“El recurso médico será cada vez más escaso a medida que aumenten las enfermedades crónicas. Por eso la Inteligencia Artificial permitirá analizar con mucha precisión daños y patologías para que el profesional pueda dedicarse a la contención y la experiencia del paciente, a trabajar para mantenerlo sano, no solo curarlo”, dijo Daniel Nasuti, Director General de Siemens Healthineers Argentina.
El experto habló durante el panel de “Health Tech: visión de futuro” en el summit Health in Action, organizado por Forbes Argentina y en el que destacados expositores debatieron sobre el sistema de salud en el país y la región.
“Estamos en un proceso de transición hacia la omnicanalidad en medicina, y trabajamos en pos de algo muy provocador y que suena invasivo pero que son las tecnologías de datos que permiten pesquisar patologías y ofrecer tratamientos personalizados a los pacientes a partir de por ejemplo sus consumos de medicamentos, comidas o perfiles genéticos”, aseguró por su parte Diego Pereyra, Asesor Médico de KPMG Argentina para la Industria de Salud y Farmacéutica.
La medicina que se viene
Nasuti consideró que estamos “en un momento de cambio para la medicina. El aumento de la expectativa de vida y la prevalencia de enfermedades crónicas nos va a llevar a modificar el modelo actual basado en el volumen por otro basado en el valor”.
“Debemos expandir la medicina de precisión y encontrar el tratamiento adecuado para el paciente adecuado en el momento adecuado. Tenemos que mantener siempre el centro en el paciente”, subrayó.
Para eso, apeló a interpelar datos, agregar valor clínico a los resultados de laboratorio e imágenes y “predecir qué patología podría tener un paciente”. También abogó por la llegada y difusión en el país de la infraestructura de comunicaciones 5G porque posibilita “más acceso, menos traslados, menos gastos y una mejora de la experiencia”.
“En 15 países del mundo se han hecho ya telecirugías, con el médico guiando a distancia y un brazo robótico que coloca un stent y resuelve una angioplastía. Y así como hoy tenemos smartwatches que monitorean signos vitales, saturación de oxígeno y pulsaciones, sería fantástico que hubiera dispositivos que detecten patologías y seteen consultas médicas o indiquen análisis”.
Se sabe que dos personas con igual enfermedad no necesariamente son tratadas de la misma forma porque intervienen sus antecedentes clínicos, alergias y estado general. “De ahí la importancia de la tecnología en el diagnóstico y el tratamiento preciso para obtener un mejor pronóstico”, destacó el Director General de Siemens Healthineers Argentina.
Del ridículo a la polémica
Pereyra, a su vez, recorrió el camino que va desde la todavía en uso receta en papel, en la cual un médico firma a mano y usa un sello de goma (“Algo de la época de los castillos y los carruajes”, bromeó) y que genera una “brecha casi ridícula” con la tecnología actual, en la que el circuito podría resolverse “apretando dos botones”.
“Todo tiene que girar en torno del paciente, pero hay que pensar en la omnicanalidad para las distintas generaciones porque no es lo mismo atender a mi mamá que a un centennial. Vamos de la transición de lo analógico a lo digital, y muchos rubros evolucionaron pero la salud está un poco estancada”, consideró.
Para hacer cada vez más positivo el “patient journey map”, mencionó algunos ejemplos. Dijo que en China funciona un software que en KPMG están adaptando para el entorno local y permite que las computadoras detecten patrones y emitan alarmas. Se usó con la falta de olfato y gusto para el Covid, antes de que la OMS declarara el brote, y cree que en el país podría emplearse frente a casos de fiebre, dolor intraarticular y recuento inusual de plaquetas: puede ser indicio de dengue.
“En USA, además, hay una nano startup incorporada a los comprimidos que analiza si los pacientes toman mal los medicamentos. Va llevando la cuenta y alerta que a partir de tal toma puede desatarse una úlcera, pero además informa al médico en tiempo real y le da a la industria farmacéutica números de ventas también en tiempo real”, precisó.
Pereyra admitió que estos sistemas pueden considerarse “super invasivos”, pero resultan útiles para hacer más eficiente la “adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, que muchas veces al cuarto día dejan de tomar un medicamento prescripto por 10 porque ya se sienten mejor”.
Resolver ese problema, sostuvo, es un “win win”, tanto para el paciente como para la industria, que actualmente cuenta, por ejemplo en veterinaria, con biosensores que disparan una alarma si el animal presenta fiebre.
“Si se linkeara la base de datos de los delivery, que contienen nuestra información de consumo, con una app de salud se podrían pesquisar patologías y ofrecer tratamientos muy personalizados. Pero es algo que suena provocador”, reconoció.
Por eso pidió por el uso adecuado de los datos, en la convicción de que “la salud maneja mucha información sensible”.