"La Argentina tiene un potencial enorme a nivel tecnológico en fintech, sobre todo en materia de seguridad, expuso Alejandro Rabboni, Services Sales Director de Avaya Southern Cone, en el primer panel de Forbes Summit Revolución Fintech. En ese aspecto, destacó la verificación biométrica como uno de los procesos más efectivos y simples a la hora de realizar transacciones y movernos en este mundo que está virando hacia lo 100% digital.
Alejandro Muszak, CEO y Fundador de Wenance, sostuvo que hay grandes avances en la Argentina y que estamos en un punto de inflexión" para no perder la carrera a nivel Latam. En la actualidad, Brasil se encuentra primera en este aspecto, con 15 bancos digitales realmente buenos, y detrás le siguen México, Colombia y Argentina, que ocupa el cuarto lugar, cuando podría estar segunda.
Para Muszak, los desafíos de Wenance varían según los clientes y por supuesto el país donde opere. No es lo mismo Uruguay o España que la Argentina. Acá, explicó: Venimos con dos años de recesión, con caídas de créditos y medidas del Banco Central que golpearon. Después llegó la pandemia, que le sumó una dificultad más al mercado fintech. Esto llevó a que las ventas se desplomaran, la gente comenzara a cuidar aún más sus finanzas personales y también reinara la incertidumbre. Por eso, continúa: Nos acomodamos con productos que se puedan sustentar: dimos planes de financiamientos, cuotas, estiramos los vencimientos; y tuvimos que entender bien quiénes eran nuestros clientes.
Para Rabboni, de Avaya, la pandemia llevó a que varias empresas notaran que los centros de contacto "son fundamentales para estar cerca de los clientes". Hoy, la diferencia está, justamente, en la experiencia del cliente, la comunicación. Por lo tanto, remarcó, resulta clave saber cuáles son los hábitos de los consumidores, estudiarlos, para después aplicar las herramientas y las tecnologías en pos de brindar un servicio simple, amigable y humano, que genere que esta orientación persona a persona sea una experiencia positiva.
A su vez, aseguró que el uso de Big Data e Inteligencia Artificial les servirán a las fintech y a la banca tradicional para saber qué ofrecerle al cliente y tener información de las personas.
Por otro lado, Rabboni señaló que la pandemia fue "todo un desafío para la empresa", ya que en el momento en el que el "sistema estaba en producción" se vieron obligados a "llevar el trabajo a sus casas y ver cómo mejoraban la productividad". Además, deslizó que la Argentina no es un país acostumbrado a catástrofes de salud o ambientales como sí ocurre en otros países de la región.
Por su parte, Muszak (Wenance), siguiendo con la cuarentena como eje, manifestó que en estos meses se incorporaron un montón de clientes nuevos, algo que les pasó a muchos jugadores digitales. Así y todo, destacó que ya venían trabajando desde 2013 en los créditos digitales, por lo cual no les complicó mucho la operatoria. Lo que hicieron fue reforzar los centros de atención al público, dijo y agregó: Hoy estamos superando los niveles de venta de la prepandemia.
Una digitalización más lenta
Muszak afirma que los bancos tradiciones tiene muy pocos incentivos para cambiar, sumado a una relación de amor-odio con la tecnología. Según su mirada, hay una batalla que se debe afrontar y es ampliar la geografía de la gente que utiliza los servicios financieros. La digitalización de la economía es más lenta que en otros países porque hay mucha marginalidad y el Estado debe trabajar para que nuevos consumidores entren y formen parte del sistema financiero.
Desde el lado de Wenance, una forma de incluir a los informales, sostuvo, es abriendo el score crediticio para que estos puedan ser calificados y demuestren que son responsables, buenos pagadores".
En ese aspecto, comunicó que acaban de gestar una alianza con un jugador muy importante, que les va a permitir entrar al segmento de los no bancarizados. "Nos abrirá mucho el campo de acción y nos ofrecerá un crédito sostenible para esta gente, anticipó.
Retomando el análisis coyuntural de la Argentina, Rabboni finalizó diciendo que el país debe dejar la cuestión ideológica de lado y promover la tecnología. Para eso, es necesario que el Estado tenga una agenda dinámica y ambiciosa si quiere que este sector dé mucho más trabajo. Hoy mis empleados me piden irse a trabajar a la filial de Madrid y eso me da tristeza. No podemos perder nuestro potencial humano.