Después de años de revolución verde, ya nadie discute las capacidades de la Argentina en las distintas tecnologías de las energías renovables y que los proyectos instalados demostraron su gran competitividad. Pero la industria encuentra nuevos desafíos para su futuro inmediato -a pesar de un contexto global favorable para el aprovechamiento de los abundantes recursos naturales del país- y que abarcan la infraestructura, el financiamiento, seguridad jurídica para las inversiones y los vaivenes de una macroeconomía siempre influyente.
Martín Genesio, Presidente y CEO de AES Argentina; Martín Mandarano, CEO de YPF Luz; Gustavo Castagnino, Director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad de Genneia, y Diego Calvetti, Socio Líder de Energía y Recursos Naturales KPMG en Argentina, analizaron en el Forbes Energy, Oil & Gas Summit los caminos que llevan a una nueva matriz energética.
Luego de que la Argentina empezó un proceso fuerte de inversión a fines de 2016, que permitió la construcción de parque eólicos y solares por más de 5.000 Mw, “hoy la mayoría de las empresas están desarrollando nuevos proyectos pero con cuellos de botella muy fuertes, fundamentalmente dos: el financiamiento muy ligado a la macro y el más fuerte por la falta de acceso a la capacidad de transporte. Y esto no permite grandes inversiones y la inserción de nuevos proyectos porque no hay lugar” en el tendido para habilitar su ingreso al sistema, explicó Genesio.
En similar sentido, Castagnino destacó que en la actualidad el Mercado a Término de Energías Renovables (Mater) es el principal driver de crecimiento del sector, al asegurar que “hay una demanda enorme frente a una oferta de generación renovable que esta frente a estos cuellos de botella. El financiamiento se encuentra, se puede ser creativos, hay manera de encontrarlo, ya sea con líneas internacionales, obligaciones negociables o recursos de las propias compañías pero en transmisión es clave profundizar la discusión con las autoridades respecto a la necesidad de evacuación, incluso con inversión de privados. Esta infraestructura no sólo es clave para las energías más limpias sino que permitiría que Vaca Muerta tenga mayores excedentes exportables”.
Durante la charla, Mandarano también señaló que el crecimiento de la electrificación de la matriz energética conlleva el desafío de lograr una oferta “cada vez más económica y sustentable con menor impacto en el ambiente, lo que genera para la industria una oportunidad de poder salir al mundo que empieza a requerir cada vez menores emisiones. El objetivo como país es llegar a la demanda con productos de mejor CO2 a fin del camino, pero teniendo mucho cuidado en el costo porque tiene baja huella de carbono y que a la vez sea competitivo".
Ante ese conjunto de desafíos, Calvetti se refirió al mercado corporativo de las renovables como “una llave para impulsar todo lo que esta afuera del Renovar” el programa de desarrollo para abastecer a la demanda residencial de Cammesa, y “permitir que las compañías pueden llegar a ese sello verde de amigable con el medio ambiente”. En la búsqueda de una articulación público-privada, el socio de KPMG aseguró que en los últimos años “las renovables enseñaron que el costo tecnológico es siempre decreciente, y se aplica al incipiente desarrollo del hidrógeno en la Argentina, donde ya tiene un marco regulatorio para reglamentar pero que le falta la decisión política de darle el empujón final con incentivos y visión de mediano y largo plazo, en medio del gran cuco que es la situación fiscal".
Pero además de futuro, las energías verdes ya tienen un impacto en la economía local. En ese aspecto Castagnino reveló estimaciones de la Cámara Eólica Argentina que integra a través de Genneia, que indican que "para este 2022, por una mayor de generación renovable, la Argentina va a ahorrar US$ 3.250 millones que se explican por los precios de los combustibles que se deberían haber importado para generar la misma cantidad de energía".
En ese sentido, Mandarano agregó que ante los desafíos energéticos que vive el mundo “se abre otra gran oportunidad para la Argentina porque tiene el recurso y necesita convertirlo en valor para poder ser un vector de descarbonización regional y colaborar en ese proceso en diferentes partes del planeta”. Para el titular de YPF Luz, a la vez, “inyectar más renovables permite reemplazar generación térmica y liberar gas natural para exportar en un aporte competitivo y eficiente de generación de valor ante lo que muchos países necesitan y la Argentina puede ofrecerles”.
Finalmente, Gennesio habló de “un cambio cultural que empezó por imposiciones básicamente en las primeras inversiones en renovables con el incentivo en la demanda y la oferta, pero que hoy no se necesitan porque son más baratas”. Sin embargo, mirando el abordaje de nuevas tecnologías como el hidrógeno se necesitan incentivos económicos de baja de impuestos o para la financiación para no quedar a la cola del mundo y empezar a pensar como mercado la manera de que la baja de la curva de costos sea más acelerada, cómo construir plantas pilotos grandes y estar en el mapa global de productores”.