Las expectativas en los mercados no ayudan al inversor ni en la Argentina ni en el mundo. La incertidumbre está a la orden del día tras la salida de la pandemia y la irrupción de un escenario de guerra, inflación y la temida recesión que alteró la dinámica financiera al punto de cuestionar todas las opciones de inversión. Qué hacer entonces con los pesos, o los dólares, ya sea en el mercado local o externo, es la pregunta que todos hacen y pocos pueden responder con certeza.
En la quinta edición de Forbes Money & CFO Summit Studio abordaron la actual coyuntura Anna Cohen, Presidente y Managing Partner de Grupo Cohen; Marcos Wentzel, Managing Partner de Puente; y Nicolás Camasta, Trader en Mills Capital Markets. Los tres analistas coincidieron en que China empieza a mostrar algunas señales positivas, Estados Unidos una desaceleración beneficiosa de los pedidos de desempleo que apuntalan que la suba de las tasas tiene efecto sobre la desaceleración de la economía, una buena noticia encubierta de la dominancia sobre la inflación, y una Europa que transita el invierno y la guerra con menores avatares de los esperados.
Anna Cohen consideró que en Estados Unidos “preocupa la conversión de corto del techo de la deuda y el efecto de la caída de los bancos, sin que se vea demasiado riesgo endémico, pero atentos a los próximos balances y posibles desbalances de activos. En ese mercado si bien “el sistema está súper sólido y con regulaciones robustas en los bancos para sostener este tipo de sustos” hay que tener la mirada en la valuación de activos vinculados al real estate, aunque los bancos “están mejorando las expectativas para este trimestre”.
En ese contexto, la especialista de Grupo Cohen consideró como buena opción “posicionarse en renta fija de corto y de la más alta calidad posible” y entendió que “las oportunidades de inversión hay que esperarlas con los proyectos más keynesianos de infraestructura en las economías centrales, en particular en los Estados Unidos que puede abrir oportunidades muy puntuales”. A la vez, estimó que va a haber oportunidades de mediano plazo “con las muestras de los balances que reflejen el impacto de las tasas” en un escenario en el que las empresas tecnológicas “tienen que hacer limpieza aún y en las que hay que esperar muchos movimientos hacia adelante pero que siempre gustan en el largo plazo”.
Por su parte, Marcos Wentzel describió que el efecto de la suba de tasas en Estados Unidos y que la renta fija volvió claramente a dominar: “Marca hacia dónde van los flujos de inversión, y el resto de los activos tarda en acomodarse, algo que no terminó de ocurrir aún”, por lo que se encuentran casos en que la renta fija de países vecinos aún pagan menos que un bono del Tesoro.
“Venimos de 15 años de no tasa, no inflación, una disneylandia donde tuvimos dos situaciones en 2008 y 2020 con otras crisis menores ante las que automáticamente la Reserva respondió con un aumento de la base monetaria infernal, para lo cual hoy no hay chance. En el negocio de renta variable, frente a este contexto, lo que no falla es comprar las empresas que ganan plata y las que ganan plata son las globales, con retornos históricos del 9 o 10 por ciento”.
A nivel local, el Managing Partner de Puente entendió que en un año electoral y viendo más allá de corto plazo, si en 2024 o 2025 no se logra restablecer el crédito internacional el país va a volver a un evento de reestructuración de deuda, y cuando eso ocurre la deuda provincial y corporativa siguen el mismo camino. En esos escenarios hay activos del soberano que comprar a estos valores que por mas quita que haya son precios que no se pierde plata, es mas negocio de capital que de renta”.
Finalmente para que el busca renta, “dentro de las provinciales hay muy buenas oportunidades con garantía de regalías cobrando cupón como Chubut, Neuquén o Tierra del Fuego, mientras que del lado corporativo hay que mirar el segmento de principales empresas que ya tienen muchos negocios en Latinoamérica que pagan un diferencial que lo hace atractivo”.
Por último, Nicolás Camasta consideró que en el los mercados globales es buena opción “estar posicionado en deuda corporativa investment grade de corto plazo” para lo cual si se espera una baja de tasas futuras “se puede extender la duration de la curva, pero el riesgo de recesión le puede pegar a los balances de bancos y empresas, lo que hace ser más conservadores y mantenerse en la parte corta de la curva, a no más de 3 o 4 años”.
En esa visión, destacó que las tecnológicas globales tuvieron un pick up importante post crisis covid y en el post aumento de tasas “las cinco grandes tecnológicas con balances más sólidos son las que están mejor paradas ante una potencial recesión, pero en renta variable “hay que ser cautelosos dado el panorama de eventual recesión”.
En el mercado argentino, el Trader en Mills Capital Markets describió que se advierte “deuda soberana en dólares a niveles muy bajos, con un panorama electoral tan cerca que suma mucha volatilidad en el mercado y con rumores que hacen impacto en las cotizaciones para un raid muy arriesgado de corto plazo pero muy atractivo en el largo”. A la vez consideró “buen trade alargar duration en la curva de dólar link pero a la vez arriesgado porque no se sabe cómo se va a comportar la economía” con el nuevo gobierno.