“Lo que más me preocupa de la Argentina es que es un país que vive fuera de la Ley y esto es consentido y, en algunos casos, promovido por el Estado”. Esa fue la contundente frase con la que Ignacio Noel, accionista principal y presidente de Sociedad Comercial del Plata y Morixe, comenzó su participación en el Forbes Agro Summit, en una charla en la que se refirió a la actualidad del sector agroindustrial, las afectaciones de las políticas de los sucesivos gobiernos en las últimas décadas y la degradación del estado de derecho en todos sus poderes.
"Soy de los que creen que los grandes países tienen estados que funcionan, no creo en las sociedades sin Estado. En Estados Unidos, en Europa funcionan, pero en Argentina violar la ley significa que el estado te apoya” agregó Noel al citar como ejemplos actuales lo que ocurre con la demanda de los mapuches en el Sur argentino, o la toma de colegios en la ciudad de Buenos Aires -en lo que se preocupa en aclarar que lo ubica “en otro nivel de violencia”- o el reciente problema sindical en el sector de neumáticos que paralizó varias plantas automotrices. “La realidad es que las leyes son muy claras y sin embargo todo eso pasa”, lamentó.
En un diálogo mano a mano con Alex Milberg, Publisher & Director General de Forbes Argentina, Noel se refirió a las políticas económicas de los distintos gobiernos de las últimas décadas que marcaron los límites al crecimiento de la agroindustria. “En Argentina, en 1931 ya se puso la primera comisión de control de cambio -reseñó-, y a partir de ese momento, ya sea con gobiernos pro mercado o pro estado, hemos tenido un sistema de dólar artificialmente bajo que castigó a los sectores que generan dólares, principalmente el campo argentino. Se establecieron mecanismos para transferir esos dólares muy por debajo del precio de mercado a sectores que no los generan, con lo cual después de 90 años de hacer eso lo que más creció fue la demanda de dólares y lo que menos creció fue la generación, sube cuando suben los precios internacionales, pero no creció para abastecer la economía”.
A ese entramado de factores políticos y económicos, el industrial lo define con una metáfora futbolera al afirmar que “al que hace los goles, que son los sectores que exportan y generan dólares, los mandan al banco, y se los dan a las armadurías de teléfonos celulares sin impuestos”, en referencia a los beneficios de la promoción industrial vigente en la provincia de Tierra del Fuego para el desarrollo del complejo tecnológico. Y como parte de esa descripción y análisis del contexto en el que se tiene que desarrollar el sector agroindustrial, Noel entendió que “Argentina tiene condiciones necesarias pero no suficientes para ser un país próspero, basta compararse con los vecinos: en base a datos del Banco Mundial, desde 1983, Uruguay multiplicó por diez su ingreso per cápita en dólares, mientras que la Argentina lo hizo por tres, y lo mismo si se compara con Chile. ¿Qué es lo que pasa? Hay arriba del territorio argentino algo que son los malos gobiernos de muchísimos años, un sistema que no genera riqueza, genera pobres”, fustigó.
Al repasar un camino de salida que puede traducirse en la búsqueda de grandes consensos, Noel consideró que ese anhelo “puede llevar relativamente poco o una eternidad. No pasa necesariamente por instrumentales ideológicos, sino que hay algo que es una sociedad que no respeta la ley. El problema no es sólo el gobierno de turno. El poder judicial ni legislativo tienen sentido en un país que está al margen de la ley”.
A pesar de esa percepción de la realidad nacional y sus problemas que se repiten durante décadas, Noel repasó algunos puntos que permitieron al holding, nacido como empresa familiar en 1847, producir alimentos y crecer en una diversidad de rubros a lo largo de todos esos años. “Hay que ver cómo adaptarse al contexto, tratar de no estar muy endeudados, ser lo más eficientes posibles, seguir reglas que sirven en una Argentina que fue siempre bastante caótica”. Así, se podría decir en sus palabras que el secreto está en “hacer las cosa bien, dar un buen producto, cumplir los compromisos y a la larga la clave está en la gestión de los negocios, aún en contextos que ayudan y en otros como el argentino que no ayuda, pero no se puede perder la esperanza de que en algún momento las cosas se acomoden”.