Los sectores de servicios, comerciales y de producción comenzaron a registrar ya desde el desarrollo de la pandemia una transformación en sus necesidades vinculadas al real estate, a la par del fenómeno que hizo revalorizar el espacio propio de las personas y los espacios verdes. Son tiempos de un cambio de paradigma en el mercado en el cual las empresas aún está todo para definirse sobre cómo será la versión final del paradigma, o si se mantiene en permanente mutación. Así coincidieron en analizar Eduardo Munitz, Gerente Comercial de Andreani Desarrollos Inmobiliarios; Valeria Cavallero, Gerente de Negocio para WeWork Argentina; Alejandro Badino, Gerente General Colliers Argentina y Diego Chevallier Boutell, CEO de ARG Realty, durante la 4ta edición del Forbes Real Estate Summit.
“La flexibilidad es número uno como concepto en esta nueva realidad, es el tema que cada organización está buscando para su ecosistema de workplace, ya sea tradicional, flexible o de home office, pero en una combinación alineada de la mejor manera a su cultura, con una búsqueda de una dinámica perfecta”, explicó Valeria Cavallero al precisar que ese “espacio ideal llega con conceptos de flexibilidad, cercanía y calidad de vida que conversan 100 % con los espacios laborales porque ya nadie deja una cosa por otra”.
En similar sentido, Alejandro Badino, coincidió en que “la pandemia aceleró muchas transformaciones que ya se venían dando. Pero a pesar del contexto de incertidumbre sobre qué va a pasar en el corto y mediano plazo, se puede afirmar que en las oficinas la vieja modalidad de los cinco días por semana murió, y a la vez que la flexibilidad laboral vino para quedarse”. Así lo refleja la tarea de consultoría de Colliers que en la actualidad maneja entre 100 a 150 proyectos en Latinoamérica en los cuales el denominador común es un modelo híbrido, flexible y cuyo resultado no esta claro dónde termina”.
Para Diego Chevallier Boutell, “las oficinas del mañana tienen que enfocarse en brindar a sus ocupantes la mayor cantidad de servicios y bienestar, donde los colaboradores se sientan más a gusto que en sus casas porque tienen más recursos, más servicios, más tecnología y porque tiene la participación de trabajo en equipo que era imposible lograr los mismos resultados por zoom, todo para que la productividad sea más alta”. Será necesario entonces advertir que el stock clase B va a necesitar un upgrade a clase A, porque sino “queda fuera de la película”, lo que aporta a la “enorme incertidumbre del futuro de las oficinas pero que en ningún momento pone en duda su supervivencia, aunque con características que van a depender mucho de cada sector”.
Desde la mirada del segmento logístico, Eduardo Munitz, destacó que “con la pandemia la gente empezó a necesitar a alguien con un punto de cercanía para tener el producto lo más rápido posible y esto generó una demanda enorme de infraestructura y recursos, lo que dejó una nueva realidad”. Ante ese desafío, el sector logró que “la convivencia en un ámbito logístico sea que las empresas puedan trabajar en espacios más livianos y no contaminantes, que den gusto estar, y la infraestructura no tenga nada que ver con lo que los parques ofrecen hoy”. Si bien hay tareas que pueden ser híbridas, “en la carga, operación, movimiento, traslado y producción tiene que haber gente y el último desafío fue cómo ésta época se logra potenciar la infraestructura de cercanía acorde a lo que la nueva realidad demanda”.
Al respecto, Munitz de Andreani Desarrollos Inmobiliarios aportó que “el complemento con la tienda física con el consumo online generó un nivel de demanda del usuario totalmente distinto”, y en consecuencia la mirada de un operador logístico “tiene que ser flexible y que conozca la experiencia del cliente de su cliente”. Así, cuando se desarrolla un parque industrial y se lo piensa con el conocimiento logístico “es más fácil generar flexibilidad e integrar empresas que no pensaron estar en un parque, ingresando en una comunidad que le da un círculo virtuoso que les permite seguir operando”.
En la reformulación de conceptos que atraviesa la pospandemia en el área del retail, Chevallier Boutell de ARG Realty aseguró que “la dinámica es distinta, atraviesa la discusión si es mejor híbrido o presencial o home office, pero los incentivos para volver son distintos. La palabra clave es la omnicanalidad, difícil de explicar pero que no quiere competir con el on line ni el off line, sino con los atributos de cada uno”. De esta manera, se puede atender el deseo de la gente quiere volver al shopping porque la compra es mucho más divertida que sentarse ante una pantalla a comprar on line, por eso “no se ve que haya que competir, sino potenciar ambos”.
Por su parte, Cavallero de WeWork Argentina señaló que se advierte en esta renovada etapa que “surgen nuevos modelos, en el que muchas empresas tienen su hub central y no buscan mover su hq pero buscan oficinas satélites en diferentes puntos. Es decir, se mantiene un espacio central, tradicional al que todos viajaban pero ahora se suma la tendencia de descentralizar”. Otro modelo que se presenta es la demanda de espacios particulares cuando sea necesario, y surge la premisa de “que toda la ciudad sea el campo de acción, la región o el globo en sus distintas locaciones, porque coincide con la gente que se lleva el trabajo al lugar donde decide estar”.
Finalmente, Badino de Colliers Argentina hizo mención de otro punto crítico “en la consultoría en los espacios de trabajo acorde al reacomodamiento del mercado, en el cual se definen cosas que meses después se vuelven a cambiar. Hoy las empresas buscan flexibilidad en sus contratos de espacios y eso cambió en todos los segmentos de mercado”. De la misma manera, llamó la atención que en la Argentina hay mucho por hacer, por ejemplo “en el segmento de la última milla respecto a lo que pasó en la región y se sabe poco de esto en el país en la manera de llegar al cliente en tiempo y foma”.