La industria del transporte, de carga, pasajeros y familiar está inmersa en uno de los procesos de cambio más profundos que registre su historia. Algunos especialistas y protagonistas la comparan con la revolución del vehículo que hizo desaparecer a los carruajes en los comienzos del siglo XX.
Tanto es así que muchas compañías automotrices ya no quieren decir que fabrican automóviles, sino que se dedican a la movilidad y dentro de ese concepto todas están obligadas a posicionarse en el mercado de una industria sustentable porque saben que el 25% de la emisión de gases de efecto invernadero proviene de toda la industria del transporte que incluye aviones, barcos y trenes.
Este fue el marco que tuvo la mesa Movilidad limpia que se desarrolló en el Sustentabilidad Summit de Forbes Argentina. “El transporte no tiene otra opción que ser sustentable. En Scania estamos trabajando desde 2015 en una transición de la industria que va de la mano de nuevas tecnologías, pero también nuevos combustibles. Además, en nuestro caso debemos analizar en detalles cómo son las matrices energéticas de cada país donde operamos porque no todas las regiones tienen las mismas necesidades y tampoco nosotros imponemos una tecnología en particular”, sostuvo Alejandro Pazos, chief Marketing officer de Scania Argentina.
La compañía, explicó el ejecutivo, tiene diversas opciones para sus clientes con diferentes combustibles: gas, biogás, hidrógeno y por supuesto eléctricos, pero hizo hincapié en que la transición no es la misma para de los países de una misma la región. “El 65% de la producción de energía en Argentina es no renovable por eso hay que pensar que hoy un vehículo eléctrico no es sustentable porque no tiene mucho sentido agregar más consumo eléctrico a la matriz actual, no es negocio. En el caso de Argentina el uso del gas es el primer paso hacia descarbonizar el transporte de cargas y pasajeros. Luego podemos pasar al biogás hasta llegar a la electrificación en unos años”, sentenció Pazos.
De la mesa también participó Jorge Zabaleta, socio de PWC. “En esta transición del sector, la industria automotriz se presenta hoy como soluciones de movilidad, no es solamente una gran fábrica de autos”, explico el especialista y agregó: Tenemos que promover un cambio cultura porque la gran mayoría de los autos se usan tres horas por día y se guardan 21 horas en cocheras y transportan una sola persona. Tenemos que aceptar el cambio y modificar muchas hábitos y costumbres”.
Ambos especialistas coincidieron que el futuro de mediano y largo plazo es la electrificación de todo el sector, pero hay, indefectiblemente, que atravesar una transición. Dese la mirada de Zabaleta, los vehículos familiares deben apuntas a un sistema hibrido que permite darle al país el suficiente tiempo para transformar la infraestructura y poder contar con terminales de carga eléctrica. “En Argentina estamos en el inicio de la transición. Existen apoyos e incentivos por parte del Estado como es el caso de la ciudad de Buenos Aires en el que no se paga patentes por 5 años con un auto híbrido. Los automóviles híbridos son el camino inicial hacia la electrificación”, apuntó el socio de PWC .
También hubo puntos en común en la mesa a la hora de pensar la industria porque ya se habla de un cambio en el modelo negocios. “En nuestro caso nos movemos hacia una empresa de servicio, donde alquilamos las unidades y la propiedad del vehículo no es central en nuestro negocio. En definitiva, las nuevas generaciones no están pensando en el automóvil como un bien a adquirir, sino en la necesidad de transporte cotidiano y sustentable”, concluyó Pazos.
