El rol del urbanista en la Argentina de este siglo fue el primer punto que desarrollaron. García Resta dijo que “para ser urbanista en la Argentina hace falta convicción. Desde la formación siempre implica pensar a futuro, a largo plazo, aunque el problema como siempre es la falta de reglas de juego claras”.
Al respecto, González Cid señaló que “en Rosario intentamos tener esas reglas de juego en el que los distintos actores van colaborando pieza a pieza. Lo que hacemos nosotros es ir guiando a los desarrolladores”.
“No obstante vecinos de un mismo barrio no se ponen de acuerdo. Algunos no quieren cambiar nada y otros quieren un barrio más activo. Lo que hay que hacer es sentarse a explicar y discutir qué es aceptable y qué no a nivel barrial y también con los distintos sectores políticos”.
Para el funcionario porteño, existen los consensos, pero el gran disenso es cómo llegamos. “En la Argentina el 92% de la gente vive en las ciudades y resolver las ciudades es un componente de la calidad de vida de la gente. Pero hay un primer componente que es el reclamo de tierras. Casi todos suscribimos que la densidad es sana para una ciudad porque la infraestructura se hace más sostenible, pero hay que resolver la vivienda. Allí entran en juego tanto el aspecto físico, como la tierra y los instrumentos para ver cómo se accede”.
Al respecto, uno de los problemas centrales que abordaron fue el del alquiler. “Es una gran falencia que está puesta en el centro de la escena por la ley de alquileres. No se trata de tomar una medida, hay que empezar por todos lados. Y pensar que el suelo se crea y agrega valor. Hay muchos desarrollos en lugares donde nadie iba a vivir y hoy son alternativas interesantes”, planteó García Resta.
González Cid, por su lado, habló del modelo de ciudad que se necesita. “Está de moda la ciudad de quince minutos, que le permite a una persona llegar a todos lados en 15 minutos. Es una buena idea, pero en realidad caminar 10 o 20 minutos, si se dan las condiciones como árboles, iluminación, caminos, eso da una calidad, un tipo de ciudad accesible, más amable. Hay que discutir las políticas públicas que generan viviendas unifamiliares a dos horas de donde a gente trabaja”.
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Uno de las propuestas que García Resta tiene en carpeta es la posibilidad de “transferir espacios verdes”. “En Costa Urbana tenemos 50 hectáreas, un desarrollo que impacta en todos los sectores sociales. Pero ¿qué pasaría si usamos una parte de esos espacios y con esos recursos compramos espacios verdes en otras zonas de la Ciudad donde el costo de la tierra sea de la mitad. El tema es cómo hacemos, si estamos a la altura”.
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La arquitecta rosarina, en tanto, puso en foco el tema de la inseguridad. “Desde lo urbano, hay que pensar que en lugar de encerarse hay que abrir la ciudad. Lo cerrado genera más inseguridad. Hay que sumar más vida. Ahora le estamos dando más empuje al centro de la ciudad, como hacemos para que más gente vaya a vivir a la ciudad, para que haya más actividades. Eso es lo que genera seguridad”. Y cerró con un elogio de lo que sueña para su ciudad. "Sueño con una ciudad activa, con distintos usos, con varios centros que den acceso a distintas cosas cerca de las casas de las personas, con más espacios verdes en distintos sectores”.
