Ser inclusivas. Predicar con el ejemplo. Mostrarse con transparencia. Ejercer la autocrítica. Tomar decisiones estratégicas. Esas, y otras herramientas, fueron las que cinco altas ejecutivas pusieron a disposición durante la séptima edición del Forbes Mujeres Power Summit, donde participaron del panel en el que se analizó el peso de los sesgos.
El cambio en la sociedad es con todo el colectivo y tenemos que sumar a los hombres, abrió el juego Valeria Czarnota, Chief People Officer de Interbanking. En el mismo escenario, Denise Picot, Directora Senior de Still Franchise para Coca-Cola Cono Sur, sentenció: Las compañías que traen más diversidad toman mejores decisiones. Es un pilar estratégico para un mundo más justo.
Junto a ambas, Laura de la Fuente, Directora de Comunicaciones - Healthcare para Latinoamérica de Merck, habló de que la guía debe ser interna al sostener que la cultura del líder de la compañía es un modelo a seguir: si es flexible e inclusivo va a llegar a las capas posteriores.
Tenemos que dejar de hablar de género e interpelarnos porque muchas veces nos mueven los prejuicios, los sesgos culturales, de raza o de edad, instó por su parte Alejandra Martínez, Directora de Comunicación de Enel Argentina.
Andrea Gualde, Directora de Asuntos Jurídicos e Institucionales de Farmacity, definió el desafío que enfrentan las mujeres en puestos de dirección en pocas palabras. Los sesgos son elefantes en el living: hay que exponerlos y desarmarlos, subrayó.
Cómo vas a decir eso
Czarnota recordó un estudio hecho en la Universidad de Yale que probó que, frente a currículums en los que solo se indicaba que pertenecían a un tal John y a una tal Jennifer, ante capacidades y experiencias iguales, a John lo elegían más y le pagaban 14% más.
Los sesgos imposibilitan e interfieren en la toma de decisiones. Y hay que reconocer que todos los tenemos. Las propias interbankers (colaboradoras) nos cuentan que sus hijos adolescentes les plantean: cómo vas a decir eso, mamá. Nos piden que les ayudemos a cambiar el mindset. Por eso invito a todas las compañías a hacer talleres y capacitaciones, aconsejó.
De la Fuente, a su lado, dijo que en Merck procuran trabajar con mucha conciencia en planes de desarrollo para mujeres, desde políticas de contratación y experiencias concretas hasta mentoreo.
Necesitamos gente que piense diferente, que traiga nuevas soluciones porque sino el negocio se ve perjudicado. Es una responsabilidad hacia las próximas generaciones, y por eso lanzamos Chicas con futuro, un programa con ONU mujeres, precisó.
El objetivo de la iniciativa es favorecer en jóvenes sus habilidades de empleabilidad. También tienen otro plan para capacitar en oratoria, narrativa, networking y cuestiones de género a 20 oncólogas argentinas, para que tengan mejores herramientas cuando participen de congresos internacionales como speakers.
Lupa gigantesca
No estoy tan segura de que hayamos roto el techo de cristal: las mujeres en sociedades argentinas que cotizan en Bolsa representan solo el 10% de los directorios, aguijoneó Gualde. En su exposición, sostuvo que las mujeres fuimos moldeadas por una serie de estereotipos.
La mujer es débil, doméstica, pertenece al mundo de lo privado, es obediente, complaciente, dócil… Entonces, ¿cómo vas a llegar a un lugar de liderazgo desde donde tenés que instruir, organizar, dar órdenes, cuando no has sido culturalmente preparada y vista para hacer eso?, se preguntó.
Otras miradas sesgadas que recaen sobre la mujer es que no es ambiciosa, no sabe pedir ni negociar sueldo o promociones, no le interesa el dinero como al hombre, no tiene idea de finanzas. Difícil, entonces, encontrarlas negociando tratados internacionales o siendo incluso presidentas sin estar atravesadas por estos cuestionamientos.
Los sesgos son inconscientes. Y por eso hay que trabajar desde lo cultural, en situaciones cotidianas. Una receta es pensar si ante una situación le exigiríamos lo mismo si el involucrado fuera un varón, consideró. Gualde opinó también que las mujeres estamos bajo una lupa gigantesca, toda la vida; los errores no se nos perdonan, y por eso tenemos tanto miedo a equivocarnos. Nos penalizan si mostramos ambición, nos acusan de no tener escrúpulos y ser trepadoras. Pero justamente ese deseo de ir por más es motor de cambio, de progreso, de desarrollo profesional. Y el tender redes sirve para reconocer los que nos pasa a todas y para visibilizar el talento.
Empoderar comunidades
Quienes ejercemos el liderazgo soñamos con organizaciones que sean más inclusivas, pero para eso tenemos que dejar de hablar de género porque ése es uno de los principales sesgos. ¿Qué pasa con los talentos de mediana edad o de la adultez? Hay que ser inclusivos con los que son distintos. Eso nos desafía, alertó Martínez.
La ejecutiva destacó que en ENEL hay 17 nacionalidades representadas en el staff local, porque les interesa la multiculturalidad: No seamos nosotras también limitantes. Tenemos que abrir la cabeza. Martínez explicó que forma parte de la Iniciativa Pollera Pantalón, que es un grupo de mujeres que busca generar conciencia y apoyar todo lo que ellas tienen para dar en materia creativa. Queremos acompañarlas en sus procesos, ante los miedos que surgen porque a veces nos sentimos débiles a pesar de ser todas fuertes, señaló.
Finalmente, Picot mostró con una anécdota personal que hubo una evolución. Empecé mi carrera hace unos 20 años. Tuve un jefe en un año en el que la había descosido y se me planteó la posibilidad de una promoción. Muy abiertamente me dijo: La rompiste, pero la promoción se la voy a dar a él porque tiene tu misma edad y es hombre, recordó. Hoy eso sería impensado. En ese momento -marcó- yo tenía dos caminos: pensar que no me lo merecía o enfocarme en seguir trabajando. Pero, claro, lo segundo requiere valor.
Todavía, de todos modos, hay mucha tarea pendiente. Según la ONU, de las 500 compañías más importantes del planeta, solo un 7% está liderada por mujeres. En Coca Cola se plantean varios ejes: Escuchar, abrir el debate, hacer encuestas; liderar con objetivos claros, convicción, tomar decisiones que a veces son incómodas, como que a igualdad de condiciones se opta por la mujer. También desarrollamos coaching, mentoring y otro pilar es la inversión para impactar en las comunidades.
Por ejemplo en la Argentina, hay 250.000 kioscos que en un 80% son atendidos por mujeres. Y la empresa, en alianza con la Unión de Kiosqueros, las empodera desde hace años con herramientas financieras y de marketing para que puedan potenciar sus negocios.