Para Adolfo Rubinstein, "muchos tomadores de decisiones no le tienen respeto a los datos y a la evidencia”
Alex Milberg Director
Alex Milberg Director
“Nunca pensamos que íbamos a estar en una situación así, y que dos terceras partes de la humanidad estuvieran confinadas en todo el mundo, con conductas que se fueron naturalizando y restricciones como cierre de escuelas, limitaciones en el transporte que jamás pudimos anticipar”, son las primeras palabras que esboza de Adolfo Rubinstein, Directro del CIIPS y exministro de Salud de la Nación. Pero más allá de la falta de previsión, asegura que aprendimos mucho de este virus, desde términos de la jerga epidemiológica, los razonamientos sobre las curvas y el delay entre los contagios y los desenlaces fatales; entre otras cuestiones. “Se fue acumulando la evidencia científica y empírica y fuimos aprendiendo”, subraya.
Ante la necesidad de robustecer el sistema de salud argentino, y que ?según sus palabras- “en ninguna parte del mundo estaba preparado para tal embate”- se miraba lo que acontecía en Europa y aun así, se terminó con una tragedia sanitaria. A esto se suma una caída de la economía, una indigencia que supera el 10%, recesión, aumento del desempleo y la actual disputa en torno a la educación.
“Las escuelas cerradas o abiertas, presenciales o virtuales ilustran una disputa que excede el plano sanitario o epidemiológico”, afirma. Es de conocimiento público que desde julio de año pasado ya había evidencia de que las escuelas, sobre todo primarias, no eran foco de contagios. Esto no evitó que se cerraran los establecimientos educativos, lo cual “agravó la falencia educativa”, confesó. Y se explaya al respecto: “Lo educativo depende de que los chicos puedan aprender en un ámbito apropiado, donde no tienen apoyo parental o condiciones óptimas. Es un tema multifactorial. Los chicos hoy están nuevamente en la misma, sobre todo con la decisión actual del gobierno. Muchos tomadores de decisiones no le tienen respeto a los datos y a la evidencia”.
El exministro insistió en la necesidad de ampliar el consejo técnico asesor del Presidente de la Nación, porque la pandemia se trata de un problema sistémico que excede el campo epidemiológico. “El consejo asesor actuó más como justificador de las políticas decisorias del gobierno”, destaca. Y agrega: “El mismo día que Alberto Fernández decreta el DNU de cierre de escuelas, la Ministra de Salud dijo que la presencialidad se iba a resguardar porque no había mayor riesgo. Al día siguiente, la mayoría del consejo asesor, muchos de los científicos que militan las causas del gobierno y quienes estaban en contra del cierre de las escuelas, viraron su posición. Esto responde a la falta de un consejo asesor independiente en un contexto que excede lo infectológico”.
Hoy el sistema de salud está saturado y todavía no se logra estabilizar la segunda ola. Sí hay una tendencia declinante en relación a la cantidad de testeos. “El sistema está aguantando, es bastante resiliente. Me preocupa el personal de primera línea de atención de pacientes críticos por el desgaste”, comenta. También destaca dos problemas actuales: la falta de vacunas por un lado, donde “no hay horizonte de previsibilidad” y la falta de testeos. “Para estar bien deberíamos realizar entre 300.000 y 400.000 testeos diarios, y solo hemos llegado al orden de los 100.000”, afirma.
Ante esta pregunta, el doctor explica que el tema más preocupante no son las restricciones, sino su cumplimiento, sobre todo luego de un 2020 en el cual se abusó del confinamiento hasta que la sociedad no lo toleró más, por hartazgo o por temas económicos. “El tema es si la sociedad acompañará las restricciones, y el tema es la confianza pública”. A la confianza pública erosionada se suma la falta de negociaciones efectivas con las industrias farmacéuticas para incorporar nuevas vacunas y la suspensión de patentes. “Hay que seguir ampliando el testeo y concientizar”, culmina.