En el último panel de la mañana del Agro Summit, organizado por Forbes Argentina y Radio Continental en La Rural, Alejandro Elsztain, del grupo IRSA y CEO de Cresud, dialogó con Alex Milberg, director de Forbes Argentina, sobre la historia del grupo familiar y las perspectivas del negocio agropecuario ligado al Real Estate y los servicios.
Hoy sigue siendo negocio ser productor agropecuario en la Argentina, afirmó Elsztain. Pero en Cresud, una empresa con 85 años de historia, entendimos que el retorno del productor agropecuario solo produciendo no alcanzaba. El negocio era comprar tierras, mejorarlas y venderlas. Siempre nos gustó ser contracíclicos. Compramos cuando nadie compra y las vendemos cuando todos quieren, destacó.
Al principio nuestro negocio era 75% Real Estate y 25% productivo. Hoy, el 70% de nuestro negocio es productivo, sostuvo Elsztain, quien es ingeniero agrónomo por la UBA y se especializó en la escuela de Negocios de Harvard.
El CEO de Cresud destacó que la clave del éxito del grupo es Comprar mayorista, vender minorista y volver a empezar. Tenemos 850.000 hectáreas. Hoy no vendemos estancias, sino fracciones de estancias para la producción de soja, caña, maíz y specialities, detalló Elsztain.
Servicios
Ya en el 98/99, el grupo Cresud incursionó en el sector de servicios, a partir de la adquisición de FyO y más tarde de Agrofy. Con la burbuja de internet, compramos Futuros y Opciones (FyO), una empresa de Rosario, para entender y asistir a los productores jóvenes. Después de más de 20 años, seguimos acompañándolos desde la compra de insumos hasta la exportación".
Hoy tenemos más empleados en FyO y Agrofy que en el manejo de nuestras hectáreas productivas, señaló.
En la actualidad, la Argentina tiene precios baratos pero la rentabilidad no es tan atractiva. Las tierras cotizan en dólar blue y producen al dólar oficial, comentó.
En la Argentina, el productor en general no vende, salvo excepciones. La tierra es algo que recibís de tus padres y esperás dejársela a tus hijos. Por esto, en este mundo digital y del tráfico de monedas, yo recomiendo tener un poco de esto tangible, escaso, heredable y noble porque le das de comer al mundo. Más en momentos de inflación como el actual, señaló Elsztain.
Encontramos un polo de producción en San Luis, hicimos un proyecto de riego de 5000 ha para semilleras. Transformamos las tierras a un negocio de alta producción. Si lo hicimos en San Luis y Salta ¿por qué no en el Chaco paraguayo y Bolivia? Pensamos. A Uruguay llegamos tarde, admitió Elsztain.
En cuanto a los negocios internacionales, destacó el de Brasil, donde estamos con precios muy buenos. Hoy es más para vender que comprar. Estamos vendiendo a 50.000 reales tierras que compramos a 1.000, describió. Brasil nos acompañó. En 2006, en la Argentina teníamos restricciones y cupos. Fuimos al mercado de capitales brasileño. Mostramos un business plan de lo que íbamos a hacer: caña, algodón... la IPO de Brasil recaudó u$s 280 millones y nosotros pusimos u$s 20 millones. El patrimonio en Brasil es hoy de US$ 1.000 millones, relató Elsztain.
La firma también tiene negocios en Paraguay y Bolivia. Latinoamérica, tiene calidad de tierra, poca población respecto de su productividad, aseguró Elsztain.
Correr fronteras
La calidad de la tierra en Argentina es incomparable. Cuando yo era chico, la frontera ganadera estaba en Córdoba. Pero hoy el valor de la tierra se está perdiendo porque está fomentado con insumos y fertilizantes, señaló Elsztain.
Los países riegan y corrigen. El mundo se está corriendo a otras regiones no tan buenas. Entonces hay que correrse también. No hay que quedarse solo en la zona pampeana. Hay opciones en la recreación y el turismo, detalló.
Consultado sobre las claves del éxito del grupo, el CEO de Cresud señaló: Entendimos el Real Estate de la mano del mercado de capitales. No tenemos miedo a los desafíos. Cuando nos equivocamos, sabemos perder y volvemos a empezar. Nos gusta probar. Cuando otros empiezan a disfrutar, nosotros lo vendemos.
Alejandro Elsztain es un empresario de pocas apariciones públicas. Si me invitan a hacer, a eso dedico mi energía. Me dedico a potenciar a las personas y no a convencer, concluyó.