En tan sólo 25 días de septiembre, el Banco Central logró incrementar en casi US$ 5.000 millones sus reservas por las liquidaciones de los exportadores de soja, que en total comercializaron 14 millones de toneladas de la oleaginosa por unos US$ 8.100 millones, el ingreso de divisas más alto de los últimos 20 años del sector para un mismo mes. Si bien el resultado es un alivio para el Gobierno, a la vez para las entidades que representan al campo a través de la Mesa de Enlace, es casi una demostración de fuerza de lo que puede el sector más dinámico de la economía, cuando se lo permiten.
Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Jorge Chemes, Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Iannizzotto, Presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y Carlos Achetoni, Presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), conformaron el panel principal del Forbes Agro Summit en el que pudieron analizar qué es lo que se viene después del llamado dólar soja.
La medida dio como resultado más de US$ 8.000 millones comercializados, así que fue una situación exitosa para el gobierno más allá que para el campo no fue nada, porque esto no fue otra cosa que una medida ciento por ciento recaudatoria por una necesidad de juntar divisas, opinó Pino en la apertura del análisis, apenas minutos después de compartir un almuerzo con el secretario de Agricultura Juan José Bahillo y los directivos de Forbes Argentina en La Rural.
En la misma línea, Chemes manifestó la preocupación que se presenta es hacia adelante porque el dólar soja fue como haber tomado recursos a cuenta, y ahora hay que pensar con qué se va a cubrir el grano que no va a estar hasta febrero cuando comienza la próxima temporada de liquidaciones fuertes del complejo agrario. En un contexto de preocupaciones adicionales por el clima seco que no está ayudando y anticipa una cosecha de trigo muy comprometida y de cosecha gruesa con falta de lluvias esto resulta apenas un parche que no ataca los problemas estructurales de la falta de políticas de estado que generen un horizonte claro para el aumento de la producción y la inversión.
Ianizotto, por su parte, expresó la expectativa de que los resultados de esta medida permitan al gobierno darse cuenta que el campo, desde hace años, en todas sus manifestaciones es el que tracciona la economía y posibilita un crecimiento y desarrollo y aprovechó para fustigar la miopía política tan grande que ha pasado por diversos gobiernos, que no se dan cuenta que la puerta de la estabilidad económica pasa por la productividad que está fuertemente encaminada a través del sector agroindustrial.
Finalmente, sobre el tema, Achetoni advirtió que si bien la propuesta del gobierno tenía una zanahoria para que todos liquidaran, muchos se quedaron afuera por haber vendido antes su producción, pero otros decidieron guardar una reserva por la situación climática. De todas maneras, su reclamo se centró en que los que no aprendieron nada, empiecen a reflexionar qué es lo que el campo necesita: que le den condiciones al conjunto del agro y de las actividades del país.
A partir de este análisis inicial, los cuatro integrantes de la Mesa de Enlace retomaron el planteo de eliminación de las retenciones a la producción agropecuaria cuya aplicación fue judicializada por las entidades al entender que resulta inconstitucional su aplicación al no haber sido sancionada la Ley de Presupuesto 2022.
Para Pino, la actual coyunutura es el momento ideal para que cada uno de los poderes haga lo que tiene que hacer. El legislativo tiene que levantar la mano y decir que este tema de derechos de exportación pase por el Congreso y es ahí donde hay que discutirlo; mientras que Chemes aseguró que si se generan políticas de incentivo se va a recaudar más con un aumento de la producción que teniendo retenciones, lo que requiere cambiar la visión sobre el campo.
Iannizzotto, a su turno, coincidió en que la baja de impuestos es el tema fundamental y no un dólar soja más allá de ésta circunstancia, porque lo más apropiado es bajar retenciones y buscar alternativas para darle soluciones a las economías regionales. A ello Achetoni cuestionó las medidas atadas al antojo del gobierno de turno que habilita los beneficios al sector exportador, pero alejados de la realidad, porque el productor tiene realidades totalmente distintas porque no tiene infraestructura de caminos, no tiene conectividad ni energía".