La demanda de litio, al menos en el corto plazo, no está exenta del impacto del COVID-19. La pandemia provocó una disrupción. Y en industrias como la nuestra, que crecen al 20% anual, cuando eso se detiene impacta en toda la cadena, aseguró Paul Graves, presidente y CEO de Livent, en el Forbes Summit Energy. La compañía, spin off de la operación de litio de FMC, hoy tiene entre el 20 y 25 por ciento del market share global de hidróxido de litio, el material fundamental de las baterías que impulsan los vehículos eléctricos (EVs, por sus siglas en inglés) de automotrices como Tesla, Toyota o Mercedes-Benz. Creemos que la demanda de litio en 2020 seguramente se mantenga igual con respecto a 2019, cuando antes el pronóstico era que creciera 20%. Seguramente cuando volvamos a la normalidad rebotará. Tenemos mucha confianza cuando vemos las ventas de EVs en China y Europa, aseguró el ejecutivo. Y añadió que el crecimiento de la demanda proviene de los vehículos eléctricos, que utilizan el hidróxido de litio.
FMC llegó a la Argentina en los años '80, cuando invirtió en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca. Hoy, Livent continúa en la provincia del norte argentino, en el triángulo del litio, el área que conforman el norte de la Argentina, Chile y Bolivia, donde se acumulan las mayores reservas de litio del mundo. Hay algunas características clave en relación al desarrollo de recursos naturales y minas, sin importar dónde sea. Lo primero es que se compite globalmente. Más allá de dónde se haga el producto, hay que tener un recurso que pueda competir con los recursos en Chile, Australia, Canadá y los Estados Unidos. Así que claramente todo lo que podamos hacer a nivel local para bajar la estructura de costos ayuda para que nuestros recursos sean competitivos a escala global, aseguró el ejecutivo.
En el caso de la Argentina, los impuestos son una parte de la ecuación, pero no la única, porque la ubicación remota también suma costos adicionales. Pero también es importante la consistencia cuando se desarrollan proyectos de minería, especialmente en litio, porque son de múltiples décadas. Uno busca predictibilidad. Tenemos que saber cómo va a ser el ambiente de inversión en el futuro. La volatilidad en las políticas puede ser muy desafiante a la hora de tomar decisiones de inversión, aseguró.
A la hora de explicar qué variables mira la compañía a la hora de analizar una inversión o proyecto, Graves señaló a la inflación (en particular, la inflación sobre los salarios) y el tipo de cambio: Todo lo que producimos en la Argentina se exporta. Mucho de la estructura de costos, en particular los salarios, están en moneda local, así que cuando tenemos una desconexión entre la inflación y la depreciación del tipo de cambio, los costos se disparan. Lo vimos en otras épocas. Pero, de nuevo, lo que impacta es lo imprevisible de esto, que dificulta mucho planear y, cuando no se puede planear, es difícil invertir.
Con respecto al futuro y de nuevo sobre el impacto de la pandemia, Graves concluyó: El freno en los negocios fue a nivel mundial. El precio del litio hoy no justifica la inversión, no solo en la Argentina, en ningún lado, hasta que no haya una mayor claridad del precio futuro. Pero estábamos muy bien posicionados para entender qué necesitábamos hacer para mantener seguros a nuestros empleados. Tenemos protocolos en Argentina y el resto del mundo. Cambió nuestra forma de tomar decisiones, como compañía, y la industria, estamos también esperando volver a invertir y crecer.