MSU, una de las empresas líderes en el sector agropecuario argentino con una cartera total de más de 200.000 hectáreas y una de las mayores producciones de granos en el país, es una de las más importantes y tradicionales empresas del campo local con operaciones en Uruguay, Paraguay y Brasil.
Manuel Santos Uribelarrea, Fundador y CEO del MSU Group, es parte de la quinta generación a cargo de la conducción de la empresa familiar y que tuvo a su cargo el desafío de transformarla en una gran compañía de siembra, con un crecimiento horizontal para darle escala al negocio con un equipo de management profesional.
La historia de la familia Uribelarrea está vinculada al negocio del campo, pero se ha caracterizado por combinar la tradición con el cambio. El CEO de MSU Group explicó el camino recorrido en un mano a mano desarrollado en el Forbes Agro Summit, en el que repasó la semilla de su proyecto nacido en los primeros borradores de la academia, hasta los primeros aportes de capital apuntaladas por el apoyo familiar, en particular su padre que se convirtió en "un socio estratégico en los buenos y en los malos momentos".
De un salto de volumen de las primeras 1.000 hectáreas sembradas hasta las actuales 200.000 hectáreas pasaron 25 años de trabajo, MSU Agro atravesó distintas etapas de crecimiento como una sociedad profesional muy vinculada en lo personal pero diferenciada de la empresa familiar. Y esa independencia permitió también dar lugar a otro vertical vinculado a la generación energética que hoy le demanda la mayor parte de su tiempo.
"No creo que la empresa familiar sea un problema, en el sector agropecuario son las más competitivas y la mayoría son familias organizadas y recontra competitivas. No estoy en contra de la empresa familiar en el agro, pero todo depende de la escala y el horizonte final", aclaró -por si hacía falta- Manuel Santos Uribelarrea en su charla con Alex Milberg, Publisher & Director General de Forbes Argentina.
Como repaso de ese camino, el CEO de MSU Group confió que la etapa más difícil fue "la crisis de crecimiento, ese momento en que la empresa no es ni chica ni grande, cuando está en la mitad del río". Es esa transición en que la sociedad no tiene el valor de flexibilidad y adaptación de chico ni el beneficio del grande por su estructura de capital y equipo de management, lo que se produjo tras "sufrir un crecimiento muy vertiginoso en el que se sintió que la empresa no era tan eficientes como los años anteriores y obligó a focalizarse a poner un plan estratégico y de planificación de largo plazo con diversificación de zonas y cultivos".
En ese proceso llegó MSU Energy, que hacia 2013 se lanzó con un proyecto de bioetanol que surgió a partir del análisis de casos de éxito muy interesantes como el de la compañía Bio4, en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, que finalmente no se concretó. La búsqueda de un socio internacional permitió alcanzar un acuerdo en 2022 con GE (la ex General Electric) que acompañó el ingreso de MSU en la generación de energía renovable renovables con el foco de inversión en solares del norte del país.
"Agro y energía son dos negocios bien distintos, con estructuras diferentes. En energía manejamos una deuda de más de 1000 millones de dólares estructurada en el mercado de capitales, lo que da idea de la magnitud del capex de los últimos 10 años. En agro deuda neta cero", graficó.
Hoy la empresa está embarcada en un hito para su historia que le permitirá convertirse de un productor primario a uno agroindustrial con la construcción de un proyecto de maní en el sur de la provincia de Santa Fe, con una inversión de 110 millones de dólares. "Intentamos copiar lo mejor posible lo que están haciendo colegas nuestros, y en base a esa experiencia apuntamos al mercado premium de exportación de Europa", precisó Uribelarrea.
Como uno de los grandes actores de la actividad productiva del país, el líder de MSU no evitó una definición sobre la realidad del país: "Soy un fanático de la Argentina como un país espectacular. Si logramos estabilidad macro económica el futuro es espectacular. La sociedad está apoyando un ajuste importantísimo como pocas veces vimos y así todo apoya, el sinceramiento de tarifas y equilibrio fiscal me ilusiona como primer paso".
Es necesario en ese sentido, "esperar a que se sigan acomodando variables y lograr un país con estabilidad macro sin inflación. Hoy en muchos sectores tenemos menos rentabilidad que antes pero a futuro se va a traducir que en el tiempo sea más rentable para todos, porque sigue habiendo oportunidades y puede haber más oportunidades, nada es color de rosa".