Surcos tiene su origen en lo que fue CIAGRO, una empresa familiar de distribución de productos convencionales agroquímicos y veterinarios, muy disruptiva e innovadora para la época. En determinado momento de su vida, Sebastián decidió dejar la vida corporativa en L'Oréal para desarrollar la empresa hasta entonces liderada por su padre.
En el 2008 decidieron formar Surcos, como una escisión del Grupo CIAGRO, y dejar de lado un negocio que era tradicionalmente rentable y estable para apostar a la sostenibilidad y la innovación.
Nació para diseñar productos basados en tres pilares: la protección del medioambiente, la eficiencia agronómica superior a lo existente y que promuevan consumir alimentos más sanos, enumeró el vocero. Nos pusimos una vara muy alta porque en aquel momento no era común escuchar hablar de sostenibilidad o agricultura sustentable.
Cuando nació Surcos, veíamos que la agricultura del futuro tenía que estar atada a la cadena agroalimentaria, expuso Calvo. Hasta entonces estaba concebida como un silo donde se producían commodities. Hoy en día estamos convencidos de que somos un eslabón inicial, pero todo lo que impacte en el agro puede ser trasladado al resto de la cadena.
Según su SEO, Surcos ha crecido significativamente a través de nuestros desarrollos. Hemos sido pioneros al aplicar tecnología en los fitosanitarios, en protección de cultivo, de fertilizantes. Tenemos patentes alrededor del mundo. Eso nos abrió una visión nueva hacia una agricultura más eficiente, más sustentable, que hoy de la mano de la innovación tiene un gran éxito.
En 2008 éramos 10. Hoy somos más de 450 personas, tenemos tres plantas en Argentina, estamos a punto de abrir una en Uruguay. La mayoría son ingenieros agrónomos que desarrollan y tratan de cambiar el paradigma en el agro. Nuestros productos pueden ahorrar hasta un 80% de uso de agroquímicos respecto a las formulaciones tradicionales, algo que requiere cierta preparación.
Entre 2016 y 2017 la empresa apostó a un cambio de paradigma incluso resignando ganancias millonarias. Teníamos que hacer lo que decíamos que éramos y hacíamos. Una empresa que desarrolla tecnología agronómicamente más eficiente y más sustentable y todo nuestro portafolio debe estar respaldado por eso. Ese proceso, que fue progresivo, implicó que 40% de nuestra facturación y rentabilidad caiga de un año a otro, pero nos obligó a ser más creativos y también a apostar a la internacionalización.
La empresa hoy apuesta a la internacionalización. La región crece año a año, tiene un potencial agrícola enorme. En particular Brasil donde tenemos 15 proyectos de cara a 2026, comentó Calvo. Y el resto del mercado los abordamos a partir del licenciamiento de tecnología.
Al respecto, el ejecutivo remarcó: Para crecer en el mundo hay que ir con algo disruptivo, nuevo. Competir de igual a igual con empresas multinacionales es muy difícil. Por último, como regla de oro para los negocios, Calvo mencionó la constancia, la perseverancia, la resiliencia y la buena conducta como fundamentales.