Directores de empresas, emprendedores, funcionarios y expertos se reunieron para debatir y reflexionar sobre el potencial argentino en el comercio internacional. Consejos, desafíos, fortalezas y debilidades en otro evento de Forbes apoyado por el Banco Ciudad, Zona Franca Parque de la Ciencias y BIND-Banco Industrial.
Se respiran tiempos de cambio en una de las dimensiones centrales de la economía nacional: la inserción argentina en el mercado mundial de bienes y servicios. La progresiva disrupción de los negocios por parte de los avances tecnológicos, Internet y la economía de plataformas, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la sanción de la Ley de Economía del Conocimiento, el flamante acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y diversos movimientos en el sector privado hablan de una nueva fase en el flujo económico entre Argentina y las naciones del mundo.
Marcelo Elizondo, Juan pablo Tripodi, Jorge Barisonzi y Virginia Porcella. Fotos: Juan Ulrich.
Forbes Comex Talk encaró de lleno estos temas en un nuevo evento que tuvo lugar en La Rural, donde distintos actores aportaron su mirada para producir reflexiones útiles y estimulantes. En el principio del encuentro, el titular de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, Juan Pablo Tripodi, compartió panel con Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales) y Jorge Barisonzi, presidente de IMS (International Merchandising Solutions), para hacer un balance del 2019, marcado por la crisis macroeconómica que inició en 2018, el calendario electoral y el mencionado acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.
Juan Pablo Tripodi, presidente ejecutivo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
Tripodi calificó al acuerdo de "game changer: va a cambiar la forma en que se hacen negocios en Argentina". Según su opinión, el acuerdo, más allá del tiempo que lleve hacerlo efectivo, "producirá cambios institucionales que se reflejarán en mayor inversión directa europea. Todos los países que firmaron acuerdos con la UE (Sudáfrica, India, etc), incrementaron la inversión la inversión europea directa en un 500% en 10 años. En menos tiempo, Chile la duplicó", afirmó. "Tenemos que hacer un cambio cultural", opinó. "No podemos hablar más de 'saldo exportable'. El comercio exterior es parte de tu negocio. Es el chip que hay que cambiar. Todas las empresas tienen potencial exportador. Todos pueden ser jugadores del mundo, solo van a desaparecer las empresas que no se adapten al siglo XXI".
Frente a la pregunta de si Argentina estaba preparada para un acuerdo de estas características, Elizondo señaló que "no hay que generalizar. Hay sectores que están preparados: agroindustria (que ya explica dos tercios de las exportaciones a la UE: US$ 9.000 millones) y servicios, por ejemplo. Hay sectores que están más complicados. La cerrazón ha sido un gran ocultador de los problemas reales de competitividad de la Argentina. Pero hay un plazo de adaptación hasta que entre en vigencia el acuerdo. Y eso nos va a permitir mejorar". Para Elizondo, sin embargo, la amenaza no es la apertura, es el cambio tecnológico. Y sin apertura, va a ser todavía más dramático. Y agregó que "hay que corregir el entorno político-institucional. Hay que arreglar los desequilibrios macroeconómicos. Creo que el sector público debe ser más chico y es la razón del problema cambiario y la inflación, etc".
Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI.
A su turno, Barisonzi, que dirige IMS, una empresa que exporta equipamiento para supermercados, afirmó que "mucha industria tiene peligro de desaparecer por el acuerdo. La Argentina tiene que cambiar". "Los argentinos recibimos durante mucho tiempo la consigna de que teníamos que vivir con lo nuestro, pensar en el mercado interno", dijo. Y continuó: "Eso es el pasado. Son los dinosaurios. Yo no soy menor que un italiano o un francés. Nosotros podemos competir con cualquiera. pero el empresario argentino tiene que invertir, tiene que aggionarse, salir. No tenemos miedo de competir pero necesitamos igualdad de condiciones".
Economías regionales: la hora de exportar
El segundo panel tuvo como protagonistas a Ernesto Urien, presidente de Urien Loza-Carnes Argentinas; Luz Santos Bollea, CEO de Terri Citrus; Adolfo Storni, presidente de Extraberries, Cerezas Argentinas y Frutos de los lagos; y a Pablo Ghiorzi, director de Exportaciones del Grupo Peñaflor. Luego de relatar cada uno las particularidades de su sector, analizaron los beneficios y dificultades de producir y exportar en Argentina.
Adolfo Storni, Ernesto Urien y Pablo Ghiorzi.
"Hemos prácticamente llevado el capitalismo a algunas regiones. El país no siempre te paga de la mejor manera", dijo Storni, quien reivindicó la cadena productiva de la fruta, por su alta inversión en tecnología y potencial ingreso de divisas. "Hasta ahora, Argentina nos dio motivos para bajar los brazos. Pero hay que seguir, y seguimos porque tenemos la esperanza de que alguna vez vamos a ser reconocidos", expresó.
Urien destacó las bondades de la especificidad: "Concebimos que cada uno en su etapa tiene que hacer lo mejor de sí", y explicó cómo, para sobrevivir, tuvieron que dedicarse a nichos que requieren la máxima calidad. "Llegamos a nichos en forma directa, sin traders. A Dubai, Qatar, Shangai, Pekin, Inglaterra. Todos son vuelos de poca cantidad pero a nichos de alta rentabilidad". "Tenés que conocer la cultura del mercado al que querés ingresar", aconsejó. "Con los chinos tenés que ser confiable y los tenés que conocer personalmente, valoran mucho eso".
Santos Bollea, que exporta limones tucumanos con Terri Citrus, contó cómo la enfermedad de su madre la motivó a encarar el desafío de exportar y afirmó que le fueron muy útiles las misiones comerciales. "A nosotros nos ayudó muchísimo la feria de Berín. En esos viajes, siendo chico, tenés mucho por ganar. Es fundamental para una pyme tener este contacto con el mercado".
Luz Santos Bollea, CEO de Terri Citrus.
Ghiorzi, que está al frente de las exportaciones del grupo responsable de un tercio de las botellas argentinas que llegan al mundo, un negocio de US$ 756 millones anuales que comenzó a fines de los años 50, describió algunas dificultades de Argentina y la región: "Estamos muy lejos de los mercados relevantes. Hoy, dos tercios del costo del flete es in land. El resto es para llegar a China, por ejemplo. El desafío es enorme para los que estamos en el Cono Sur". Con un fuerte liderazgo en una industria emblema de Cuyo y otras regiones (900 establecimientos que elaboran, de las 411 exportan), Ghiorzi destacó la necesidad de "reforzar la marca país. Hay que agregarle valor a la marca Argentina".
Zona Franca Parque de las Ciencias: Spotlight
Leonardo Wehe es el director de un modelo de negocios que, según él mismo dice, promete "liderar el comercio exterior de la región". La Zona Franca Parque de las Ciencias es una de las 11 zonas francas que existen en el Uruguay. Ubicada en las afueras de Montevideo, la que dirige Wehe es la única con capacidad industrial y preparada para albergar empresas que "incorporen allí los eslabones de su cadena productiva que sean los de más valor dentro de esa jurisdicción".
El régimen de zonas francas uruguayas toma el concepto de enclave aduanero de libre circulación de bienes y personas pero lo lleva a un formato 3.0, explicó Wehe en su disertación en Comex Talk. "Uruguay es uno de los países que, como Singapur o Dubai, tomaron el concepto básico y formaron un marco legal que permite actividades de alto valor agregado". No se trata de una zona con exenciones particulares en un segmento, si no diseñada para atraer actividades de alto valor agregado. Para las empresas argentinas, explicó Wehe, "lo bueno es que ese paraíso, donde el riesgo impositivo, laboral, etc. está mitigado, queda a media hora de distancia".
Pymes en expansión
Tras el coffee break, Comex Talk se centró en los desafíos de las pequeñas y medianas empresas para exportar. Alejandro Reca, director de Establecimiento San Ignacio, describió un entramado de dificultades que tienen su origen en el sector público pero también en el privado: "La mediocridad no es exclusiva de nadie", dijo. En su intervención destacó la inversión en tecnología y trabajo en estándares de calidad de su empresa para alcanzar altas certificaciones, como la BRC (British Retail Consortium), que les permitió acceder a mercados atractivos. Para Reca, son 3 los errores que una pyme no debe cometer si proyecta exportar: "no animarse, pensar que el Estado te va a ayudar y pensar que es fácil".
Alejandro Reca, director de Establecimiento San Ignacio. Detrás, Damaris Reynoso, CEO de Novachem.
Pero sí destacó la colaboración del Banco Ciudad en su negocio de exportación. Al lado suyo, Alejo Espora, economista jefe de la entidad, relató cómo financió y asesoró a San Ignacio en su primera exportación a Japón, y detalló casos de pymes argentinas que se animaron a exportar por primera vez, como la cervecera Peñón del Águila. Según Espora, "muchas veces no se solucionan algunos problemas por desconocimiento. El banco tiene muchas herramientas disponibles para ayudar a emprendedores y pymes a exportar, pero no se conocen. Necesitamos comunicar más", señaló. Y afirmó que estaban evaluando la posibilidad de financiar viajes al exterior para pymes que quieren exportar.
Alejo Espora, economista jefe del Banco Ciudad.
La tercera integrante del panel, Damaris Reynoso, cofundadora de Novachem (I+D en principios activos de origen natural para la industria cosmética), se había referido a esos "pequeños detalles" que hacen la diferencia: "Decir 'exportar' es muy amplio. Tenés que hacer un trabajo previo que requiere mucha inversión. pasajes, hoteles, movimientos, ferias, stands, certificaciones. Es muy costoso para una pyme, un trabajo y una inversión muy grande".
Servicios: embajadores intangibles
El último panel estuvo dedicado a la exportación de servicios y el segmento fetiche del momento: la Economía del Conocimiento. Tras la ley sancionada por unanimidad en mayo, existe consenso en que Argentina puede crecer en la exportación de servicios de software, consultoría, investigación, biotecnología y un largo etcétera. Como dijo Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, "solo haciendo cosas razonables, si hoy se exportan US$ 6.300 millones por año, creemos que eso se puede duplicar".
Sally Buberman, Luis Galeazzi, Gerardo Guastavino, Francisco Amato y Delfina Krüsemann.
Para Galeazzi, "Argentina produce mucho más talento que el que puede absorber el mercado. Hay un excedente de capacidad que naturalmente se coloca en el resto del mundo y eso es una gran oportunidad". Con él coincidió Sally Buberman, cofundadora y CEO de Wormhole IT, quien destacó la capacidad de los argentinos en el desarrollo de software pero advirtió sobre la necesidad de invertir y trabajar en más formación: "Si no se pone el énfasis en trabajar en que los chicos vayan a la universidad, vamos a generar un montón de buenos albañiles pero no los ingenieros que hagan los rascacielos".
Al mismo tiempo, explicó Buberman, para los emprendedores tecnológicos argentinos es difícil acceder a mercados internacionales por trabas burocráticas y acceso al financiamiento: "Nuestra naturaleza es esquivar cualquier tipo de burocracia. Si yo pudiera dedicarme solo a lo que hago, me iría mucho mejor". Gerardo Guastavino, gerente de Negocios Internacionales de BIND-Banco Industrial, levantó el guante y explicó las oportunidades de financiamiento y facilidades a las que pueden acceder empresas que deseen exportar: "Las SGR son una posibilidad para conseguir un aval para tomar un crédito para compañías que en un análisis convencional, les costaría".
Gerardo Guastavino, gerente de Negocios Internacionales de BIND-Banco Industrial.
Para Guastavino, la economía de plataformas es una oportunidad para el crecimiento del talento argentino, y las posibilidades que ofrece el trabajo a distancia implican también algunos desafíos: "Hay una infinidad de servicios que pueden venderse. Estamos en un muy buen momento pero no tenemos que entusiasmarnos y quedarnos nada más con eso. No estamos pidiendo una desregulación total, pero las normas tienen que ser acordes a los nuevos negocios. Nosotros mismos no nos quedamos solamente en la fase comercial sino que trabajamos junto con los reguladores".
Para Francisco Amato, Cofundador y CEO de Faraday, una de las 30 Promesas Forbes 2019 que se dedica a la ciberseguridad, "hay burocracia hasta en el homebanking" y criticó las dificultades que presenta el esquema argentino para desarrollar una empresa que exporte servicios. "Cuando empezamos a desarrollar el producto, decidimos armar una empresa afuera. En mi rubro, seguridad, Argentina es potencia. Pero exportar desde acá, es muy complejo", explicó.