¿Qué une a una empresa con la comunidad que la rodea? ¿Hay una senda para los negocios y otra para los intereses de la gente? ¿O pueden, y deben, ser las compañías en el mundo actual verdaderos agentes de transformación en cuestiones de sostenibilidad, como el cambio climático, la inclusión o la igualdad de oportunidades? Bajo una lluvia de interrogantes, y un tsunami de propuestas y acciones que alimentaron el intercambio, debatieron en el Forbes Sostenibilidad Summit ejecutivos de Laboratorios Bagó, Farmacity, Prisma Medios de Pago, Cervecería y Maltería Quilmes, y Sistema B Argentina.
Cuando las compañías aportan su mayor expertise es cuando mayor diferencias hacen. Y la necesidad de articular con el resto de los actores es clave para que el impacto sea positivo -dice Hernán Da Cunha, director de Relaciones Institucionales de Laboratorios Bagó-. Esa interacción entre la empresa y el entorno es la que permite encontrar respuestas a los desafíos planteados y los contextos de crisis fuerzan aún más la necesidad de trabajar en equipo más que nunca.
¿Es difícil reconvertirse para una empresa que tiene tantos años en la industria? Estamos celebrando los 90 años de Bagó y ese compromiso inicial con la gente se fue transformando. Hoy, sistematizamos muchos más los procesos con las comunidades y llevamos adelante un programa central que se llama Alianzas Sustentables, que trabaja sobre lo social, lo educativo y la gestión ambiental. Y en todos estos años, parte del valor agregado se debe al diálogo abierto entre las partes, asegura Da Cunha, que forma parte de una firma con dos plantas de producción en el país y que luego de la pandemia debió acoplarse a los cambios culturales que generaron nuevas demandas sanitarias por parte de médicos, pacientes y la comunidad, como la receta electrónica, la telemedicina y el trabajo en el territorio, donde prima el uso racional y la preservación de los recursos naturales para mejorar el bienestar de las generaciones actuales sin comprometer a las futuras.
Para Lucila Palacios Hardy, responsable de Sustentabilidad de Farmacity, es determinante entender cuáles son las prioridades para poder llevar adelante alianzas con las organizaciones del sector civil: Hay que comunicar más para contarle a la gente lo que hacemos. Salir del enfoque individualista para generar más aprendizaje, resiliencia y conocimiento. Eso es parte del trabajo que hacemos cuando escuchamos a las comunidades. Venimos transitando un cambio muy fuerte. Si bien en Farmacity ya existía desde hace mucho tiempo un área de RSE, ahora el paradigma es profundizar esa tarea pero desde el corazón del negocio. Ya no existe más ese departamento aislado, sino que dentro del ecosistema de la compañía hay alguien que vela para que todos los programas estén atravesados por la sostenibilidad. Ese es el camino.
Como parte de una empresa dedicada al cuidado de la salud y el bienestar general de las personas, Hardy menciona el éxito de las ediciones del programa Look que transforma, donde el último años se graduaron 12 vecinas del Barrio Mugica que participaron de la capacitación en belleza y cuidado personal que tiene como objetivo contribuir al empoderamiento, formación profesional, emprendedorismo y reinserción laboral de mujeres y LGBT que están en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica. Es una articulación entre organismos del sector público y privado, donde llevamos las herramientas y trasladamos el formato para que puedan emprender. Por eso vuelvo al tema de la escucha, porque es clave para identificar las problemáticas y tener un ida y vuelta fluido, argumenta Hardy.
¿Qué pasa con la salud mental en las empresas?
Con una maestría en RR.HH. sobre sus hombros y una trayectoria profesional que la llevó por diversos roles a lo largo de su carrera, Maria Eugenia González, Head of Culture and People Experience de Prisma Medios de Pago, lidera la transformación cultural de la compañía y es responsable de la gestión de People Experience, Diversidad y Employer Branding. Por eso, su enfoque se centra en generar entornos más sostenibles para las personas, en un trabajo donde la única manera de alcanzar los objetivos es fomentando el diálogo y la experiencia compartida. Ningún proceso de transformación es exitoso cuando viene de una sola persona -dispara-. Hay que saber orquestar las voluntades y los intereses, que se multiplican por mil, cuando generamos contextos positivos para las personas. Y es fundamental dejar de pensar en esta lógica donde la solución a un problema llegaba exclusivamente del área especialista. Es un trabajo más difícil, quizá, en términos de tiempo, pero entendemos que el impacto de esa construcción es diverso y complejo. Y agrega: En Prisma tenemos como norte una cultura inclusiva, equitativa y diversa, donde es posible crear entornos de trabajo libres de violencia, acoso y discriminación.
Como gerente de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad en Cervecería y Maltería Quilmes, Vanesa Vázquez destaca dos habilidades a la hora del trabajo mancomunado: Entender y empatizar. Los que trabajamos por la agenda de sostenibilidad tenemos esa manera de ver las cosas. Hay que manejar cierta habilidad para poder llevar adelante la agenda y no perder la capacidad de vincularnos con el otro. Trabajar siempre por soñar en grande y tener más motivos para brindar. Es algo que nos mueve y nos llena de alegría.
En esa sintonía, cuenta que la compañía tiene un fuerte vínculo con las regiones de productores que trabajan el lúpulo, una materia prima clave en la producción de la fábrica. Nuestro plan de acción involucra a todas las áreas de la compañía y a su cadena de valor, que va desde la semilla hasta la mesa, en donde participan más de 130.000 personas, detalla Vazquez, que asegura que tanto el rol del del agro como el de los productores es fundamental en el camino hacia la carbono neutralidad para 2040.
También hace hincapié en el primer negocio social de un alimento basado en la cebada: Quisimos poner en góndola un producto distinto, como la cebada Gauchada, que además de ser un alimento natural, la gente está comprando algo que no solo hace bien a la dieta familiar, sino también a otros. Porque por cada kilo que se vende, hacemos llegar cebada a comedores que lo necesitan. Forma parte de una 'gauchada' con la comunidad y el planeta.
¿Qué significa ser una empresa B?
Desde Sistema B Argentina impulsamos una nueva economía, que es la de tomar decisiones poniendo en el centro a las personas y el planeta -explica Marina Arias, directora Ejecutiva de Sistema B Argentina-. Para mí es una obviedad porque así lo entendemos, proque es la única forma que concebimos de hacer bien las cosas. Pero no es un denominador común, y si bien hay cada vez más empresas que se certifican, es un camino en el que todavía hay mucho por hacer.
En el país, señala, hay unas 200 empresas B certificadas, y casi 9.000 a nivel global. Buscamos ser efectivos y hacer esta transformación lo más rápido posible. Nos parece esencial que quienes lideran esas compañías tengan clara la decisión. Sin esa convicción por delante, todo lo demás no llega. Los líderes son el puntapié inicial, concluye Arias.