“Hay un ímpetu en tratar de innovar, aunque no todas logran hacerlo bien”, aseguró Juan Mazzini en Forbes Insurance Summit. Y a continuación resaltó que “existe un valle donde se vive cierto escepticismo”. A partir de haber sondeado a CEOs de aseguradoras la importancia que tiene para ellos la innovación, ésta no aparecía como una cuestión protagónica. “En el devenir de la innovación las compañías se dan cuenta que la innovación por sí misma no existe”, apuntó.
Avanzada la conversación, el analista explica que depende de la estrategia y la cultura de la aseguradora. Por un lado, están las más tradicionales que se apoyan más con las insurtechs que las ayuden a mejorar el negocio actual, es decir, sin cambiar necesariamente el producto, sino más bien haciéndolo más eficiente. Por otro lado, las compañías que están más abiertas y flexibles en cambiar el modelo, la propuesta de valor, o dirigir sus acciones hacia productos a demanda. “Son las que trabajan en horizonte 2 o 3 de innovaciones”, aclara Mazzini.
Las aseguradoras tradicionales también tienen la particularidad de asociarse a insurtechs que les brinden la posibilidad de ser más transparentes, de eficientizar los procesos o de lograr estar menos expuestas a riesgos de fraude. No así, las más innovadoras que intentan ir un poco más allá y probar otras propuestas de valor.
Pasado el momento inicial de la pandemia por Covid-19, y en el afán de poder operar en forma remota, lo siguiente fue entender cómo continuar haciendo negocios. Al principio los que se ocupaban de los siniestros no podían hacer su trabajo, pero los siniestros había que inspeccionarlos igual. Cualquier cuestión que requiriera una acción central tuvo que repensarse.
Mercados que avanzan
“Tengo la suerte de mirar lo que pasa en el sector innovador y me cuesta decir que sale de un solo lugar. En todos lados hay innovación”, aseguró el especialista.
Inmediatamente, recordó que América Latina, si bien está más atrasada, ya tuvo su unicornio insurtech este 2022. Es importante considerar el tamaño del mercado, porque cuanto más grande es, más posibilidad de retorno tiene. Cita ejemplos como Brasil, México, EE.UU., China y Europa –que como región tiene una gran diversidad cultural, pero dispone de un marco común económico y regulatorio que aporta la Comunidad Económica Europea-. “Me apasiona lo que viene de Asia Pacífico, el grado de digitalización que tiene la gente, que hasta para hacer compras en la calle se manejan con billeteras virtuales y códigos QR”, comentó. En la actualidad este mercado cuenta con micro-seguros, de corta duración, de seguro medido, que van dentro de una aplicación y que se pueden pedir de forma muy simple desde un móvil. La utilización de datos también es llamativa en Asia Pacífico, sin embargo, como Mazzini sostuvo, “hay innovación en todos lados y esto es una ventaja y cuando los clientes nos pregunten, les podemos dar respuestas sin que se muevan de sus escritorios”.
Seguros de vida en el mercado local
Los seguros de vida se dividen en obligatorios (de vida, y los que necesitas contratar si tenés un producto financiero, una casa, un préstamo), y los voluntarios (los que las personas quieren comprar, como el seguro de vida de protección o seguro de vida con inversión). Este último, asegura el experto, que tiene mucha volatilidad porque van cambiando los beneficios adheridos; y que se suma a la volatilidad de la propia economía.
“Hay un arrastre histórico de baja penetración de seguros de vida en nuestra región”, subraya. Argentina cuenta con una penetración del 0.3% en 2020; en cambio Chile y Brasil, 2.1% y 2.3% respectivamente. En cambio, en países como Canadá o EE.UU. la penetración es del 3.5%, y en Reino Unido del 8%. En el mercado español, el seguro funerario es muy popular, que es un seguro de vida y prácticamente todos lo tienen. “Lo real es que el seguro de vida tiene un 100% de probabilidad de ocurrencia, y sin embargo la gente no lo percibe de esta forma. Hay un tema cultural, más allá de la digitalización, que no se resuelve solo brindando mejores herramientas”, finalizó.