Andrea Grobocopatel (Fundadora y Presidenta de Fundación Flor), Gala Díaz Langou (Directora Ejecutiva de CIPPEC), Laura Toustau (Latin America South Compliance Senior Director de Citi) y Laura Rosso (Secretaria General de Academia y Desarrollo de Universidad Siglo 21) debatieron codo a codo durante la sexta edición del Forbes Summit Mujeres Power sobre el rol de la mujer en puestos de dirección y el acceso desde la formación educativa.
"No está mal tener ambición. Hay que hacerlo de manera amable y muy responsable. También creérsela, formarse, estar en red, planificar. En Argentina hay un 10,5% de mujeres en puestos de directorio, en muchos casos porque no se presentan si no cumplen con el 100% de los requisitos", advirtió Grobocopatel, a sabiendas de la autoexigencia elevada de muchas.
Díaz Langou se hizo eco. "6 de cada 10 mujeres trabajan de manera remunerada hoy en Argentina, frente a 8 de cada 10 varones, a pesar de que más del 60% de las universitarias son mujeres. Debemos alcanzar la justicia educativa, articular mejor el secundario con lo que el mercado laboral necesita", remarcó.
Desde su cargo en el Citi, Toustau consideró "tan importante una compañía con procesos estructurados para retener talento como una misma aspirando a más, pensando en el paso siguiente, viendo quiénes podrían apoyarme. Para eso, networking, programas de mentoring y coaching a los jefes para que desarrollen soft skills", propuso.
Desde el propio ámbito de las aulas se oyó la voz de Rosso. "La educación no solo aporta conocimiento sino formación a través de referentes. Por eso -informó- incorporamos la gestión de emociones y asignaturas de liderazgo en todas las carreras y buscamos que profesores y profesoras no sean 100% docentes sino partícipes en su actividad profesional".
Articulación educativa con el mercado laboral
Grobocopatel valoró la capacitación cotidiana, no solo la que emana de la educación universitaria formal. Hay que transformarse día a día, y formar a los que nos forman. Seguimos educando con pupitres en los que todos miramos para adelante, cuando en realidad se aprende de los que están sentados a nuestro lado. Los profesores deben ser facilitadores del diálogo, remarcó.
Desde el sistema educativo se tiene que contribuir a que haya mayor participación de mujeres en el mercado laboral remunerado, dijo la Directora Ejecutiva de CIPPEC. Apoyando las palabras de Grobocopatel, admitió que hay maestras que creen que para los varones es más fácil aprender Matemáticas, y eso tiene un sesgo en la enseñanza, hace que las mujeres queden subrepresentadas en sectores dinámicos como el de Tecnología y repercute en la diversidad en puestos de dirección.
Díaz Langou abundó: La diversidad no solo es buena en términos éticos sino estratégicos. Es buena para los negocios de las empresas, para el desarrollo del país. Está demostrado que permite mayores retornos en inversión y mejores ventas.
Toustau, por su parte, definió al cupo femenino como un vector de aceleración pero instó a aplicar múltiples herramientas en pos de la diversidad: identificar talentos, seguirlos, apoyarlos y acompañarlos sobre todo en momentos críticos, como la maternidad. Las mujeres que quieren dar continuidad a su carrera deben tener jefes preparados para que eso suceda, remarcó.
Finalmente, Rosso destacó el valor de la articulación de la universidad con el sector productivo. En todas las carreras vinculadas a tecnología insertamos laboralmente a alumnas. La universidad beca parte de sus estudios y le exige a las organizaciones el pago salarial temprano, aseguró.