"Yo con los halcones tengo una excelente relación. De hecho respeto mucho a la señora Patricia Bullrich porque siempre me habla con la verdad. Me puede gustar o no lo que me dice, pero nunca me mintió”, dispara Javier Milei, economista libertario y diputado por la Ciudad de Buenos Aires. Y agrega: “Pero las palomas ya activaron maniobras para echarme del Congreso. Al final, los que parecen los más buenos terminan siendo los peores”. 

-¿Cuál es tu primer balance después de las elecciones? 

-Miramos los resultados con mucha satisfacción. Cuando mirás encuestas sobre los jóvenes, uno de cada tres jóvenes se definen como liberales libertarios. Eso es una muy buena noticia porque significa que en términos de dinámica poblacional cada vez va a haber una mayor penetración de las ideas de la libertad y si hay conciencia sobre el valor de la libertad, sobre las ideas subyacentes, es en las ideas de la libertad. Eso es muy bueno porque tiene asociado valores morales que tienen impacto sobre el diseño de instituciones y se traduce en mayor bienestar y prosperidad, y en sociedades que además viven de manera pacífica. Pese a lo oscuro que se ve el presente hay luz al final del camino porque el futuro es liberal. 

-¿Ves al espacio político como una fuerza competitiva para la elección de acá a dos años? 

-Lo que uno ve es que el espectro va aumentando. Arrancó con una muy sólida base de jóvenes y eso tiene una explicación. La casta política lo que va a tratar de hacer es minimizar, menospreciar, lo que hemos logrado. Hay una lógica. Primero, porque hoy el statu quo recita socialismo. Entonces la rebelión natural es liberal y los que son naturalmente rebeldes son los jóvenes, que además llevan mucho menos tiempo expuestos al sistema de adoctrinamiento que es la educación pública. Otro elemento que jugó un rol muy importante fue la pandemia y el manejo cavernícola de las cuarentenas, que hizo que las personas revalorizaran el concepto de la libertad. Definieron lo que habíamos hecho en la primera elección como un fenómeno barrial o que era algo para una elite. Insisten con esto de que son indignados, bien de político casta que menosprecia a la gente. 

-¿Cómo te imaginás tu vida en el Congreso de la Nación? ¿Tratando de llegar a consensos? ¿O el rol de la fuerza que representás es tratar de debatirideas independientemente de lo que se pueda consensuar? 

-Esa es la reflexión correcta. Yo no tengo ni que generar consenso ni nada. Yo voy a ir a debatir ideas. Desde La Libertad Avanza proponemos una discusión de la política desde una perspectiva moral, que viene anclada en los valores del liberalismo. El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. En esa visión vos sabés que hay cosas que nunca vas a hacer. 

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-¿Cómo se hace un ajuste que realmente mueva el perímetro en el costo para evitar el déficit? 

-Siempre hemos hablado de reformas estructurales de tres generaciones. La reforma del sistema previsional es de segunda generación. En la primera etapa tenés que hacer una reducción del gasto público para poder bajar impuestos, en ese contexto después flexibilizás el mercado laboral hacia adelante y una vez que vos tenés eso abrís la economía y eso te va a asegurar 15 años de crecimiento. 

-¿Dónde tenés que cortar? 

-En partidas donde roban los políticos, eliminando las transferencias discrecionales. Y eliminar los subsidios económicos, pero que el costo de eso caiga sobre el sector público y no sobre el privado. Es obvio que a los políticos no les gusta hacer eso porque es de ahí de donde ellos roban. 

-¿Alcanza realmente? 

-Sí, ahí tenés cerca de 10 puntos del PBI. Y podés empezar a bajar impuestos, los tenés que liberar desde el lado de la oferta. 

-¿Se puede hacer? 

-Sí, el problema es que lo que tiene que quedar claro es que esta vez tienen que perder los políticos, se les acabó el robo. Y por eso ellos están tan ofuscados tanto con Victoria Villaroel como conmigo. Se están generando operaciones desde una parte de la pseudo oposición para buscar algunas tretas en la dinámica parlamentaria para echarme. 

-¿Pensás que hay un operativo? 

-Hay un operativo para echarme ya estando dentro de la Cámara. 

-¿Con qué argumento? 

-Están justamente diseñando los argumentos para hacerlo. Así de sucia es la política. 

-¿Quién está detrás de este operativo? 

-Gente vinculada al espacio Juntos por el Cambio del lado de las palomas. 

-¿Vas a hacer una denuncia? 

-No. Estamos muy alertas, muy pendientes de estas cosas porque sabemos lo sucio que juegan y lo antidemocráticos que son. 

-¿Qué fue lo que más te dolió de participar en una campaña política? ¿Qué aprendiste? 

-Aprendí muchísimo. Mi calidad como economista aumentó sustancialmente porque la comprensión que tengo de cómo funciona la política es mucho más profunda y el proceso decisorio lo tengo mucho mejor internalizado. Desde mi visión anarcocapitalista siempre consideré que la política era una basura, y al estar acá metido lo que tengo para decir es que es muchísimo peor. 

-¿Qué político te sorprendió para bien? 

-Con quien tengo muy buena relación y respeto mucho es a la señora Patricia Bullrich porque una de las cosas que descubrí en este negocio es que está lleno de mentirosos y embusteros es que siempre que habló conmigo me dijo la verdad. 

-¿De cuánto calculás que va a ser la inflación en 2022? 

-No, yo no hago pronósticos. O sea, eso es de chantas. 

-¿Te imaginás siendo presidente de la Argentina? 

-¿Te lo puedo contestar con una pregunta? ¿En el año 2019 vos te imaginabas esta charla? 

-No.

-Bueno, entonces en el 2023 está tan lejos y la situación económica argentina es tan delicada que si te contestara esa pregunta sería más chanta. 

-¿Pero te gustaría? 

-Independientemente de la factibilidad. Para ver algo así tendría que creer que puedo transformar algo. Por el mero hecho de calzarme una banda y un bastón, no. No me seduce el poder per sé. De hecho, una de las cosas por las cuales me meto en el sistema es para devolverle el poder a la gente, no para tener el poder yo. Lo que noto es que muchos políticos necesitan el poder para hacer lo que en sus vidas reales no pueden hacer, entonces utilizan el aparato represivo del Estado para cumplir lo que no pueden por sus propias vías. Si llegara a darse una situación donde habría todo un movimiento cultural basado en un conjunto de valores morales que quisieran transformar la Argentina hacia las ideas de la libertad y que circunstancialmente mi nombre pudiera estar ahí, no le escapo a los desafíos.

*La entrevista original, que fue publicada en la edición impresa de Forbes de diciembre, fue realizada antes de que Milei asumiera su cargo.