“Lo que más necesitamos es comulgar entre el sector privado y el público para tener un plan estratégico, con mayor comunicación y esfuerzos en común porque todos los temas de agenda se tocan entre sí”. Yan De Simone, CEO de Bi Universe, condensó la inquietud generalizada acerca de que para avanzar en materia de paridad de género hay que pensar hacia dónde y cómo.
En la octava edición del Forbes Summit Mujeres Power, cuatro referentes debatieron qué estrategias serían las más adecuadas para revertir las brechas. María Laura Rosso, Rectora de la Universidad Siglo 21, puso el foco en la formación: “El sistema educativo no puede ser el reflejo de la sociedad, como se dice siempre. Tiene que ser un lugar mejor porque hay que construir. Se educa desde el contenido, sí, pero también desde quién está al frente del aula”, enfatizó.
Otra de las integrantes del panel, Liliana Parodi, CEO de LP Consulting Group y Co-Chair del Silver Economy Forum, invitó a mirar hacia adentro: “Está bien la diversidad pero seamos más amplias y veamos qué hacemos nosotras. A veces tenemos una mirada muy dura sobre las demás. No todo viene de afuera, hay que ser autocríticas”.
“La agenda de género es una agenda de poder. Desde el gobierno porteño tenemos una fuerte impronta en pos de la autonomía económica para que las mujeres creen y lideren sus propios negocios”, sostuvo por su parte Carolina Barone, Subsecretaria de la Mujer del GCBA.
Predicar con el ejemplo
De Simone analizó cómo se comparte la información relacionada con el tema dinero y cómo las marcas construyen un estereotipo de mujer que, cuando lo administra, es por “trepadora o ambiciosa”. Y lamentó: “Soy empresaria, y jamás vino un varón a decirme invertí así o poné la plata allá. Esos datos los socializan entre ellos. Nadie nos habilita esa conversación porque de hecho hay una carga negativa con la plata en manos de la mujer”. En ese sentido, contó que participó de un estudio denominado “Derribando estereotipos”, que fue un observatorio de publicidades premiadas internacionalmente por la industria. Y observó que no solo aparecían en pantalla “1 mujer cada 2 varones, sino que en la representación de las tareas de cuidado la relación era de 7 a 1. Hay que derribar esos mandatos para construir igualdad”.
Rosso, en tanto, señaló que se empiezan a ver temas que es necesario sumar a la agenda, como “la creación de innovaciones inclusivas relacionadas a la ciencia y la tecnología, con desarrollo de empresas y emprendimientos sostenibles”. En las carreras vinculadas a tecnología, en la Universidad Siglo 21 desde el año pasado al actual hubo un incremento del 35% entre las ingresantes mujeres. “Eso se da porque la mayor cantidad de docentes en ese segmento también son mujeres que también trabajan en tecno. Y en el segmento de finanzas hay que hacer lo mismo”, propuso. La rectora cree que la educación financiera es un déficit tanto para hombres como para mujeres, pero especialmente para ellas porque “el sistema educativo no nos prepara para hablar del valor de nuestro trabajo ni para negociar nuestro salario pensando en el dinero como en algo positivo”.
Parodi, en tanto, se definió como una “chica silver, sobreadaptada a esta nueva agenda que contiene temas que antes ni se hablaban”. Y reconoció: “A mis 30 años discriminaba a los adultos, me sentía joven y había traído a gente grande a trabajar conmigo, y pensaba que no entendían nada. Tuve que ir cambiando sesgos”. Es por eso que dice que ahora le interesa “transmitir a los jóvenes que la independencia económica está bien pero que las buenas relaciones personales, la buena salud, la parte espiritual es tan importante como eso. Que mi camino sirva para mejorar el de ellas, sobre todo el de las que no están sentadas acá, en este evento de Forbes. Tenemos que abrazar a todas y empujarlas hacia adelante”.
Finalmente, Barone aseguró que la ciudad tiene la brecha salarial de género más baja del país, un 16%, frente a un promedio nacional del 25%. No obstante, de acuerdo con una encuesta que realizó el gobierno porteño sobre el uso del tiempo se determinó que “los días de las mujeres tienen por lo menos 30 horas, ya que hay unas 6 a diario en las cuales desarrollamos actividades simultáneas. Trabajamos más que antes en relación de dependencia, pero no baja nuestra carga de cuidado doméstico, y por eso tomamos como tarea el animar a la corresponsabilidad en ese sentido”, remarcó.
La funcionaria precisó que la agenda impone urgencias, como la violencia de género, principal causa de muerte en el país. “Lo bueno -reconoció- es que en CABA entre el 2018 y el 2024 un 30% más de mujeres se animaron a tocar la puerta del Estado para pedir ayuda. Es responsabilidad nuestra tener dispositivos preparados para hacer frente a esa demanda”.