Economía del Conocimiento: crear valor más allá de las fronteras
La economía del conocimiento se genera en todos los sectores y países del mundo y tiene que ver con una creación de valor a partir de la ciencia y la tecnología. “Hoy hay poblaciones enteras que ingresan en un nivel de acceso que no se conoció nunca antes en la historia de la humanidad”, comenta Luis Galeazzi, Director ejecutivo de Argencon.
Se trata de una industria que tiene gran implicancia en la economía del país. Hoy representa el 8% de exportaciones nacionales, el 7% en empleo privado y en tasa de crecimiento es el sector que más crece, aún en las épocas más hostiles. “Le da vitalidad al conjunto de la economía. Hay empresas líderes que nacieron en el país y le exportan nuestro conocimiento al mundo”, afirma Galeazzi.
Una de ellas es Globant. “Somos una máquina de hacer realidad mejoras en la vida de 2.000 millones de personas. La empresa que nació en Argentina, está presente en todo el mundo”, cuenta Nicolás Kaplun, general manager Globant Latin America. Se trata de una red multilateral de conocimiento, valor, interconexión con la gente y con los sectores académicos. De esa manera, Kaplun reconoce que logran devolverle valor a esas comunidades. “Los grandes colosos de Argentina están conectados con el conocimiento. Una idea, evoluciona y crea valor infinidad de veces. Es otro nivel de escalabilidad”, asegura.
Si bien Globant cuenta con numerosos y destacados desarrollos, al momento de destacar el impacto que genera la compañía en la vida cotidiana de las personas, Kaplun recuerda la experiencia de haber creado soluciones para el momento en que una persona consigue su primera vivienda. "Lo que hacen es minimizar el estrés que padecen las personas en instancias como estas, para que esa transacción que implica mudarse suceda de forma armónica. La tecnología que entra en juego para que eso se concrete de una forma fluida y con la potencia que tiene, es inolvidable”, destaca.
GESTIONAR LA INCERTIDUMBRE
“La pandemia representa un dique que se quebró y que hizo que el agua invadiera el valle”, compara Galeazzi. Los sectores que estaban pasivos o reactivos a la tecnología digital y a la renovación de su modo de trabajo, tuvieron que adaptarse. Es un año de reconfiguración en cada sector. “En la forma en que esto venía desarrollándose, este cambio hubiera ocurrido en mucho tiempo”, reflexiona. Como tantos otros expertos, Galeazzi está seguro de que ya nada será como antes y que ahora estamos en un estadío distinto de absorción y adaptación del conocimiento. Lo que no es discutible es cómo los distintos rubros tuvieron que aggiornarse a la tecnología. “Antes de la pandemia las tasas de crecimiento de exportaciones a nivel mundial eran del 10% anual. Hoy no lo sabemos porque estamos en un lugar nuevo y todavía no aprendimos a medir el nivel de potencialidad”, explica.
El COVID-19 funcionó como un catalizador de las tendencias que venían apareciendo y las compañías recibieron como mandato el ecommerce, marcando una frontera entre ganar espacio versus ceder espacio. “Lo que viene ahora es concientizarnos y gestionar la incertidumbre. Hay que abstraerse un nivel más”, afirma Kaplun. No hay dudas de que se aceleró la adopción masiva de herramientas que ya existían, pero de un modo irreversible. Galeazzi asegura que ninguna actividad económica, social ni comunitaria puede pensarse sin el insumo digital. Y desde Globant aseguran que habría que invertir en un observatorio de tendencias a largo plazo.
Hay algo trasversal a la economía del conocimiento y es la educación -madre del talento, según Galeazzi-. Por eso las sociedades deben replantearse sus modelos educativos y cómo los más chicos se formarán en esta nueva cultura. Recientemente se sancionó la nueva Ley del Conocimiento, luego de un año de ausencia de un marco normativo, con lo cual desde Argencon celebran este paso, aunque admiten que todavía queda mucho por hacer. “Argentina tiene que competir en el mundo con la economía del conocimiento, lograr que las empresas del mundo crean en ella”, explica. Y agrega: “Todos los países tratan de traccionar a su frontera la economía del conocimiento. Es un paso que requiere trabajo a futuro”.
La nueva ley contempla dos tipos de beneficios: descuentos en los impuestos a las ganancias y un bono de crédito fiscal sobre las cargas sociales. Aplica a todas las actividades de la economía del conocimiento con un carácter federal que premia más las formas de ofrecer beneficios a los sectores menos favorecidos social y regionalmente. “Hay que trabajar más en el incentivo a la exportación”, aclara el director ejecutivo de Argencon. Por su parte, desde Globant consideran positivas las políticas de Estado y la coherencia de vectores que trascienden los distintos gobiernos, sobre todo el talento, su desarrollo y retroalimenación desde y hacia lo académico. “Nos entusiasma este paso que se está dando y miramos con expectativa lo que se viene”, finaliza Kaplun.