Luz Borchardt, cofundadora de Henry, destacó la importancia de incorporar a las mujeres en la tecnología para enriquecer la diversidad de productos consumidos, subrayando la necesidad de su presencia en las mesas de diseño para que los productos y los servicios tengan en cuenta a las mujeres como usuarias.
Borchardt también resaltó que las mujeres deben ganar espacios donde se reconozca su labor, especialmente en campos mejor remunerados. Este cambio en la mentalidad se ha forjado gracias a aquellos que abrieron las puertas al voto, a cargos políticos, a la educación superior y al trabajo para las mujeres. Y ofreció un ejemplo: "la primera persona que hizo una línea de código de programación fue una mujer".
Mercedes Jones, directora de proyectos del Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés (Udesa), pertenece a una generación que se siente subrepresentada en los espacios de debate. En ese sentido, resaltó la importancia del diálogo intergeneracional para ubicarse en este nuevo contexto.
Según Jones, "si no hay diálogo intergeneracional, perdemos todos". El acceso a la educación también ha sido un logro significativo, como lo indicó en su intervención: "Las universidades se crearon a fines del siglo XV, pero a las mujeres recién las dejaron entrar a fines del siglo XIX o comienzos del siglo XX".
Paula Morrone, directora de Legales y Asuntos Corporativos y Gubernamentales para Cono Sur de Mondelez, destacó la necesidad de abrazar nuevos paradigmas de liderazgo y ver los errores como oportunidades.
Hizo hincapié en la importancia de ser conscientes del momento actual y de la necesidad de adaptarse al cambio. Como señaló, "mezclarse con las generaciones pasadas y futuras permite incorporar en la gente y en la cultura de una compañía la posibilidad de cambio".
Las participantes del panel coincidieron en que el diálogo intergeneracional ofrece una oportunidad para ser más colaborativos y menos competitivos, lo que es esencial para enfrentar los desafíos actuales. En este sentido, la reconversión del propósito se presenta como una meta compartida para construir un futuro más igualitario y prometedor.
En última instancia, este diálogo entre generaciones demuestra que, si bien han logrado avances significativos, aún persisten desafíos que deben abordarse juntas. La resiliencia, el respeto por las mayores y la habilidad de adaptarse a un mundo en constante cambio son cualidades esenciales que guiarán el camino hacia un futuro más equitativo y próspero para todas las mujeres.