsiCo Latinoamérica, fue reconocida por Forbes US como una de las cien mujeres más poderosas del mundo. Además, es la ejecutiva argentina que alcanzó el puesto más alto dentro de una compañía multinacional. Su presente es producto de un recorrido largo, de muchos aprendizajes y enseñanzas.
Su vida comenzó en Buenos Aires y por el trabajo de su padre vivió en varios países de Latinoamérica. Más allá de haber conocido diferentes culturas, lo que marcó la diferencia en su vida, señaló la líder, fue el ímpetu de marcar siempre la diferencia, "encontrarle la vuelta para lograr un crecimiento". Y remarcó: "Eso se lleva en la genética o no se lleva".
Vivió varios años fuera de Argentina y a los trece regresó. Acá completó su formación y empezó su carrera profesional. Paula Santilli habló sobre el impacto que tuvo en su carrera el hecho de formarse en Argentina. "En primer lugar, es un país con mucha cultura. Pero, sobre todo, tiene una elasticidad sin igual: la situación económica siempre tensa ha sido un campo de juego bien interesante para los negocios".
Pero Argentina no fue todo para la CEO en términos de formación. Como estudiante de la Universidad del Salvador ganó una beca cuando hasta ese entonces no era algo tan usual. "Partí a Miami University. Resultó ser una escuela excepcional con profesores increíbles".
Y después de su formación, llegaron los desafíos. A lo largo de su exitosa carrera fueron varios. "Hubo momentos muy difíciles, pero con el tiempo aprendí que los momentos más difíciles que tuve que pasar, diez años después se vuelven en anécdotas muy buenas para contar".
"Por ejemplo, PepsiCo es el mayor comprador de papa de América Latina. En 2005 se congeló la cosecha de la papa y no había una sola papa en toda Argentina. Terminamos importando papa frita desde Canadá por un tiempo. Lo que digo es que eso que me generó insomnio en su momento, hoy lo recuerdo con cariño. El problema fue gigantesco pero encontramos una solución", contó Santilli.
"Lo que me quedan de los momentos más difíciles es que, finalmente, los pudimos resolver"
La CEO también habló sobre las enseñanzas que le dejó la pandemia, tanto en su rol profesional como en lo personal. Sobre esto, expresó: "La empatía es lo más importante. No era que no fuera empática antes, pero hoy creo que hoy nuestros empleados son más abiertos a abrir esa cortina y mostrarte su realidad y contexto".
Y al hablar de enseñanzas, fue imposible que la especialista no hablara de sus más de doce años compartiendo cancha con Indra Nooyi, ex CEO mundial de PepsiCo. "Compartir con ella fue increíble y aprendí mucho. Indra tenía un hábito muy particular: siempre tenía un lápiz labial en la mesa junto con el birome y el celular. Andaba siempre jugando con el labial. Y eso era como un gesto de 'estoy acá, tomo decisiones, soy mujer y juego con un lápiz labial mientras tanto'. Eso siempre me dio mucha gracia", contó. "Era una combinación de asertividad y feminidad".
"Tanto ella como yo conducimos desde un ángulo femenino. Ella reivindicó a mis ojos, y yo lo hago con otras mujeres, que hay una forma de ser femenina en los negocios. No porque sea mujer no voy a saber cómo liderar un negocio", explicó.
Parte de su experiencia de liderando la volcó en su libro El poder de poder: Mujeres Construyendo Latinoamérica. Para la CEO, aún hay ciertos paradigmas que deben romperse en el mundo corporativo.
"El libro tiene doce reglas. Una de ellas es el poder de construir network. Las mujeres en Latinoamérica muchas veces bajan su cabeza, hacen su trabajo de forma espectacular pero se olvidan del big picture. Estamos tan ocupadas que nos olvidamos que hay riqueza estratégica al tener una red bien construida", subrayó.
"Las mujeres también tienen que aprender a autopromocionarse", agregó la CEO como otra regla clave. "La importancia de hablar: hay mujeres que son extremadamente silenciosas. Si no hablás, no sabemos cómo estás pensando o conectando los puntos. Que tu voz sea escuchada".
Respecto a los desafíos de PepsiCo en los próximo años, la líder adelantó: "En 2025 tenemos el objetivo de llegar a 50 a 50 en niveles gerenciales. De acá a cinco y diez años vamos a ver hacia atrás una realidad muy diferente. En las empresas donde hay una equidad de género, los resultados económicos matemáticos son mejores. En PepsiCo tomamos esto tan seriamente que hemos trazado objetivos muy claros e invertimos más de 100 millones de dólares para que eso suceda".