Entre los expertos del sector energético hay una premisa de las tres R a cumplir para convertir a la Argentina en un exportador neto del gas que atesora la formación de Vaca Muerta: recursos, reglas y redes. De esas tres condiciones necesarias, la primera es la única que está largamente probada y presente en abundancia, las otras dos dependen del país para aprovechar las oportunidades de un mercado regional y global complejo, pero abierto al desafío.
Tres actores del mercado del gas natural en la Argentina analizaron en la quinta edición del Forbes Energy Summit la nueva etapa que el desarrollo de este hidrocarburo experimenta con la disponibilidad de los recursos no convencionales. Gabriela Aguilar, GM Argentina & Brazil y Vice President LATAM en Excelerate Energy; Daniel Ridelener, Director General de TGN, y Diego Calvetti, Socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG Argentina, desplegaron la hoja de ruta ideal para convertir al gas en uno de los grandes productos de exportación.
La charla se dio a pocas horas de que la Argentina y Brasil firmaron en el marco de la reunión de líderes del G20, en Río de Janeiro, un memorándum de entendimiento para conformar un equipo de trabajo binacional que explore las mejores condiciones para llevar el gas de Vaca Muerta a la demanda del vecino país, ya sea por redes como a través de Gas Natural Licuado.
"La firma de este acuerdo bilateral para la exportación de gas natural es un cambio de paradigma. Durante décadas vimos que el hub de gas natural era Bolivia y hoy la Argentina tiene la posibilidad de convertirse en el nuevo hub de la región, pero es clave discutir una política de largo plazo", afirmó Aguilar, la titular de la filial regional de la empresa estadounidense -que participó del diseño de las terminales de regasificación de Escobar y Bahía Blanca-, en la apertura de la jornada.
Al referirse al tema que dominará la agenda energética inmediata, la experta anticipó que queda un largo camino por recorrer en el que se incluya la necesidad de contar con "una mirada integral de la demanda doméstica que permita sostener las exportaciones de largo plazo, porque el país difícilmente se pueda abastecer en el pico de invierno exclusivamente con gasoductos locales. La importación va a tener que continuar como en muchos países como complemento del sistema".
A partir de la experiencia de Excelerate en el negocio del GNL, Aguilar explicó que la exportación de este energético requiere planificación de largo plazo, de infraestructura, de midstream, y adecuar la política y regulación para ser creíbles ante la demanda global. A pesar del trabajo pendiente, "la buena noticia es que del 2030 al 2040 la demanda de GNL se va a duplicar, y genera una ventana de oportunidad de formar parte de un club selecto de exportadores.
Esa posibilidad no está exenta de una creciente competencia, más aún si se considera que el regreso de Donal Trump a la presidencia de los Estados Unidos va a levantar las limitaciones a la producción y exportación de hidrocarburos, y va a liberar para exportación los proyectos ya existentes que estaban siendo relegados en el marco de una política de transición energética.
En esa desafío de tener que competir con los grandes players globales, Calvetti afirmó que la Argentina tiene que "concentrarse en sacar regulaciones que entorpecen, limpiando el sendero con el norte de planificación estratégica, y en la medida que el país vaya mostrando seriedad en el mercado las puertas de la financiación se van a ir abriendo para que las empresas puedan concretar sus proyectos". Es el momento de "aprovechar que Vaca Muerta está en un sistema de factoreo y con una capacidad de producción que se asemeja al Permian estadounidense, para potenciar la actividad y duplicar su volumen de producción".
Pero a la vez la macroeconomía está en un proceso de reordenamiento que es de esperar termine con el cepo cambiario, algo que en el analista anticipó "va a permitir una apertura de inversiones importante que junto al RIGI permitirá generar proyectos muy interesantes en una industria que es intensiva en capital, que requiere reglas claras y un horizonte de recupero de esa inversión".
A la vez, el directivo de KPMG alertó con tener "ciertos cuidados con el costo en dólares incremental derivado de la realidad económica porque tiene impacto en la rentabilidad al final del camino". No obstante, Calvetti reafirmó que hay una "muy interesante ventana de oportunidad en el negocio y están brindando instrumentos para generar ese flujo de inversión que se requiere, pero es necesario seguir demostrando en el mercado que Argentina es un país serio".
Finalmente, Ridelener se refirió en detalle a la obra de reversión del Gasoducto del Norte que tras su inauguración afronta "otras etapas en la medida que se pueda atender la demanda de las generadoras de energía, de las empresas mineras en la Puna, y las oportunidades de exportación. En particular con Brasil es necesario sentar a los actores relevantes de ese mercado para firmar contratos de largo plazo a través de cualquiera de las alternativas de transporte que se están analizando".
En ese sentido, el director de TGN estimó que la continuidad de las obras de la reversión permitirá "pasar de los 19 MMm3 actuales a 29 MMm3, es decir un incremental que se podrá ir alcanzando en la medida en que se vayan cerrando los contratos de largo plazo y se puedan ir superando revisiones tarifarias pendientes, normas regulatorias del sector eléctrico y otros aspectos que también son cuellos de botella a tener en cuenta".
Para Ridelener, el próximo verano la Argentina logrará una exportación de gas interrumpible a Brasil que "va a ser simbólica, no económica", pero afirmó que hay que trabajar para concretar envíos en firme que para el mercado industrial puede representar en tres o cuatro años una demanda de hasta 15 MMm3/día. Ese volumen justifica la construcción de un gasoducto que puede variar en extensión y costo según la traza que se elija, pero que en principio recurrirá a la infraestructura existente en Bolivia.