Perú y Canadá son dos países con historia y un currículum de crecimiento dentro de la industria, y en el último Forbes Minería Summit, Carlos Alberto Chocano Burga, embajador del Perú ante la República Argentina, y Reid Sirrs, embajador de Canadá en el país y también en Paraguay, fueron los protagonistas del panel El rol de la Argentina en el mercado mundial de la minería, donde disertaron sobre las alianzas estratégicas y el trabajo en sinergia para impulsar el desarrollo de las actividades en la región. 

Con la experiencia de Canadá como una nación minera y que también invierte en grandes proyectos a nivel local, el periodista de Forbes y moderador del encuentro, Fernando Heredia, quiso saber cuál es el potencial que tiene la Argentina para que más empresas del país norteamericano, en este caso, sigan depositando su confianza aquí y apostando por nuevos desarrollos. 

“Argentina y Canadá son países parecidos. Un gran territorio, vecinos grandes y muchos recursos naturales. Somos países federales y, en ambos casos, las provincias son dueñas de los recursos. Lo que estamos mirando ahora, en dos aspectos fundamentales, es lo que tiene que ver con esos recursos naturales y, por otro lado, las reglas de juego y condiciones de inversión -menciona Sirrs-. Argentina es un país increíble, está lleno de cobre, litio, plata y oro. Tiene todo. Al mismo tiempo, está trabajando para mejorar las condiciones de inversión, y está en camino de mejorar la estabilidad fiscal y establecer una apertura comercial. Porque las empresas que vienen quieren hacer las inversiones correctas, y quieren hacer sus negocios y tener la posibilidad de sacar las divisas cuando sea oportuno. Miran la seguridad jurídica y la competitividad fiscal y si el marco regulatorio es estable y previsible. Hay mucho interés del exterior en este país”.

De una inflación del 9000 % al crecimiento en escala

¿Cómo fue la experiencia peruana para llegar al lugar de prestigio que ocupan hoy en el mundo de la minería? En esta ocasión, le tocó responder a Chocano Burga, que una síntesis muy ajustada, explicó: “Perú se considera un país minero, con una industria milenaria -deslizó el embajador de ese país en la Argentina-. A finales de los '80, en Perú había una inflación del 9000 %, y a partir de la asunción de Fujimori comienza un período de cambio que se extendió en el tiempo. En los años '90, se da un proceso que hace que la minería comience a desarrollarse de manera importante: llega un ajuste fuerte, se abre el cepo, se reducen los aranceles y una serie de medidas que comienzan a darle estabilidad al país. La macroeconomía se acomoda y se genera, entonces, un círculo virtuoso en términos de producción”. 

Pero más allá de los lineamientos macroeconómicos, insiste Chocano Burga, también llega un paquete de incentivos para toda la industria. Se establecieron reglas y se generó confianza, y para un país que tenía grandes posibilidades por su cantidad de reservas de minerales se abrió la puerta al desarrollo”, sostiene el diplomático, y agrega: “Es una mirada integral, y actualmente tenemos 21 acuerdos de libre comercio con otros países”.

La confianza, una calle de doble vía

Heredia interviene sobre un aspecto central: la confianza, y la pregunta va, en este caso, dirigida a Reid Sirrs: ¿Qué le preocupa hoy a las empresas canadienses a la hora de pensar en invertir y desarrollar proyectos en la Argentina?. El sector, dice categórico el candiense, tiene riesgos. “No solo aquí sino en todo el mundo, y la confianza es una palabra que escucho a menudo. Ahora, sin embargo, noto que la palabra es menos utilizada, porque ven que el país quiere cambiar, que ya están en proceso de cambio en varias áreas, que incluye nuevas reglas de juego. La confianza es una doble vía, tanto para los inversores como para la gente local”. 

En este sentido, suma Sirrs, Canadá trabaja fuertemente con las cámaras locales y extranjeras par establecer normativas que no solo defiendan los intereses de las empresas sino también de las comunidades. “Porque la minería sostenible es algo sumamente importante para establecer confianza”. 

Para Perú, la década de los '90 fue un punto de partida. Pero además de la seguridad jurídica y los incentivos fiscales hubo otras acciones que dieron resultado. “Si hay incentivo pero lo demás no funciona, el círculo no cierra. Si las empresas no pueden mandar las ganancias al exterior o la macro se desacomoda, lo que se genera para atraer inversiones no da resultado -insiste Chocano Burga-. En Perú, por ejemplo, los contratos de estabilidad que se firman no pueden ser modificados, ni siquiera, a través de una ley, y cualquier disputa en torno a la inversión se resuelve. La inversión [extranjera] sabe que si hay alguna disputa siempre tendrán una opción de tribunales a los que acudir. 

Con más de 300 años de experiencia en la industria minera, Canadá también relanzó el desarrollo del sector en la década del '90. “Después de muchos años de esfuerzo, hoy tenemos más de 400.000 empleados directos e indirectos que trabajan para la minería, 200 minas activas y más de 600 canteras. Es un sector que paga muy bien, y que actualmente representa el 22 % de nuestras exportaciones”, concluye Sirrs.