"La demanda global de energía va a seguir creciendo y Argentina puede ser un proveedor mundial de peso"
El director de Energía de Ecolatina, Daniel Dreizzen, describió un escenario energético global muy promisorio para Argentina -con Vaca Muerta a la cabeza- aunque advirtió sobre las dificultades a solucionar en materia de infraestructura y de inversiones. El potencial de la explotación hidrocarburífera offshore, la transición energética y el esquema de subsidios a las tarifas también fueron parte del análisis.

“La demanda global de energía va a seguir creciendo y Argentina puede ser un proveedor mundial de peso. Dependerá del país aprovechar el contexto o no”, sostuvo el director de Energía de Ecolatina, Daniel Dreizzen, al participar en el Forbes Energy Summit, en una charla en la que repasó la coyuntura energética global, dio precisiones sobre Vaca Muerta y la transición energética y comentó la política tarifaria encarada por el Gobierno.

“La demanda de energía va a seguir creciendo enormemente a nivel global no solo por la guerra sino porque los países en desarrollo la necesitan. Y dependerá de Argentina aprovechar el contexto para convertirse en un proveedor global. La posibilidad la tiene, con potencial en hidrocarburos, litio y renovables”, explicó Dreizzen, al tiempo que advirtió que “hoy Argentina es un importador neto de energía, principalmente de gas natural licuado (GNL) y lo que debería ser una oportunidad se transformó en un problema”.

Para el economista las principales dificultades a superar son los desajustes macroeconómicos con los que cuenta el país y la falta de infraestructura para transportar y evacuar los combustibles, puntualmente en Vaca Muerta. “El sector energético, principalmente el de hidrocarburos, creció a pesar de los problemas macro. Vaca Muerta tiene un potencial muy grande y Argentina logró explotarlo económicamente en forma exitosa, aunque ahora le faltan dos cosas: infraestructura para poder evacuar lo producido y más inversiones”.

“Que Vaca Muerta se va a desarrollar es un hecho, la discusión es a qué velocidad va a hacerlo. Solo tres países pudieron desarrollar la explotación de no convencionales: Estados Unidos, Canadá y Argentina. Es un motivo de orgullo”, afirmó el experto de la consultora Ecolatina.

Al desarrollo de la cuenca neuquina se le suma la posibilidad de la explotación hidrocarburífera offshore en el Mar Argentino, un proyecto que está en su etapa exploratoria pero que genera grandes expectativas de negocios y por el que ya se comprometieron inversiones por más de US$ 700 millones. Dreizzen afirmó que “hay mucha expectativa en el sector. Si se confirma el descubrimiento podría generar el 15% del petróleo de Argentina y el impacto sobre el PBI sería inmenso. Por su ubicación, sería en su totalidad combustible para exportar”. A pesar del entusiasmo, el experto fue cauto y resaltó que “el potencial es muy grande, pero la probabilidad de descubrir es baja. Hay una chance de éxito de entre el 10 y el 20%. La cuenca aún está muy sub explorada”.

En la charla también se dialogó sobre la transición energética hacia la que camina el mundo, a partir de la cual se pretende sustituir a los combustibles fósiles por fuentes renovables y limpias con el objetivo de reducir fuertemente las emisiones de dióxido de carbono y otros fluidos contaminantes. Con cautela y considerando que las energías actuales seguirán coexistiendo con las nuevas, Dreizzen señaló que “las transiciones siempre fueron en términos relativos con un aumento de la participación de las nuevas energías, pero en términos absolutos siempre se consumió más carbón, leña, etcétera”.

 

Respecto a la situación específica de Argentina en este camino indicó que “en materia de contaminación, Argentina representa muy poco de las emisiones de carbono, pero el país puede aportar mucho con el gas, por ejemplo vendiéndole a Chile que produce mucho carbón y podría así ir reemplazándolo. Por otro lado, las renovables tuvieron un gran impulso con el Programa Renovar, que le dio seguridad a los inversores y fue muy exitoso. Sin embargo, el cuello de botella ahora también es el transporte de energía eléctrica. Las líneas están colapsadas y es muy difícil conseguir inversiones para mejorar eso”.

La política tarifaria y el esquema de subsidios a la energía fue otro de los temas que sobrevoló la mesa. “Energía es uno de los pocos sectores en los que hay un consenso entre los distintos sectores políticos. Los subsidios son alrededor de US$ 13 mil millones de dólares. Es uno de los pocos números que el Gobierno cree que puede usar para reducir el déficit fiscal. Está claro el camino y lo que hay que hacer. Hasta el mes pasado los argentinos pagábamos un tercio de lo que vale producir el gas y la energía eléctrica, tanto quienes pueden pagarla en su totalidad como quienes no pueden hacerlo”, aseguró Dreizzen.

La dificultad para encarar la anunciada segmentación es una señal de alerta para el especialista que, no obstante, destacó que "es buena la actitud, aunque la implementación viene lenta y el año electoral lo complica aún más. Además, los costos de la energía están en dólares la mayoría. Si tienes una inflación del 100% y costos en dólares, cuando crees que llegás ya se te corrió la meta de nuevo”.